Capítulo Treinta Y Uno

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Y fue allí, en aquél lugar escondido del bosque mientras contemplaba los ojos cielo más hermosos que había visto en su vida, en dónde decidió ponerse por primera vez como prioridad. Ese, sin dudas, sería el secreto más hermoso del que el castaño sería partícipe, y probablemente el más importante de toda su vida. Theo tomó la decisión de agarrar suavemente al chico frente a él por la cintura y atraerlo hacia su cuerpo, como si de vida o muerte se tratara, admiró por un breve momento las facciones del menor con una sonrisa. 

-Lo siento, pero yo tampoco quiero mentirte a ti...

Susurró Raeken para, por fin, juntar sus labios con el chico de ojos cielo. Ambos estaban unidos en un beso tierno pero desesperado, querían eso, querían estar juntos todo el tiempo que pudiesen, porque no sabían que pasaría al día siguiente, pero ese momento era pura y exclusivamente para ellos, nadie más. Los labios de Theo no eran como los de Brett, eran suaves y con un leve gusto a menta, se sentía muy bien poder besarlo sin restricciones. Por otro lado, los labios de Liam no eran como los de Stiles, los del rubio eran suaves, carnosos y con sabor a vainilla. La luna estaba siendo testigo del amor que ambos jóvenes se tenían, de ese secreto tan grande que acababan de sellar con un beso único y sin igual. se quedaron así unos minutos, saboreando lo prohibido, por parte del mayor, y disfrutando del mejor beso de toda su vida, por parte del menor. Se separaron por la inmensa falta de aire en sus pulmones, maldita sea la necesidad de respirar, pensaban los enamorados con una sonrisa. Se detuvieron a centímetros de distancia, para poder admirar las mejillas rojizas del contrario, aprovechar ese momento para decirse todo, sin decir nada, pero algo seguía retumbando en la mente del más bajo, y no dudó en soltarlo.

-¿Soy el chico de tus canciones? -indagó el menor con una pequeña sonrisa cargada de ilusión. 

-Claro que lo eres, nadie más que tú podría ser el chico de ojos cielo... -contestó el mayor con una sonrisa más amplia que antes.

-Me gustas mucho Theo... -dijo el menor pasando sus brazos al rededor del cuello del nombrado.

-A mí también me gustas, Liam... -acarició la cintura del rubio con delicadeza, como si de un movimiento brusco éste pudiera romperse-. Me encantaría que todo fuera más sencillo...

-¿A qué te refieres? -preguntó confundido el chico, ambos se gustaban, no había nada difícil en eso.

-A que no puedo salir contigo... Quiero hacerlo, no tienes idea de lo feliz que me haría, pero debo hablar con Brett... Sé que es un imbécil, pero es mi amigo.

Sentenció con leve molestia, claramente no le importaba lo que Talbot pensara, pero lo hacía por respeto, quería que el más alto entendiera que Theo seguía siendo un buen amigo, pero que él se había enamorado de Liam hacía ya mucho tiempo atrás.

-Lo sé, y lo entiendo... -murmuró con tristeza el más bajo.

-Pero, sólo si tú quieres, podemos vernos ocasionalmente y hablar a escondidas... Nadie tiene porque enterarse... -sugirió el castaño con una pequeña sonrisa acercando, un poco más, al chico que tenía entre sus brazos.

-¿Qué tan seguro estás de que esto funcione? -cuestionó con poca confianza ante el plan del castaño.

-¿Honestamente? Muy poco seguro, pero no quiero alejarme de ti, siempre me fue difícil hacerlo, pero ahora será algo imposible... -comentó el menor de los Raeken haciendo un leve puchero.

-Sí, bueno, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que tengamos que oficializarlo, ¿Quizá? -pensó en voz alta el de ojos celestes.

-¿Eso es un sí? -interrogó el ojigris emocionado ante la respuesta del chico.

-Sí, definitivamente. 

Y ahí, en mitad de la noche, los enamorados sellaron sus palabras con un dulce y corto beso cargado de amor y ternura, ya verían como esconderse del mundo en otro momento, aquél sería un problema para el Theo y Liam del futuro, ya que los del presente sólo querían disfrutarse el uno al otro.

Un Juego De Niños // THIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora