A la mañana siguiente, mientras esperaban a su padre para el desayuno, Leo y Karai se reían de los moretones que tenían Hun y Xever, además del labio partido. -Y ese idiota es tu guardaespaldas- se burlaba Karai junto a su hermano. -Solo una noche enfrentándose a los Hamato y ya tiene un lindo recuerdo.
-Yo creo que hace juego con su facha de delincuente- dijo Leo haciendo reír a su hermana.
-Seguro que lo hace- esta vez ambos rieron a expensas de Xever que estaba a sus espaldas.
Xever estaba a punto de reprenderlos cuando su maestro apareció en la habitación, ambos chicos guardaron silencio de inmediato, cada uno tomando su lugar a cada lado de su padre. Las sirvientas entraron a la habitación, sirvieron el desayuno y salieron de la habitación. El desayuno fue aburrido como siempre, no se dijo nada. Justo cuando terminaron y se disponían a ir a sus respectivas actividades, su padre los detuvo. -Karai necesito que empaques, necesito que vayas de vuelta a Michigan, al parecer surgieron unos problemas y no puedo dirigirme allá en este momento.
Leo miro a su hermana horrorizado, no quería que se fuera, la ultima vez que lo dejo solo con su padre fue un infierno para él. Ahora no solo tenia que lidiar con Hun, también estaban Garra de tigre y Xever. Karai compartió su preocupación. -Pero padre, que hay de los chicos Hamato.
-Xever, Hun y Leonardo podrán encargase de ellos- respondió rápidamente, Leo se retorció en su asiento ante el pensamiento de estar en misiones con ellos dos, eso solo terminara en desastre.
Karai se burlo de eso. -Claro, porque fueron de gran ayuda ayer.
Su padre la miro con desaprobación, aunque tenia razón esos dos eran cada día mas decepcionantes. -Garra de Tigre ira con ellos en tu ausencia- claro que eso ya sonaba mejor, pero no tan bien para sus amigos. Después de todo la devoción de Garra de Tigre por su padre era mayor que la de los otro guerreros del pie, además de tratarse del hombre de confianza de su padre, no se detendría por nada. Aunque, sus amigos habían mostrado tener habilidades buenas, seguro estarán bien. -Incluso iré personalmente si hay algún problema- eso si era un problema.
-Pero-
-No quiero mas objeciones, iras y es mi ultima palabra- con eso se puso de pie dejándolos solos. Karai hizo lo mismo dirigiéndose a su habitación, Leo fue tras ella.
Karai saco una maleta y empezó a guardar algunas de sus pertenencias. Leo se sentó en su cama en silencio, solo observando las acciones de su hermana. Tras unos minutos, Leo hablo. -No quiero que vayas.
Karai suspiro, arrastro su mirada hasta encontrarse con su hermano menor. -Yo tampoco, pero no hay nada que podamos hacer contra eso. Me enviara aunque siga negándome.
-Entonces me quedare solo otra vez- murmuro malhumorado, Leo sabia que estaba comportándose como un mocoso en se momento, pero no le importaba su hermana estaba por irse y dejarlo. También sabia que no había nada que hacer. Karai le dio una mirada culpable. -Lo siento, no es tu culpa.
-Solo serán unos días- le dijo Karai sentándose junto a él. -No te metas en problemas mientras no estoy.
Leo se rio, "eso es imposible hermana" pensó. -Seguro, todo estará bien.
Karai le sonrió, le dio un abrazo antes de darle un empujón. -Anda, se te hace tarde.
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Después de llevar a Leo a la escuela, Xever volvió a la casa y entro a la habitación de Leonardo. Algo le decía que ese niño escondía cosas, por lo que se dispuso a descubrir de que se trataba. Reviso el lugar hasta el último rincón, pero no encontró nada. Solo había dos opciones, el niño en realidad estaba siendo sincero y no tenia nada que esconder, o era realmente bueno ocultando cosas. Se sentó en la cama irritado, ese mocoso no podía ser mas listo o astuto que él.
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TMNT humanos
FanfictionOroku Leonardo, hijo del gran destructor. Se muda con su familia, su padre Oroku Saki y su hermana mayor Karai, a Nueva York, sin saber las razones de su padre. Al llegar se encuentra con tres hermanos y su vida cambia, esa vida llena de oscuridad...