Hemos llegado, estoy muy nerviosa por lo que pueda pasar, James aún no nos había dado las ordenes y Megan y yo estábamos casi por comernos las uñas. Si todo sale mal, Luan podría buscar la manera de encontrar a mi hija y llevársela, no puedo permitirlo, así que mi objetivo es encontrarla y enfrentarme a ella de una vez por todas. Con ella no me temblará el pulso, estoy segura de ello.
— Megan.
— ¿Sí?
— Procura que no te maten —le cojo de la mano.
— Te digo lo mismo.
— Nunca te he dado las gracias por ayudarnos, si no hubiera sido por ti quizás no...
— No hace falta darlas, de alguna manera tenía que ayudar.
Y de repente varios sonidos de disparos comenzaron a escucharse por todas partes, ya había comenzado.
— Ahora —escuchamos por el micro a James.
Era nuestra señal, salimos disparadas de nuestro escondite, varios hombres nos apuntaron con sus armas, pero ambas fuimos rápidas y los matamos, avanzamos cada vez más, defendiéndonos como podíamos, esta gente era dura de pelar y tenía miedo de que sus balas nos dieran y que tuvieran veneno como las nuestras.
— Megan, cuidado —la empujé, uno de esos cabrones se estaba escondiendo.
— Gracias.
— Vamos.
*Maxwell*
Eran muchos, demasiados, mucho más que nosotros y no me temía que en algún momento íbamos a fallar. De entre todos los hombres teníamos que tener cuidado porque según González nos iban a ayudar en el ultimo momento, así que tenía que mirar bien sus marcas en el brazo, así los distinguiríamos. Ahora mismo matar a estos hijos de puta me hacen sentir mejor, necesitaba descargar toda mi ira, por otro lado, no veía por ninguna parte a Vitale.
— James ¿Lo ves? —pregunté.
— No, aún no.
— Ese hijo de puta está esperando a que nos cansemos para atacar.
— Eso no va a suceder, amigo mío.
No le pienso dar el gusto, deseo tanto como James enfrentarme a él y matarle, por todo el daño que nos ha hecho, no se merece la vida.
*Tyler*
James no ha querido que me involucrara en esa guerra, no dejo de preocupar me Emma, sé que después de todo ella quería participar. Solo espero que esté bien y que no le suceda nada, aunque ya no vayamos a tener ninguna relación amorosa solo quiero su bienestar.
— Ty, tienes que relajarte —me dice Sofía dándome un té.
— No puedo.
— Todo va a ir bien, mi padre es muy bueno y ellos también —me sonríe—. Van a poder con ellos, créeme.
— Buf, esto es una locura —dejo el té en la mesilla y me recuesto en la cama.
— Lo sé —Sofí hace lo mismo, ambos nos miramos.
— Gracias, sin la ayuda de tu padre...
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Al final del destino
RomanceNunca me hubiera imaginado estar en esta situación, hace dos años mi vida cambió de la noche a la mañana. Llegué a Nueva York con mi hijo y mi mejor amiga Tamara para poder empezar de cero, necesitaba encontrarme a mí misma y empezar a trabajar para...