Tenía claro que mi vida no sería fácil, estaba rodeada de obstáculos, algunos los saltaba y otros simplemente los esquivaba, pero estoy orgullosa en la mujer que soy hoy en día, tengo todo lo que pueda necesitar y aunque parezca mentira estoy agradecida de que me haya pasado todas las cosas malas de mi pasado. Aún tenía que mejorar muchos aspectos de mí, pero cada día los voy mejorando y esforzando.Hace dos años mi vida cambió tan bruscamente que no me di tiempo a conocer mundo, ha conocerme mejor a mí misma, no hacía mucho, había llegado a New York con la esperanza de encontrar una mejor vida para mi hijo y para mí, para poder coger experiencia y el día de mañana comenzar a crear mi propia empresa. Pero eso iba a tardar, primero tenía que conocer al hombre que me dejaría sin aliento cada vez que me miraba, el que no tenía ningún reparo en ser cruel con quién se cruzara en su camino, él era puro fuego y yo la leña que le mantenía vivo, pero al final terminamos consumiéndonos. Decidí separarme de todo lo que me relacionara con él, pero eso no podía pasar, había algo mucho más fuerte y grande que nos seguía uniendo, aunque no quisiera, Tara, nuestra hija, esa misma que él no conoce. Era obvio, el causante de mi corazón roto, Maxwell Miller había dejado un gran vacío en mi pecho, pero lo mejor para los dos era alejarme, no quería que mis hijos se vieran envueltos es sus dramas mafiosos y mucho menos tener que soportar a la madre de su bebé, Loren. No podía permitir tal humillación ante el mundo, mi marido, el que solo me casé con él para ayudarle a mantener su empresa, me había engañado con su amante justamente el mismo día que me encontraba en el hospital, prácticamente casi sin vida. Me juré no volver a verle y a nunca perdonarle por tanto daño, tanto es así que mentí de que había perdido a nuestro bebé para que pudiera desprenderse de mí más fácilmente.
Ahora que han pasado dos años todo va a mejor, estoy rodeada de la gente a quien quiero y estoy consiguiendo todo lo que me había propuesto cuando era pequeña, ahora que sé quién soy y de dónde vengo, puedo con todo lo que me deparé en la vida. Cuando me enteré de que tenía un hermano y que procedíamos de un linaje de jefes de la mafia italiana no quería creérmelo, yo tuve una vida y unos padres y era imposible que fuera hija de un mafioso muy respetado, pero con el tiempo, los viajes y toda la información acepté mi ser como parte de la mafia. Mi hermano James se había hecho cargo del negocio cuando murió nuestro padre y ahora yo le ayudo en lo que podía, sé que suena un poco hipócrita por haber dicho que no quería verme relacionada con el negocio de Maxwell, pero esto era distinto, era mi familia, sangre de mi sangre y mataría por proteger a cada uno.
Después de que mi mejor amiga Tamy y James se casaran se mudaron a uno de los Penthouse más elegantes y caros de la ciudad, estaban dispuestos a formar una familia, aunque Tamy tuviera problemas para quedarse embarazada, llevaban todo este tiempo intentando tener un bebé y eso les frustraba bastante y aunque mi hermano ya tuviera dos hijos con su anterior esposa eso no era ningún impedimento para ellos. En el fondo me daba miedo que no llegaran a conseguirlo, temía por la salud mental de mi amiga y siempre hacía lo posible para apoyarla en este proceso, ella siempre me apoyó desde que éramos pequeñas, ella era como si fuera mi hermana.
Por otro lado, mi ex, el padre de mi hijo Daniel, se acaba de comprometer con su novia Eva, una chica encantadora que se ha convertido en una de mis mejores amigas, cuando la conocí no me imaginé que fuera una persona tan buena y pura, Tamy y yo nos convertimos en sus damas de honor al igual que otras amigas de ella y como nuestro deber teníamos que ayudarla en los preparativos y en todo lo que tiene que ver con la celebración.
En mi ámbito personal seguía saliendo con Tyler, se había convertido en una persona muy importante para mí y me hacía feliz, llegué a quererle de verdad y comencé a tener sentimientos nuevos. Él nunca se dio por vencido, me ayudaba, me quería y se había convertido en un padre para Tara; decidí ponerle su apellido ante su insistencia porque sabía que amaba a mi hija como si fuera propia. Ahora habíamos formado una pequeña familia y nos mudamos a otro Penthouse, pero más modesto, cerca de las escuelas de los niños y de nuestro trabajo, sobre todo porque ahora trabajaba también con Tyler en mi empresa y nos estaba generando muy buenos ingresos, bastante para haber comenzado hace poco. Tenía muchos nuevos clientes importantes y muchas personas con las que querían hacer negocios conmigo, eso me llenaba de alegría.
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Al final del destino
RomanceNunca me hubiera imaginado estar en esta situación, hace dos años mi vida cambió de la noche a la mañana. Llegué a Nueva York con mi hijo y mi mejor amiga Tamara para poder empezar de cero, necesitaba encontrarme a mí misma y empezar a trabajar para...