Capítulo Once

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La mañana del viernes fue algo divertida en casa de los Raeken, como casi todos los días. La mayor de los hermanos no tuvo mejor idea que poner música fuerte en el cuarto de su hermano para levantarlo de la cama, mientras que el menor comenzó a lanzarle cosas, almohadas, ropa, calcetines y todo lo que pudiera encontrar que no dañaría a su hermana si le llegaba a dar. La chica se subió a la cama de su hermano y comenzó a saltar en ésta, entontando horriblemente la canción que había puesto para despertarlo.

-FIRE ON FIRE, WOULD NORMALLY KILL US -cantaba la chica con alegría irritando al de ojos claros-. BUT THIS MUCH DESIRE, TOGETHER, WE'RE WINNERS.

-Tara, basta... -gruñía el chico entre risas, aún en la cama.

-THEY SAY THAT WE'RE OUT OF CONTROL AND SOME SAY WE'RE SINNERS -seguía gritando la de ojos marrones.

-Sí, estás fuera de control, y completamente loca si me lo preguntas... -soltó el joven adormilado con una amplia sonrisa en su rostro.

-BUT DON'T LET THEM RUIN OUR BEAUTIFUL RHYTHMS. -ella iba a seguir cantando, al menos hasta que su hermano se levantara de la cama-. 'CAUSE WHEN YOU UNFOLD ME AND TELL ME YOU LOVE ME. AND LOOK IN MY EYES.

-You are perfection, my only direction -se rindió en castaño, sentándose con cuidado en la cama para mirar a su hermana con ternura-. it's fire on fire... Oh... -cantó bajo para luego tomar aire, el chico cantaba bien naturalmente, su hermana había tomado clases de pequeña y le había enseñado a Theo.

-IT'S FIRE ON FIRE 

Cantaron ambos a dúo para luego comenzar a reír a carcajadas, así su hermana sabía que él estaba totalmente despierto y no volvería a dormirse. La chica le dio un suave beso en la frente para, posteriormente, salir del cuarto junto con la música. Theo la amaba, así de loca como era. Se dio una ducha rápida, algo infaltable en su rutina de la mañana. Se vistió rápidamente con unos jeans negros, una camiseta blanca con el cuello en V y unas zapatillas blancas. Guardó todo lo necesario en su mochila para luego ponerse su chaqueta de jean con las mangas y la capucha de jogging color gris claro, cómoda, práctica y una de sus favoritas. Bajó al comedor con una sonrisa encontrándose con su hermana.

-Buenos días, loca. -Dijo alegre abrazándola.

-Buenos días, Allen -contestó sonriente entregándole una taza de café-. Apúrate que te llevaré a la escuela. -advirtió mientras se sentaba con su propio café.

-No es necesario, Tary, tengo diecisiete... -recordó sonriente hacia la castaña.

-¿Te pregunté cuántos tiene? ¿O te avisé que te llevaba? -preguntó alzando una ceja, sabía que negarse sería un problema, pues ella lo ignoraría.

-Bien, si eso te hace feliz... 

-Claro que lo hace -aseguró sonriente-. Además, quiero ver si puedo ver, aunque sea de lejos, al tal Liam Dunbar que tiene a mi hermano tan tonto.

-Tara no, si vas por eso, mejor no lo hagas. No quiero quedar como un idiota delante de él -bufó con leve molestia bebiendo un poco de su humeante café.- Y por si no te lo dije, ya decidí que haré con ese tema.

-Dime por favor que no te tomaste en serio el hecho de ignorarlo -al ver que su hermano, no sólo no hablaba, sino que apartaba la vista, la chica bufó con gracia-. En serio eres un tonto, pero bueno, si eso te hace feliz...

-Claro que lo hace -aseguró con poca certeza mientras terminaba su café-. ¿Nos vamos?

-¿Ansioso por verlo? -arrulló la de ojos cafés de forma alegre.

-Ansioso por no verlo, él nunca llega temprano.

La castaña rió sin gracia ante el comentario de su hermano, pero se dedicó a terminar su desayuno. Una vez dentro del auto de Tara, la joven puso música, ella le heredó su excelente gusto musical, en palabras de ella claro está, así que no había problema con lo que eligieran, ya que a ambos les gustaría. Theo llevaba otra vez su collar de la suerte, o mejor dicho, de la mala suerte, ya que al llegar a la escuela, lo primero que vio fue a Liam allí, supuso que estaba esperando a sus amigos. Y para terminar de matar la situación, la mirada del rubio se dirigió hacia el castaño, sus miradas se encontraron y ambos chicos sonrieron por inercia. Todo hubiera estado bien si no fuera porque su querida hermana mayor lo había notado, era excelente con los detalles y más si se trataba de su precioso hermanito.


Un Juego De Niños // THIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora