Capítulo 32 - El Príncipe Heredero (2)

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Un par de horas antes de que el Palacio Imperial se volviera una caos, Catherine visitó al Emperador, estaba furiosa por cómo manejaba la situación con respecto al collar de rubíes.

La idea de un juicio por plagio era absurda, quería arruinar a la Familia Duran y no podía haber mensaje más claro para todos los nobles de la capital, que el destierro social de una familia de alto estatus, desafortunadamente, este asunto estaba lejos de lo deseado.

Ni siquiera sabía porque el Conde Rashian estaba involucrado, tampoco le importaba. Si Catherine invitó a su padre a la fiesta de té, fue con la intención de comprobar algo. Y no se equivocó. Su padre tenía algo en contra de Loretta, de lo contrario su reacción no se hubiera diferenciado en ambas ocasiones. Y cuando el mismo Dimitri lo aceptó no pudo soportarlo más y se alejó del lugar, sin prestarle atención a nada más.

La Princesa se adentró en el jardín del Palacio Central con la mente llena de confusión. No podía procesar lo que acababa de escuchar.

Catherine recordó el sonriente rostro de Loretta y sus ojos le escocieron. La extrañaba como nunca.

—Saludos, Alteza —Una mujer de cabello rubio y ojos color avellana la saludaron, era la mayor de las hijas del Marqués Holter.

Catherine asintió desganada, no estaba en condiciones de conversar ahora, pero ella se acercó decidida a no dejarla ir.

—¿Acaso Su Alteza se dirige a la fiesta de té que se organizó para darle la bienvenida a la Princesa del Reino de Randoll? Si es así ¿Puedo acompañarla?

Sin entender cómo sucedió, Catherine fue llevada a un lugar a donde no quería ir, por alguien con quien no quería estar.

La fiesta en el invernadero fue organizada por el Conde Meyer, el diligente hombre se reunió con el Emperador para que se le asigne un presupuesto a la invitada especial y además se tomó el atrevimiento de organizar una pequeña fiesta de té, invitando a todas la jóvenes de familias influyentes de la capital.

Por supuesto, las hijas del Marqués Holter no podían ser ignoradas, sin embargo, la mayor, Anette, fue por orgullo más que otra cosa. No se sentía muy contenta con la aparición de la Princesa, ya que ella era la contendiente más fuerte para convertirse en candidata a Emperatriz una vez que Desmond tomara el trono en un par de meses.

La joven de 20 años no planea resignarse a esa idea de dejar al casamentero más codiciado del continente tan fácilmente, también era consciente de que al igual que ella, otras pensaban igual y que no tardarían en aparecer jóvenes de todo el Imperio una vez que se expanda el rumor de la llegada de Rubika.

Las mujeres, que se dieron lugar al festejo, se levantaron inmediatamente con cara de sorpresa al ver a Catherine entrar, pero de todas la más sorprendida sin duda fue Rubika, desde la fiesta de té a la cual asistió el primer día de su llegada, no había podido reunirse con ella.

La pelirroja le envió varias invitaciones para compartir tiempo, ya sea la hora del té, la comida o la cena, recibiendo como respuesta un simple 'estoy ocupada', lo mismo sucedió con la invitación a la fiesta de té. El Conde Meyer le explicó que era parte del carácter de Catherine, pero las doncellas a su servicio fueron de mayor ayuda.

Le dieron detalles sobre las mujeres más importantes en la capital y en especial de todo aquello relacionado con la otra princesa, a quien Desmond no considera su hermana, la desafortunada ex Marquesa.

Al escucharlas, Rubika se dio cuenta por qué la Duquesa tuvo aquella reacción y la razón del comportamiento precario de las mujeres invitadas, supuso algo debió haber hecho mal al notar como le dedicaban un par de palabras y se retiraron argumentando varios pretextos.

¿Por qué se divorció Loretta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora