Capítulo Veintitrés

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-¿Por qué lo haría? -indagó entre risas, el enojo había bajado al oír que el mayor estaba disfrutando su tiempo juntos-. Oh, hola Stiles. No, Theo no puede atenderte porque está babeando mi hombro. ¿Qué que hago con él? Bueno, estábamos viendo la televisión en su cama y se quedó dormido -fingió hablar con una voz más chillona de lo usual haciendo que el castaño se le quede viendo con una sonrisa.

-No suena tan mal, claro, si no estuvieras saliendo con Brett -escupió Theo acompañado de una amarga risa, para 'por fin, atender el teléfono-. Hola... -murmuró adormilado, como si recién se despertara de la siesta-. Sí, lo lamento... Sí, estaba durmiendo... No, nada es más importante que mi siesta y lo sabes... ¿Liam? No, él se fue hace como dos horas... -mintió con una sonrisa, viendo de reojo al chico junto a él mientras le guiñaba el ojo-. ¿Y cómo sabes que Liam estaba aquí?... Oh... Es un idiota, ya lo conoces... No fue así... ¿Por qué dejaría tirado a mi mejor amigo sin razón alguna? Sabes que no soy así... No me levantes la voz o te cuelgo la llamada... ¿Estás celoso de que Liam te reemplace como mi amigo? Nadie puede reemplazarte, idiota...

No como tu amigo, porque ni él, ni yo, queremos ser solamente tus amigos... pensó el rubio con evidente enojo, molestia que se pasó en un segundo, ya que el más alto se había vuelto a recostar en su hombro.

-¿Y no puede esperar a mañana?... No digo que no sea algo importante, digo que tengo algo importante que hacer... No, no me veré con Liam otra vez... Stiles basta, en serio, pareces mi pareja y no lo eres. No tengo porqué darte tantas explicaciones, te quiero, pero me estás quitando la paciencia... Bien, ahora bajo. hablamos en la puerta porque están los amigos de mi hermana y luego te vas, ¿Entiendes?... Bien, adiós -el mayor colgó la llamada con evidente frustración para luego levantarse de la cama y abrir su armario, sacó una camiseta con tirantes y unos pantalones deportivos para luego voltear a ver a Liam-. ¿Puedes quedarte aquí unos minutos? Prometo volver pronto y luego llevarte a tu casa, no quiero que vueltas solo.

-Claro, no hay problema... Tengo una duda... -El rubio miraba atentamente cada movimiento que hacía su compañero-. ¿Por qué dijiste que yo ya no estaba aquí? Y... ¿Por qué vas a cambiarte la ropa?

-Primero, porque no quiero que Stiles haga un alboroto junto con Talbot porque sigues en mi casa y me quedé dormido contigo aquí, además no le caes muy bien. Y sobre la ropa, bueno, si tu no estás, ésto es lo que estaría usando para dormir, aunque sin la camiseta, pero ni muerto salgo sin camiseta estando el idiota de Nolan abajo -aclaró el más alto riendo-. Ahora cierra los ojos o voltéate. No puedo cambiarme si me estás mirando... -murmuró apenado consiguiendo que el menor soltara una sonora carcajada burlesca.

-Lo lamento, es sólo que no me esperaba que fueras tan tímido.

Liam cerró los ojos por unos segundos, pero no pudo contenerse, tenía la única oportunidad de ver al chico que le gustaba con el torso desnudo, no podía desaprovecharla. Abrió levemente el ojo derecho asegurándose de que el guapo castaño estaba de espaldas, y fue ahí donde se perdió por completo. Ver aquella espalda ancha, bien formada y con un leve tono moreno por el sol, lo había hecho embobarse sin dudas, esa imagen estaría bien guardada en su memoria por mucho tiempo. Notó que el chico estaba por quitarse los pantalones, muy a su pesar decidió cerrar nuevamente los ojos por respeto, no quería parecer un acosador. Al menos no más de lo que estaba siendo. 

-Listo, ya puedes mirar.

Al oír la voz del mayor, el rubio no dudó en obedecerlo. Estaba incluso más guapo que antes, un short deportivo azul, una camiseta de tirantes negra que dejaba sus marcados brazos a la vista y el cabello revuelto, parecía que acababa de despertarse de su preciada siesta. El menor se forzó a mantener la mirada en los ojos grises del chico frente a él.

-Impresionante, pero te falta el hilo de baba -acotó el más bajo con gracia.

-Muy chistoso, ahora vengo, deséame suerte... -bufó con leve molestia caminando hacia la puerta de su cuarto.

-Theo... -se dejó escuchar Liam con ternura, la voz suave y temblorosa.

-Dime -soltó el castaño sonriente hacia el chico.

-Suerte...

Raeken se contuvo las intensas ganas de darle un abrazo en ese preciso momento. Optó por algo más normal, algo muy de "amigos". Se acercó al de ojos cielo con tranquilidad para depositar un suave y dulce beso en su mejilla. Acto seguido salió corriendo del cuarto con el corazón en la boca. Ese sin dudas sería el mejor día de su vida, o eso creía.

Un Juego De Niños // THIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora