Un Juego De Niños // THIAM

Capítulo Treinta Y Seis

Todo se quedó en silencio por unos segundos, Theo tenía muchas dudas por resolver, y prefería hacerlo sin sus amigos, y Liam, presentes. Talbot miró a su "mejor amigo" intentando encontrar lo que estaba mal, donde estaba la trampa en aquél acto, porque seguramente había una trampa allí, no podía ser que el castaño hablara totalmente en serio sin tener una segunda intención. Dunbar no estaba para nada de acuerdo con aquella idea, algo dentro de él lo hacía desconfiar de Brett, lo cual no era extraño, el chico tenía un carácter fuerte y, por lo que le habían dicho todos, sólo utilizaba a Theo para su propio beneficio.

-¿Para qué? ¿Para que por fin admitas que Liam te gusta? -esa pregunta por parte de Talbot había conseguido que todos miraran a Theo con sorpresa. El castaño no llegó a responder, pues el contrario siguió hablando-. ¿Creíste que soy tan idiota como para no darme cuenta? 

-Nunca creí que fueras un idiota, creí que eras mi mejor amigo -aclaró el de ojos grises con tristeza.

-Vamos Theo, quitémonos las caretas de una vez. Hace años que no somos amigos, yo te utilizo para ganar citas pasajeras y tú me utilizas como defensa personal, para que te defienda de los chicos que solían molestarte. ¿O por qué creíste que lo dejaron de hacer? ¿Magia? 

Preguntó de forma arrogante, su supuesto mejor amigo comenzó a sentir como la sangre que corría por sus venas hervía lentamente, él había estado para Brett toda la vida, lo había defendido de todos los que hablaban mal de él, lo había cubierto más de una vez para que pudiera salir con quien quisiera, lo había ayudado con tareas, exámenes, había estado ahí siempre, y ahora el otro lo trataba como si siempre hubiera sido una amistad por conveniencia. Raeken dio un paso firme hacia adelante para quedar cara a cara con quien consideraba su hermano de otra madre hasta hace unos minutos. Lo miró a los ojos con una mezcla entre tristeza y enojo en su estado puro, se sentía un idiota por no haberle creído a su hermana y a sus amigos todas las veces que le habían advertido de las verdaderas intenciones de Brett.

-No contestaste mi pregunta... ¿Vas a admitir que Liam te gusta o no? -gruñó el más alto con enfado.

-Sabes que siempre estuve a tu lado, ¿Por qué ahora sacas a relucir lo que en realidad eres? ¿Por qué te "arruiné" una de tus tantas conquistas? -preguntó el de ojos grises apretando los puños, poco a poco su mente iba cayendo un poco más en la oscuridad que le producía la furia, un lugar desconocido para el chico, salvo en sus peores pesadillas.

-Porque un amigo no se mete en medio de la relación de otro amigo -escupió con asco al chico frente a él, pero aquello, no sólo sacó al castaño de sus casillas, sino también al rubio.

-Nunca estuvimos en una relación, y te lo dije más de una vez -intervino Liam acercándose unos pocos pasos a los chicos.

-Liam, no te metas -murmuró Theo sin siquiera voltear a verlo, un escalofrío recorrió su espalda, pero eso no detendría al de ojos celestes.

-Claro que me meto -aseguró con firmeza, y ahí, frente a todos, Theo por primera vez volteó a ver a alguien más que no fuera Brett. Miró al menor con los ojos oscuros, cargados de ira y frustración.

-Te dije que no te metas, Liam.

Rugió con la voz áspera y fría asustando al de ojos cielo, que sintió como alguien lo tomaba suavemente de los hombros y lo jalaba hacia atrás. Al voltearse vio a Stiles con una pequeña sonrisa, ya lejos de los otros dos, el pelinegro le susurró suavemente en el oído, él sólo quería que su amigo fuera feliz, y debía comportarse como el amigo que era, y salvar al pequeño de esa riña demoníaca.

-No te metas, Li... Conozco a Theo de toda la vida, y nunca en mi vida lo vi tan enojado... Esto es algo que ellos tienen que resolver, no nosotros... Pero tranquilo, si Brett se pasa, Isaac y yo nos vamos a meter. Pero tú no. Él no quiere que te metas, y es mejor que no lo hagas, Theo sólo quiere protegerte a su manera...

Susurró el pelinegro con una pequeña sonrisa alejando suavemente sus manos del cuerpo de Liam, para posteriormente, intercambiar miradas con el de ojos grises e Isaac, el último preparado para atacar si era necesario. Nadie podría meterse con Raeken, al menos no si ellos estaban presentes. Liam, sin mucho ánimo, decidió hacerle caso a lo que Stiles le decía, Scott tomó su mano con delicadeza dándole todo el apoyo que podía, ya que él tampoco había visto a aquel chico tranquilo y simpático de esa manera tan tétrica y escalofriante.