Capítulo 42 - Un plan desastrosos

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El conmocionado Príncipe Heredero giró en dirección a la voz con un rostro aterrado, su sonrisa se había perdido y sólo preocupaciones se reflejaban en él- Padre, no es lo que piensas -Se apresuró a decir-. No pasó nada entre nosotros -aseguró firmemente.

Desmond es una persona honorable, y su padre creía en su palabra, aunque a Dimitri no le importaba lo que hubiera pasado entre ello en este momento, había algo más importante de que ocuparse.

-Ya que disfrutaste la velada con tu amada, ve al sur y soluciona el conflicto de los saqueadores de navíos -ordenó haciendo una señal a unos de sus guardias.

El joven Príncipe se encontró rodeado de varios caballeros élite, uno sostenía un saco y otro un par de mordazas, los demás estaban listos para someterlo.

Desmond dió una gran pelea, no obstante, ¿que podría hacer un joven contra cinco caballeros de la Legión Dorada o el experimentado Comandante de la Guardia Imperial?, aún así, trató con todas sus fuerzas de liberarse, la promesa a quien ama no la rompería ni por su padre ni por nadie, desafortunadamente, sus fuerzas no fueron suficientes para combatir y terminó inconsciente dentro del saco.

Luego de asegurarse de la partida de su primogénito, el Emperador pidió la presencia de la Vizcondesa Walters, la dama de honor de su esposa era por mucho una mujer de confianza.

-Sabes ¿por qué te llame? -preguntó el soberano del Imperio con rostro serio.

-Lo siento, Su majestad. Me temo no sé la respuesta-replicó la mujer nerviosa, no era la primera vez frente al Emperador, pero sí el ser llevaba en secreto ante él.

-Pero ¿sabes de lo sucedido con Loretta y el collar? -la mujer asintió, todos sabían el motivo del castigo, pero únicamente ella conocía la verdad- Supongo también sabes lo que quiso expresar mi hijo con ese regalo.

La mujer asintió nuevamente.

El Emperador observó el techo del salón por un segundo, dio un largo suspiro y regresó su mirada a la dama de honor- Necesito que divulgues un rumor -La mujer dudó por un segundo, no obstante, asintió por tercera vez rodeada por la ansiedad-. Ve y convence a los sirvientes del Palacio Imperial que el castigo impuesto a Loretta fue gracias a una broma del Príncipe Heredero. Asegúrate de que nadie tenga dudas.

La confiable dama salió inmediatamente a hacer su trabajo, por la tarde todos hablaban de la mala relación entre los Príncipes y como la falsa Princesa fue castigada por culpa del futuro gobernante.

El rumor de la broma no fue lo único susurrado en los oídos de la Emperatriz, la noticia de que Loretta pasaría una semana en el Palacio Sur también lo acompañó. Molesta por la exageración del castigo, Elizabeth fue en busca de su marido y esta vez no se detendría hasta estar en su presencia.

La puerta se abrió y la Emperatriz entró furiosa -¡Una semana! -expresó saltándose el cariñoso saludo- ¿Mantendrás a Loretta encerrada por una semana?

Dimitri ordenó a sus consejeros salir de la oficina e invitó a su esposa a tomar asiento, la Emperatriz se negó. Se descubrió ella misma mayormente furiosa al encontrarse con el rostro del Emperador.

Anoche su marido desapareció sin dar una explicación, ignoró su llamado y no se dignó a darle la cara en todo el día, además de castigar a Loretta por días en el lugar más frío y lúgubre del Palacio Imperial.

-Estoy bien -dijo cruzándose de brazos.

Dimitri se acercó a ella, los ojos azul cielo de la Emperatriz lucían tan fríos como el hielo y ante esa mirada el Emperador se sintió pequeño.

¿Por qué se divorció Loretta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora