3.:Destino:.

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Le había tomado tiempo, pero al fin podía ver el inicio de su nueva vida, misma que le daba la inauguración con la sonrisa más grande, era algo en conjunto con aquel que se había vuelto un buen amigo dentro del batallón.

-Entonces abrimos?-miro al chico a su lado y asintió - eso!- lo vio caminar y girar aquel pequeño cartel mismo que deba el inicio a esta nueva aventura-compañero Min, oficialmente el café "Ilusión" está funcionando!-

-Compañero Choi, felicidades- cuando los primeros clientes entraron ambos sonrieron.

-Bienvenidos, que les puedo servir- era un pequeño puesto de café, en una ubicación donde no había ninguno, un año les tomó planearlo y buscar en lugar adecuado, mismo año que a Yoongi le tomó superar un poco la decepción de que su amor no espero por él, siendo solo una linda Ilusión misma que dio nombre al café- claro de inmediato- por ahora solo era venta de café caliente y frío y a futuro quien sabe si le agregan algo más, atendidos por ellos mismos, ya que aún no tenían lo suficiente para contratar a alguien más.

-Listo Choi!-

-Ok!- funcionaban bien como equipo, bien lo sabían en el ejército, eran los mejores de su escuadrón, congeniaron desde el inicio siendo inseparables por esos dos años- aquí tienen, gracias venir al café Ilusión-miro a Min quien estaba a cargo de preparar los cafés, talento que aprendió en un curso durante su servicio, asistió a todos los que pudo con la esperanza de encontrar algo que hacer una vez quedara libre, siendo esto lo que más le llamó la atención- Min, dos capuchinos moca vainilla!-

-Preparando, Choi!-

-Hola buenas que quieres pedir?- Cuando Choi recibió el llamado de Min no dudo un segundo en venir y apoyarlo, bien sabía él cuán enamorado estaba de aquel que jamás llego a conocer, era de lo único que Yoongi hablaba durante su estancia en el servicio, en lo mucho que lo extrañaba y lo mucho que trabajaría para darle la vida que él merecía, pero aquel día, cuando entre lágrimas le contó que aquel chico se había casado tan solo meses después de su partida, hizo propio ese dolor, por eso al llegar le hablo de aquella idea que había surgido durante una noche de guardia, poner un negocio juntos, algo que fuera simple y que les dejara la opción de surgir, siendo un café lo más rentable, la gente ama el café y más si este viene preparado- aquí está que tengas un buen día-

-Listo, gracias por venir al café Ilusión- lo vio levantarse y salir de las garras de la pena, para ahora al fin poder sonreír genuina mente.

-Min-

-Qué?-lo vio levantar los pulgares en señal que todo estaba saliendo bien, para el final del primer día había tenido ganancias, no muchas, pero sobreviven un día más, para un café de pueblo, ya que no habían dejado Daegu tampoco estaba mal.

-Listo, ya verás que mañana será el doble, la gente se pasara el rumor y tendremos muchos más clientes-

-Así será amigo mío- cerraron el local y se despidieron para al fin irse cada uno a su casa, Yoongi aún vivía con sus madres para así economizar un poco, y también porque estar solo no le hacía mucha gracia, ya que su mente tendía a jugarle en contra y recordarle aquel ojiazul- Llegue!-

-Como te fue amor?-

-Muy bien mamá, vendimos mucho, vengo muerto- la mujer le beso la frente y lo guió hasta la cocina donde un plato caliente de comida lo esperaba, a pesar del dolor inicial la vida estaba siendo buena con él.

Pero para Jimin la vida no estaba yendo tan bien.

Era la quinta vez en este año que Jimin llegaba de urgencias al hospital por algún tipo de "accidente" según su esposo, siendo atendido siempre por el médico amigo de este, quien curaba cada herida que su amigo le dejaba al menor, y lo salvaba de sus intentos por acabar con su vida.

-Esto no puede seguir así Nam, llegará el día en que no lo veas y ahí acabará todo-

-¿Qué me sugieres?-

-Mándalo con sus padres por un tiempo, que se calme, porque si sigue así Jimin no vivirá mucho más- el mayor bufo molesto-Ni siquiera sé por qué insistes tanto con él, si ni lo quieres-

-Es mío por qué debería dejarlo- Para Nam él solo era un juguete, uno que disfrutaba torturar, jamás sintió algo por él, su amor era de otra persona.

-Pues si así piensas mejor a la próxima mátalo porque yo ya me canse de esto, puedo perder mi licencia por falsificar los partes médicos, así que ya no más, la próxima vez que se te pase la mano con tu juguete, no lo traigas aquí- lo miro serio y salió de la habitación donde en la camilla estaba lo que quedaba de Jimin.

Nam miró al menor y tomó su móvil.

-Hola Park- camino hasta quedar junto al menor- bien, seré breve, mandaré a tu hijo para allá por un tiempo, no se ha sentido bien y el médico recomendó que estar rodeado de su familia le podría hacer bien- caminó hasta la puerta- no sé, un mes o dos, depende como este, en dos días estará por allá- abrió la puerta- bien estamos al habla- corto esa llamada y busco aquel número que siempre lo hacía sonreír- Hola amor, cómo estás?- mordió su labio - adivina qué?- sonriendo- te acuerdas de ese viaje que querías hacer?- rio - pues si en tres días salimos amor así que alista tus cosas- caminó hasta el ascensor - también te amo Jin un beso -

Casa de la familia Park.

-Jimin vendrá!?- el hombre asintió- hace casi dos años que no lo vemos amor-

-Según Nam ha estado enfermo y un cambio de aire le hará bien- acostándose junto a su esposa.

-Nos están dando una segunda oportunidad de hacer las cosas bien amor, no lo desperdiciemos- dijo suave, acariciando la mejilla del hombre, a quien la culpa no lo dejaba vivir, había vendido a su hijo mismo que vivía un infierno sin poder mover un dedo.

-En dos días llega así que hay que preparar todo- la mujer asintió.

Quien sabe si el destino quiere a esos dos corazones juntos otra vez, o al menos cerca.

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*My Soldier*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora