4.:Trato:.

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<<Advertencia: contenido sensible>>

El miedo es algo curioso, podemos temerle a muchas cosas, pero lo que realmente nos da pavor es eso que nos paraliza y no nos deja reaccionar como el común de la gente.

Como Jimin en estos momentos, su esposo lo sacó del hospital para llevar a tirones a la casa y gritarle hasta lo imposible, mientras volvía a golpearlo, Nam no necesitaba un motivo para hacerlo, solo lo hacía y no solo ejercía violencia física y psicológica, también la sexual que es la más dolorosa y humillante.

Porque no solo lo tomaba de formas que no eran cómodas, menos placenteras, sino que le decía palabras insultantes, recalcando lo poca cosa que este era y los motivos por los que  el trato era así, por lo que la mejor opción para el menor era morir.

-Ya no eres nada Jimin, así te deje nadie querrá estar con una basura como tú, una mierda sin valor,  ni tus padres te quisieron y pretenden que yo lo haga- lo tenía fuertemente sujeto del cabello mientras empujaba su pene dentro de la boca del menor, oía los sonidos de ahogo, pero no lo quitaría hasta que estuviera más muerto que vivo, veía como sus manos trataban de empujar, pero él tenía más fuerza, siempre la ha tenido, cuando lo vio poner los ojos en blanco fue que lo quitó de aquel lugar, y lo arrojó con fuerza al suelo, donde trataba por todos los medios volver a respirar- levántate-

Lo vio temblar y tratar de levantarse, cuando quedó de rodillas, lo abofeteó con toda la fuerza que pudo, dejándolo a unos pasos de él con la mejilla roja y el labio partido, lo escucho toser y sollozar.

-Por eso Jin es mejor que tú, él aguanta todos mis caprichos sin reclamar, sin llorar, no sabes lo rico que es estar entre sus piernas oírlo gemir, con el sí me dan ganas de hacer el amor, pero contigo- lo miro - contigo solo siento asco- lo tomó del pelo y lo obligo a mirarlo - eres un asco, una mierda, no sé en qué momento se me ocurrió unir mi vida a ti, un idiota sin belleza, tu cuerpo me da náuseas- dejó caer otra vez su mano contra su cara- el día que mueras podre estar con quien realmente amo, así que mientras no estoy hazme el favor y mátate-

Jimin solo temblaba de pies a cabeza, miedo era poco, aquel hombre le aterraba de una manera que jamás imaginó, ni la muerte lo asustaba tanto, cuando finalmente se aburrió de "Jugar" el rostro del menor estaba más morado que de su color natural.

Fue al baño con el dolor latente en su cuerpo a darse una ducha fría, hasta donde sabía mañana iría a ver a quienes lo vendieron como ganado, porque su esposo quería cumplirle un capricho a su amando Seokjin, llevarlo a Italia, terminó de ducharse y cambio su ropa, caminó hasta la cocina donde de detrás de una caja de harina saco una más pequeña, una que guardaba como un tesoro, la abrió y se dejó caer al suelo.

-Yoonie- era la foto que se había tomado días antes que este se fuera- aún te espero Yoonie, mi corazón aún espera por ti-

El camino hasta Daegu fue entre amenazas y ordenes, de lo que debía y no debía hacer que si él tan solo se entraba de algo volaría de regreso y lo mejor que podría pasarle sería suicidarse, cuando los Park vieron aquel auto negro estacionarse fuera de la casa, salieron a recibirlos, el primero en bajar fue Namjoom, quien miro sin emoción a sus suegros, paso del auto y llego junto a ellos, el jamas le habría la puerta a su esposo, ese gesto de caballerosidad lo dejaba para su amado Jin, así como tampoco dejaba que alguien mas lo hiciera.

-Apresúrate Jimin!!- grito poniendo al menor nervioso, aun con dolor bajo lo mas rápido que pudo y llegó a su lado, traía una gorra negra al igual que su ropa, que no era de la mejor, y unos lentes grandes que cubrían parte de su cara.

-Kim, tanto tiempo- dijo animado el señor Park dándole un abrazo a su yerno y socio- como van los negocios?-

-Bien, Park- sin ánimo- te traigo a tu hijo, no se ha sentido bien en estos últimos meses y el médico nos recomendó salir de la ciudad tomar otro aire- lo tomó de la mano y lo acercó de él, el respingo fue notorio al igual que el nerviosismo- así que como yo tengo unos asuntos que tratar fuera decidí que lo mejor era traerlo- la mujer lo miro el decidía por su hijo- cuídalo por favor no que se haría sin él-

-Claro, sabes que aquí estará seguro- mirando al menor quien no movía un músculo- como estas Jimin?- sintió la mirada de su esposo y pasó saliva.

-Ca, cansado padre - su madre no le perdía detalle, conocía muy bien esa forma de comportarse, nervioso y rígido, y comprenderlo le dolió hasta el alma.

-Estás más alto Hijo - dijo de forma tierna, el menor solo sonrió y volvió a mirar a Nam, tenía que pedir autorización para hablar, noto la mirada de su yerno como le daba el permiso para hacerlo.

-Gracias madre-ella cambió su postura y dio un paso para llegar cerca de él, lo tomó de la mano haciendo que finalmente el menor la mirara a ella.

-Entra Wonho sacará tus cosas del auto, arreglamos tu habitación para tu visita, así te sientes más cómodo, no hemos cambiado nada, todo está como tú lo dejaste- de forma sutil lo saco del saldo de Nam y escucho el suspiro de alivio, camino con él hasta llegar al salón donde lo miro fijo- quieres algo de beber? hice tu jugo favorito- tenía que fingir demencia hasta que Nam se fuera, pero este los siguió llegando nuevamente junto a él.

-Para mí no hay jugo suegra-él no era tonto, sabía lo que esa mujer intentaba.

-No conozco tú gustos Nam, perdón si no te ofrezco algo- pero ella no era Jimin, ya no se dejaba intimidar y de paso le mostraría a su hijo como se lidiaba con los hombres como él.

-Claro- la miró con odio- bien se supone esto será solo un mes ...-

-Se quedará lo que él estime conveniente, desde que se casaron que no tenemos accesos a Jimin así que ahora lo tendré conmigo el tiempo que él quiera, esta es su casa después de todo, no hay problemas con eso supongo, Yerno-su hijo ya estaba dentro de la casa si tan solo Nam se oponía lo sacaría a patadas, había sido un error desde el comienzo, y se arrepentía todos los días de ello ahora no cometería la misma equivocación, sabía que el perdón de su hijo no se lo ganaría de la noche a la mañana, pero haría todo para lograrlo- fue mi hijo antes que tu esposo así que también tengo derecho a estar con él-

-Creo que no fue tan buena idea traerlo -

-Pues ya está aquí, además como dijo el médico, estar con su familia le hará bien - el señor Park solo miraba a su esposa, los años la habían vuelto más valiente- no es así amor?-

-Claro, tómalo como unas vacaciones- se miraron un poco más y luego de unas escuetas palabras y de un beso forzado, Nam se fue, teniendo aquella sensación de que aquello no era la mejor de las ideas, pero tampoco podía arruinar los planes de su amado por las idioteces de Jimin.

Además, como fueran las cosas, el menor era suyo, y si al volver tenía que acabar con todos para tenerlo de regreso, sin dudarlo lo haría.

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*My Soldier*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora