45.: Su Amado:.

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Lo veía reír y hablar animadamente con su madre y suegra, mientras su padre y suegro hablaban de temas más profundos, sentados en la salita con un humeante café en sus manos.

-No, no tiene que ser de blanco, no importa si ya te casaste antes, tú tienes que entrar de blanco a la iglesia...-Jimin sonrió - y no me mires así yerno es la verdad- El ojiazul miró a su madre quien asiente.

Estaban poniéndose de acuerdo para la boda, dando ideas para que aquello fuera un momento inolvidable para la pareja.

-De blanco entonces -dijo resignado, suspirando dos semanas ya habían pasado desde que la vida volvió a su curso normal- y Yoongi de qué color?-

-De negro, tiene que ser formal, tradicional -

-Estoy de acuerdo con la madre de Yoongi, las bodas tradicionales siempre son lindas-Jimin tenía una libreta donde anotaba todas las ideas que a las mujeres se les ocurría, querían que fueran parte de ese proceso, pero teniendo en claro que la decisión final la tomaría él y Yoongi- y las flores también deben ir a tono con lo demás -

-Sí, si se verán tan hermosos - con los ojos llorosos.

-Mamá aún no me caso y ya estás llorando -

-Es que, por un momento, creí que no viviría para verte en el altar hijo- se levantó del sofá y fue a abrazar a su madre, quien estaba emocionada - creo que ese día lloraré mucho -

-Todos - agregó Hwasa quien también tenía sus ojos cargados en lágrimas.

Esta vez su hijo no lloraría por pena, sino de felicidad al unir su vida a un hombre bueno, al amor de su vida. Habían acordado casarse en 4 meses más, ya que las mujeres mayores querían que fuera algo lindo, sería el inicio de su nueva vida juntos y tenía que salir perfecto.

Sin mencionar que sería la última vez de ellos en Daegu, porque como Yoongi había dicho, se llevaría a Jimin a otro lugar, habían escogido Busan, su sector más rural, donde había poco bullicio, la casa de hecho ya estaba en construcción, finalmente Jungkook había convencido a Jimin de quedarse con algo del dinero de Nam como compensación, mismo que invirtieron en la construcción de la casa y el nuevo local en Busan del "Café Ilusión" sin mencionar que se llevarían a Taehyung para que trabajara con Jimin, quien feliz aceptó, ya que en Daegu no había nada más para él.

Ya por la noche, estaban los dos abrazados dándose cariño, prácticamente ya vivían juntos, Yoongi no dejaba que Jimin se fuera del departamento por las tardes pasando las noches así juntos, también serán sus últimos meses en él y en aquel trabajo, luego de su boda sería un reinicio completo en la vida de ambos.

-Yoonie -

-Qué?- lo noto inquieto, estaban frente a la televisión echados en el sofá, mordía su labio y movía sus pies de forma insistente, algo tenía nervioso a su ojiazul.

-Ayer fui a ver al doctor, ya sabes por el control de rutina -

-¿Qué te dijo? - tenía sus manos fuertemente agarradas de la cintura de su prometido por debajo de la playera, sintiendo lo suave de su piel.

-Em, que todo se veía mejor - sonriendo, sentía la respiración de Yoongi en su nuca y el fuerte agarre en su cuerpo, además de otra cosa que esperaba paciente erguido a que le dieran pésimo de entrar.

-Qué bueno, amor, verás que en poco tiempo estarás como nuevo- porque en sus adentros Yoongi rezaba que le dirán el alta a su casi esposo para marcar algunos lugares que son solo suyos, como por ejemplo todo el cuerpo de Jimin- solo ten paciencia mi mochi-

Jimin cerró los ojos y respiro profundo, bien sabía que luego de lo que diría, ya no podría quitarse a su amado de encima, por días.

-Si Yoonie, lo sé - se acomodó mejor quedando más pegado - de hecho, estoy tan bien que ya me dio el alta...- escucho claro como el corazón de su amado comenzó a latir rápido y eso que estaba despierto se despertó más, Yoongi lo obligó a girar notando la sonrisa pícara de su mochi en sus labios.

-Que!?-

-Que ya me dieron el alta, amor - dijo sobre sus labios - ya puedes hacerme tuyo...-

Ni 10 segundos se tardó Min en tener a su futuro esposo desnudo sobre la cama, que si lo había extrañado de esa forma? Carajo, más que la mierda, era adicto al cuerpo de Jimin, en especial a la personalidad que tomaba este en la intimidad, desinhibido y sensual.

Como ahora que lo tenía sobre él dándole la mamada de su vida, mientras él hacía lo propio en aquella entrada que estaba a escasos centímetros de su cara, el 69 más excitante de su vida, el sonido baboso sumado a los gemidos quedos que el ojiazul soltaba por momentos, sin dejar de lado ese tentador meneo de cola lo tenían viendo estrellas bajo techo.

-Amor necesito entrar, ya no puedo más...- el pelinegro sonrió aun con el miembro de su novio en la boca, lo sacó lento, apretándolo entre su lengua y paladar, dándole un pequeño corto circuito al castaño- carajo Jimin no seas ...- se mordió la lengua y usó toda su fuerza de voluntad para no acabar en aquel momento- eres cruel-

Escuchó esa risilla traviesa tan propia de él y se levantó poniendo a su amando de espaldas en la cama, se acomodó sobre él, subiendo a punta de besos desde la ingle, pasando por su abdomen, sus pezones, mismos que mordió.

-Yoonie...-gimió, esos eran su lugar sensible.

Su pecho, sus clavículas, su cuello, si algo volvía loco a Yoongi además del trasero de su amado, era ese largo, terso y hermoso cuello, dejo unas mordidas suaves y una que otra marca, por si alguien pensaba que podía intentar algo con ese hombre, pues no, ya tenía quien le diera amor y ese era él, solo él, nadie más que él.

-Te amo - dijo sobre sus labios antes de besarlo, sus lenguas se encontraron en una danza que ya tantas veces habían bailado, pero que siempre se sentía como la primera vez.

-También te amo gatito- acaricio esas suaves piernas y de forma sutil las levanto - no te olvides el gel fue lo que más me dijo el doctor - Yoongi sonrió, su niño era tremendo.

Se movió solo un poco para tomar aquel tubito de gel lubricante, se untó él en su amigo y le unto mucho, pero mucho a su novio en sus puertas de la felicidad.

-Exagerado -

-Precavido amor- dándole un guiño, Jimin no pudo evitar reír- solo mío - dijo nuevamente sobre sus labios.

-Siempre - aferrándose a los hombros de su amado, quien lento y con cuidado entraba nuevamente en aquel lugar que era su paraíso, personal- Yoonie~... -

Su lugar feliz y seguro en el mundo era al lado de ese ojiazul que ahora enterraba sus uñas en su piel, buscando calmar un poco la molesta, lo volvió a besar esperando a que lo malo pasara, sentía el calor envolverlo y el desespero se hacía presente, pero tenía que aguantar, porque antes que su propio placer estaba el de su pareja.

Cuando lo sintió moverse, busco su mirada, misma que le decía que ya podía seguir, dejo un último beso en sus labios antes de dejarse llevar por la locura, el deseo y el amor, porque esa noche al fin pudo volver hacer el amor con su amado.

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*My Soldier*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora