Capitulo 20

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Canción End This de Hailee Steinfeld

-¿Cómo te sientes? – le pregunté a Mark

-Un poco mejor pero aún me duele la nariz.

-Lamento mucho lo que pasó, te juro que no sabía que estaba ahí.

-No te preocupes Angelina, digamos que yo un poco lo provoqué.

Keiler tenía razón pero no por eso iba a justificar sus actos.

-Entonces ambos tienen la culpa. – los dos nos reímos y él en una mueca de dolor se retorció. – Te dejaré reposar tranquilo, además hay como veinte personas más que quieren verte.

-Gracias por venir.

Le dediqué una sonrisa de lado y me fui de allí para dejar pasar a los demás.

-Muy bien alumnos, hoy les traigo una noticia, dos en realidad. – el director Sullivan volvió a pararse en la tarima de la cafetería para sus anuncios semanales. – Primero darle la bienvenida de nuevo a Mark, quién está recuperado de la violencia que sufrió por un ladrón.

Me quedé pasmada al oír que no había delatado a Keiler y de que Mark asistía al campamento, no lo había visto nunca.

-Segundo, quiero anunciarles que mañana por la noche tendremos el baile anual del campamento Lark.

Todos aplaudieron y chiflaron en señal de emoción. ¿Baile anual? No sabía que tenían de eso en los campamentos. Este año tendría dos entonces, el de mi escuela y éste.

-Se realizará en el gimnasio a las nueve de la noche, serán supervisados por adultos y por supuesto no habrá alcohol.

Las caras de todos pasaron de la emoción al enojo.

-Lo sé, lo sé pero saben que no podemos darles alcohol, nos cancelarían el campamento. Dicho esto los dejo seguir con su día.

-¿Baile? No sabía que tenían. – dije volviendo a mis amigos.

-Todos los años es lo mismo, todos los años nos las arreglamos para entrar alcohol. – comentó Esteban

-Lo suponía.

-¿Qué te pondrás? – me preguntó Ava

-No lo sé, no traje nada como para un baile.

-¿Tu madre no te avisó?

-Supongo que se olvidó ese detalle.

-Bueno, yo debo tener algo demás u Olivia, veremos qué hacer.

Luego de almorzar, nos pasamos toda la tarde con las chicas en la cabaña decidiendo que ponerme. Por un lado tenía un vestido rojo largo de brillos que a Ava le sobraba, pero no era mi estilo ni mi color. Por el otro, Olivia tenía uno negro a la rodilla con tiras finas. Tampoco me convencía demasiado.

-Sé que se están esforzando pero ninguno de los dos me convence. Si tuvieran algo verde pastel me encantaría usarlo.

Olivia abrió sus ojos en señal de "Lo tengo" y corrió fuera de allí. Ava y yo nos quedamos algo sorprendidas y al rato cuando volvió me tendió una bolsa larga color beige.

-Recordé que una amiga de aquí encontró un escondite donde guardan ropa que viejos alumnos usaron, pruébatelo.

Volví a meterme en el baño y al abrir la bolsa quedé emocionada. Era un vestido a la rodilla pegado al cuerpo verde pastel, con unos detalles en tela de encaje con margaritas que se apreciaban en los bordes del vestido.

-¿Y? ¿Qué piensan?

-Guau. – dijeron las dos.

-Lo sé, estoy enamorada del vestido.

-Y te queda perfecto. – comentó Olivia.

-¡Bien ya tienes vestido! – gritó Ava.

-Solo me falta acompañante.

-Creo que Max está solo. – dijo Olivia.

-Y Keiler seguro también – añadió Ava.

No sabía con quién ir. Si iba con Keiler significaba que lo había perdonado y no podía hacerle entender eso. Pero si iba con Max, corría el riesgo de que se repitiera lo de anoche. Ay dios, no sabía qué hacer, tendría que hablar con mi madre y ver qué haría.

-Hola ma.

-Hola hija, ¿cómo estás?

-Bien pero necesito de tu ayuda.

-Dime.

-Mañana tendremos el baile y no sé con quién ir.

-¡El baile! Me olvidé por completo de eso ¿necesitas ropa?

-Tranquila, ya he conseguido un vestido, mira.

Le mostré desde mi pantalla del celular el vestido colgado y a ella le encantó.

-Y dime... ¿a quién tienes en mente?

-Tengo a dos personas, pero con una estoy peleada y con la otra no quiero darle falsas esperanzas.

-Mmm, ya veo. Pues mi respuesta es que elijas con el que sabes que la vas a pasar bien y que te divertirás.

-Sí pero tengo miedo de equivocarme.

-Ay pero hija, es un baile de un campamento, no es la decisión de tu vida.

-Sí, lo sé. Bueno ya veré que hacer.

-Por cierto, una invitación así debería ser especial.

-Ya veré que hacer. Gracias.

Mi madre me sonrió y colgó. En el silencio siguiente supe con quién iba a ir, por lo que le escribí una carta que dejaría en su cabaña.

Lamento que deba ser así pero según mi mamá debía ser especial porque creo que lo eres.

¿Te gustaría ir conmigo al baile?

Angelina.

Al terminarla, fui a su cabaña y la lancé por debajo de la puerta, con una aclaración de que me contestará yendo a mi cabaña a buscarme a las ocho. Que golpeara dos veces y sabría que me había dicho que sí.

Un verano de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora