Capítulo Uno

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El castaño iba caminando junto a su mejor amigo hacia la escuela, un hábito que mantenían desde que eran niños, Brett pasaba a buscar a Theo por su casa todas las mañanas para ir juntos hacia la escuela. En el camino siempre iban hablando de tonterías, pocas veces conversaban de las tareas o cosas con algún rasgo de importancia en ellas, ya que, en palabras de Raeken, era demasiado temprano para hablar de cosas importantes. Pero ese día, Talbot quería contarle algo importante a su amigo.

-Theo, tengo que hablar contigo de algo... Es realmente importante. –murmuró el más alto de los dos.

-Amigo, es temprano para eso. –se quejó entre risas el de ojos claros.

-Theo. –regañó entre dientes.

-Bien, dime, ¿Qué pasa? –indagó el joven con una sonrisa amigable.

-Estoy saliendo con alguien, sé que estarás molesto por no habértelo dicho antes, pero eso no importa ahora. Quiero que lo conozcas. Eres mi mejor amigo y sería importante para mí que se llevaran bien...

Concluyó el de ojos marrones con una pequeña sonrisa, dejando a su amigo sin habla. No es que estuviera molesto, de hecho, estaba feliz por Brett, pero no entendía por qué no se lo había dicho antes. Theo no era de esos amigos que te sabotearían, ni mucho menos, él lo hubiera apoyado sin dudarlo. Quizá no eran tan amigos después de todo. El castaño más bajo esbozó una pequeña sonrisa hacia su acompañante.

-Está bien. Si él te hace feliz, prometo llevarme bien con ese chico. –calmó Raeken sin dejar de mirar al camino.

-¿Cómo sabes que es un chico? –preguntó el más alto confundido, todos sabían que él era bisexual, no era una novedad.

-Porque dijiste que quieres que "Lo" conozca, no es una ciencia entender que es un chico. –aseguró riendo.

-Ah, claro... Tiene sentido. –contestó el joven acompañando la risa de su amigo.

-Bueno, ¿Cómo se llama el afortunado?

-Liam. Su nombre es Liam... -dijo mientras una boba sonrisa comenzaba a formarse en su rostro.

-Genial, y ¿Cuándo tendré el honor de conocer al tal Liam? –indagó sin muchas ansias.

-¿Qué te parece hoy en la tarde? Yo pago el helado. –soltó el más alto como si todo lo tuviera planeado.

¿Tengo otra opción? Pensó Theo sin muchos ánimos. No le encantaba la idea de conocer a alguien nuevo, mucho menos de tener que soportar a Brett en su estado de romántico empedernido, pero era su amigo, para su mala suerte tendría que soportar aquella incómoda situación. Respiró profundo y aceptó aquella invitación. Llegaron a la preparatoria para suerte del más bajo, ambos chicos se despidieron para ir a sus respectivos casilleros. Theo, al llegar, se encontró con su compañero de casillero, un chico atractivo, más bajo que él, de cabello rubio y ojos celestes. A diario, desde hace varios meses, los jóvenes se saludaban con una sonrisa, no sabían sus nombres, no hablaban entre ellos, toda su interacción era a base de miradas y muecas inocentes. Compartían algunas clases, así que sabían el apellido del otro. Dunbar. Ese era el apellido de aquél joven. Por primera vez, Raeken quería hablarle al chico, ansiaba saber si su nombre era tan bello como sus ojos. Pero ese no era su día, antes de poder hablar con el chico, una pelirroja comenzó a acercarse hacia el castaño.

Un Juego De Niños // THIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora