Capítulo 38 - Pañuelo

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Ocho horas antes del ataque de los bandidos, diez jinetes enmascarados aparecieron frente a la finca Abaid con urgencia, estaban determinados a informar sobre un posible ataque al lugar.

El grupo pertenecía a los caballeros sombra asignados por Henrick para espiar al gremio Vrahos en el este.

Los recién llegados se toparon al Príncipe caminando nerviosamente de un lado a otro fuera de la puerta al final del pasillo. Al percatarse de la llegada de los hombres, pidió una explicación a su presencia.

-Vinimos a advertir, Alteza -respondió el hombre llamado Berius, con gran seriedad.

Desmond fijó sus ojos en la puerta a su lado y le hizo una señal para que se movieran a la habitación de enfrente.

En tres minutos, el Príncipe estaba dentro de la alcoba junto con el cabecilla del grupo Lucas y Lancel.

-Habla -demandó preocupado Desmond, contrario al su semblante tranquilo que proyectaba- ¿Qué es lo que tienes que informar?

-Esta mañana se ha reunido una gran cantidad de integrantes del gremio, al menos cincuenta hombres llegaron al amanecer a Melitran. No conocemos los detalles específicos, pero la finca Abaid era nombqarada por muchos -El rostro de Desmond se petrificó momentáneamente, pronosticaba un ataque, aunque no esperaba con tanta rapidez. Desmond comenzaba a darse una idea de que puesto ocupaba ese hombre, si contaba con el poder para movilizar a tan gran cantidad de forajidos en un par de horas-. Si mis deducciones son correctas deben saber su paradero...

-No -interrumpió el Príncipe con el rostro pensativo-. No es cien por ciento seguro que vengan tras de mí -Podría asegurar basado a lo que escuchó de Lucas y Olivia que su objetivo era alguien más, además no podía permitirse poner a la persona que ama en peligro, mucho menos dejar que caiga en sus manos-. Necesitamos sacar a Loretta de manera segura-Los hombres asintieron, el problema era encontrar una solución para hacerlo-Por el momento, deben regresar a sus puestos -Ante la mención del Príncipe, Berius trató de protestar, sin embargo, las palabras de Desmond se interpusieron-. La seguridad de la Familia Imperial depende de la información que puedan conseguir. Muchos cambios imprevistos están ocurriendo y estoy seguro que pronto el líder de Vrahos hará sus movimientos. Necesitamos estar listos para cuando suceda. En el pasado, cometí el error de dejar escapar a algunos, no pienso repetir la historia.

Hace años cuando limpiaron el norte dejaron escapar a varios. Sin imaginar que la estirpe se movería al este para enraizar con mayor fuerza. Ahora podía confirmar que manejaban a su antojo la quinta ruta de mayor tráfico comercial del Imperio.

Mien colinda con dos países con futuros prometedores, en especial Randoll que ha crecido económicamente en los últimos cincos años. Desmond era consciente de que si quería debilitar con el gremio necesitaba la ayuda del Rey Eroan, pero eso implicaba un trato y estaba seguro de lo que pediría a cambio. El Príncipe jamás aceptaría una concubina.

Aunque era una pena que tanto él como el Duque estuvieran lejos de imaginar quién era realmente Eroan.

-Si se han reunido tantos hombres en un par de horas, es posible que ataquen esta noche. Deberíamos prepararnos y dejar la finca al anochecer -expresó Lancel.

-Si huyen irán tras ustedes, necesitan ganar tiempo-replicó Berius-. No sabemos con exactitud cuántos hombres hay en la zona. Incluso si son emboscados hoy, es probable que mañana aparezca otro grupo para perseguirlos. Lo único que los detendrá es la aparición milagrosa de alguna de la división de caballeros imperiales.

¿Por qué se divorció Loretta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora