Capítulo 23 - Te odio

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* * *


Loretta fue arrojada a los brazos de Zante antes de que Lucas fuera atrapado entre las ramas de los árboles y se perdiera junto con su caballo.

—¡Lucas! —Loretta gritó desesperada, pero eso no cambió el hecho de que lo vio desaparecer.

Ahora solo quedaban ella y Zante, aquellos quienes dejaban Prysmian con una sonrisa en el rostro desaparecieron de su vista ya sea en un intento por salvar sus vidas o fueron arrastrados por la avalancha de tierra y agua.

—Resista Alteza. No dejaré que nada le pase —mintió Zante. El joven rubio no sabía cómo lo conseguiría, lo único que pudo hacer fue darle palabras de consuelo mientras subían la cuesta y se alejaban del peligro.

El corcel marrón avanzó entre los arbustos, troncos caídos y todo aquello que se interponía en su paso creando un poco de confianza en el hombre, que sujetaba con fuerza a la mujer que debe proteger, sin embargo, la tierra floja a sus espaldas derribó un par de árboles, el enorme abeto se interpuso en su camino, el caballo perdió el equilibrio.

La caída fue amortiguada por un par de arbustos, la espalda del caballero fue golpeada con fuerza provocando que soltara a Loretta, y antes de que ambos se dieran cuenta, ella fue guiada en una dirección contraria a Zante. El caballero hizo su esfuerzo por sujetarse de algún lugar buscando estabilidad, no obstante, fue atrapado por la tierra y llevado loma abajo.

—¡Alteza! —gritó Zante antes de desaparecer junto a las ramas de un tronco.

El cuerpo de Loretta fue detenido gracias a una raíz salida encontrando un refugio al deslave, desafortunadamente el fuerte golpe recibido en su cabeza la hizo perder la conciencia.

Cuando volvió en sí, tanto el silencio como la oscuridad predominaban, fue una suerte que la interminable lluvia, que comenzó hace unos días, se hubiera detenido.

Loretta se levantó tratando de echar un vistazo a su alrededor, dándose cuenta de cómo hasta la luna la había abandonado, ocultándose tras una espesa nube—¡Zante! —gritó entre lágrimas.

Todo pasó tan rápido.

Temprano por la tarde todos partían a la finca del Barón Abaid, el vagón en el que viajaba Loretta fue el último en salir, quería asegurarse que nadie se quedará. La gente aceptó dejar todo, luego de que otro derrumbe se presentó, además hizo la promesa de que al siguiente día se enviarán carruajes para recoger el resto de sus pertenencias. Los ciudadanos no estaban muy convencidos pero no perdían nada por creer en sus palabras por un día.

Una hora después de emprender el viaje, una gran parvada de aves, que parecía huir de algo, los alertó. Los caballeros se miraron los unos a los otros con preocupación, aunque, fue el humo proveniente de alguna parte de la alta montaña lo que les advirtió.

La carreta se detuvo abruptamente, gritos comenzaron a oírse por todos lados, Loretta no tuvo tiempo de reaccionar debido a que fue fuertemente jalada por Fausten, con un movimiento tan violento, que dejó una marca en su brazo así como un inmenso dolor.

La Princesa no tuvo tiempo para quejarse; los brazos de alguien más la tomaron por la cintura al ser colocada en el caballo del Comandante Lucas. El corcel se alejó junto con otros caballeros y de la nada, el agua apareció. Por más que subían la montaña no parecían alejarse de la orilla, y antes de que se presentara el primer derrumbe se comenzaron a escuchar gritos en varias partes del bosque.

—¡Zante! —Loretta caminaba sin rumbo, llamaba desesperada al joven caballero. Gritó su nombre una infinidad de veces con la esperanza de que le respondiera, pero sólo se percibía el eco de su voz.

¿Por qué se divorció Loretta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora