Kekai permanecía inmóvil delante de ella, llevaba ropa casual, unos simples vaqueros y una camisa. Tenía el cabello negro revuelto y sus ojos marrones se veían negros con la oscuridad que los envolvían. A pesar de estar a solas, no sentía miedo. Recordaba cómo la primera vez que lo vio se sintió aterrorizada, nunca se había sentido tan vulnerable, pero en ese momento solo sentía ira. Odiaba a aquel hombre con todo su ser, no solo por lo que le había hecho a su madre, si no por todo lo que le había hecho a ella. Su sola presencia suponía que ella no era quien realmente creía, qué había una parte de ella tan oscura y peligrosa que siempre intentaría ocultar.
Sabía que había llegado el momento de enfrentarse, de la pelea que estaba por ocurrir solo había dos escenarios posibles, o perdía sus habilidades y él ganaba, o ella vencía y lo reducía. No habría segundas oportunidades. Era una lucha que estaba destinada a ocurrir desde que se encontraron. Ahora que estaban solos, se sorprendió lo tranquila y calmada que se sentía, como si el resultado no importase. Por un momento, solo quería vencerle, demostrarle que no era tan débil o indefensa como él creía, que no hiciera más daño, aunque eso suponga que ella sufriera, lo aceptaría. Pensó en su hermana, en Tamaki, en su padre, en Keigo, en Bakugo y Todoroki, en Midoriya... por ellos ella estaba dispuesta a todo.
-Pareces que te has recuperado de ese pequeño accidente.
¿Cómo diablos sabía Kekai eso? A no ser... Haruko abrió sus ojos sorprendida y para que mentir, molesta.
-¿Fue cosa tuya?
-Solo quería comprobar hasta dónde llegaba esa droga... qué efecto tenía... -dijo despreocupadamente mientras caminaba, formando un arco alrededor de ella.
Haruko arrugó su frente furiosa. Él no iba a dejarla en paz, nunca y sus amigos o su hermana podían salir heridos por ello. Ella extendió las manos, dos esferas brillaron en sus manos, estaba lista para luchar, sus ojos brillaron, dorados. Kekai la miraba intrigado y sonrió con diversión. Se sentía confiado, sabía que tenía más experiencia que ella.
-Bien. Dejemos la charla. -agregó Kekai.
Kekai atacó primero, lanzó las dagas oscuras hacía ella con la intención de debilitar el escudo. Haruko se movió, corriendo y esquivando el ataque, contraatacó lanzando las esferas hacía él. Kekai pudo protegerse formando una barrera de energía oscura. Ella acortó la distancia que los separaba, manteniendo en su mente los recuerdos que avivaban su odio, en sus manos había dos dagas brillantes. Puntiagudas, afiladas y peligrosas, igual que sus emociones. Junto sus manos para unir las dos dagas, formando una lanza resistente que clavo en el escudo de Kekai cuando estuvo suficientemente cerca. La lanza había atravesado el escudo, pero había conseguido frenarla a tiempo. Kekai alzó una ceja ligeramente sorprendido. No esperaba que ella aprendiera tan rápido. Liberó la energía hacía ella empujándola, obligándola a retroceder. Era la primera vez que se sintió presionado.
Ella gruño cuando retrocedió, pero no se rindió, recordó los consejos de Hawks: "Mantente siempre en moviendo". Miró el techo y movió sus manos, creando unas esferas que impactó sobre la superficie. Su intención era crear escombros lo suficientemente grandes para obstaculizarle mientras los lanzaba hacía él. Sabía que eso lo detendría momentáneamente mientras pensaba el siguiente ataque. Los escombros salieron volando en distintas direcciones, tuvo que protegerse para que ninguno la golpeará. Ahora era él quien se acercaba a ella, atacando, lanzando aquellas dagas oscuras hacía ella. Intentando tomarla por sorpresa.
Cuando ambos estuvieron lo suficientemente cerca, cada uno creo un escudo. La energía de ambos chocó, los escudos ejercían presión mutuamente y a su alrededor se formaba una burbuja. Ahora era una lucha de resistencia. El suelo a su alrededor se agrietaba por la fuerza que los escudos estaban ejerciendo. Debía concentrarse mucho para mantener esa fuerza, incluso aumentarla. Sentía las gotas de sudor caer por su rostro, incluso por su espalda. Él debía reconocer que ella era fuerte, se mantenía firme en su posición, pero jamás podría superarlo. La oscuridad consiguió empujarla y romper el escudo, el impactó la hizo retroceder varios metros hasta caer tumbada en el suelo. Su espalda dolía, quizá se habría roto algo, ese dolor no era normal, casi la dejaba sin aliento.
Aprovechó aquel momento de debilidad para atacarla, ella no fue lo suficientemente rápida. Kekai mantuvo la energía a su alrededor, la oscuridad lo envolvía y se entrelazaba con la energía brillante que ella emitía. Poco a poco la energía la envolvió, aquel brillo cristalino iba hacía él mientras ella se mantenía inmóvil, algo oscuro la tenía quieta, sentada en el suelo. Ella apretó los dientes, podía sentir cómo le arrebataba la energía, se sentía cansada, sus ojos habían perdido su brillo a medida que se sentía más cansada. Aún así consiguió levantarse y quedar de pie. No podía dejarlo ganar. Sus amigos dependía de ella, él era peligroso, si ganaba... ¿qué le aseguraba que no dañaría a sus amigos? Él seguía siendo un villano, estaba del lado de All For One.
Es momentos como ese donde una se pregunta: ¿Qué debo hacer? ¿Qué será de mí? Haruko pensó que vería toda su vida o al menos los momentos más importantes. Creía que pensaría en las personas más importantes de su vida, pero nada de eso ocurrió. Todo ocurría muy rápido y de igual forma ella debía adaptarse a las circunstancias. ¿Acaso quería morir? ¿Acaso iba a dejar que él ganase con tanta facilidad?
No. Ella podía dar más de sí misma. Aquello no había terminado. Su determinación y su fuerza de voluntad en momentos así eran mucho más fuertes que los de cualquiera. Haruko cerró los ojos y cuando los abrió volvieron a su tono dorado, tenía que esforzarse, no podía rendirse. Protegería a sus amigos, no sería como él, no iba a perder, prefería morir antes que dejarle salir con la suya...
La energía brillante que Kekai consumía lo envolvió mientras la energía oscura que la inmovilizaba se introducía en su interior. Habían entrado en una espiral donde se estaban consumiendo mutuamente, como dos agujeros negros en una danza mortal. Ni siquiera supo como había hecho aquello, ni siquiera fue algo pensado o planeado. Fueron sus propias emociones quienes la guiaron a ello. A su alrededor se formó una cúpula, un torbellino en movimiento, que arranco pedazos de pared y suelo mientras giraba a su alrededor. Aquel torbellino aumento su fuerza hasta crear un agujero en el techo que fue creciendo hasta llegar a la superficie. Todo el terreno de la casa se tambaleo, los héroes y villanos salieron mientras todo se destruía a su paso. Los restos se movían en un caos a su alrededor, chocando uno contra otro hasta reducirse a polvo. La cúpula se agrando dejando un agujero de 2 kilómetros de anchura. La energía de ambos se entrelazaba se autoconsumía, se autoalimentaba, pero al final solo podía quedar uno o ninguno...
Su nariz sangraba sin control, ya ni siquiera era rojo, tenía un color oscuro casi negro. La mascara a penas le dejaba respirar así que la bajó, dejando su rostro libre. Podía sentir la humedad en sus labios de su propia sangre, se sentía tan cansada y mareada así que sabía que no le quedaba mucho. Ni siquiera podía ver lo que había ante ella, todo lo que distinguía era una mezcla de negro y plateado (la energía de ambos) y polvo. Decidió cerrar los ojos, a diferencia de Kekai, ella no tenía miedo a morir. No tenía miedo de sacrificarse si eso conseguía pararlo. Se sentía tan cansada, tan furiosa, había un caos en su propio interior... ¿Morir le traería paz? ¿Le quitaría el dolor que sentía en ese momento?
Sintió una explosión tan intensa que la empujó contra una pared, se golpeó la cabeza quedando recostada contra la superficie manchada de su propia sangre. Su cuerpo le dolía como si se hubiera partido en mil trozos. Sus párpados pesaban tanto que no podía abrir los ojos, todo estaba tan oscuro y sentía frió. Ahora añoraba la mano cálida de Todoroki, los abrazos sorpresa de Fuyuka, las miradas cálidas de Bakugo... ¿La extrañarían si ella se iba? ¿La perdonarían por su impulsividad?
Para su sorpresa sintió un abrazo a su alrededor, sus ojos se abrieron y su madre estaba allí. Estaba igual que la vio en las fotos. Sus alas marrones la envolvían y sus brazos la rodeaban pegando su cabeza a su pecho. Sintió sus labios en su cabeza con cariño mientras sus manos acariciaban su espalda. Se sentía bien, protegida, querida y amada. No encontraba palabras para ese momento, había deseado tanto ver a su madre, sentir sus abrazos y su amor. No la recordaba, no había podido sentir ese amor cuándo era niña, pero ahora podía disfrutar de eso por toda la eternidad.
Entre las ruinas de la residencia de Chisaki, Kekai y Haruko quedaron tumbados en el suelo sin moverse, sin señales de vida. Todo a su alrededor estaba en calma, como si un enorme huracán hubiera pasado. Haruko se sintió en paz.
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Shield: Haruko Ishikawa (Todoroki y Bakugo x Oc)
FanficHaruko Ishikawa es una joven adolescente que vive en una sociedad donde el 80 % de la población tiene algún tipo de habilidad o don. Ella no es una excepción, pero lo que su don conlleva siempre la ha dejado preocupada y temerosa de herir a los dem...