Un Juego De Niños // THIAM

Capítulo Trece

-Buenos días, Theo... -murmuró levemente nervioso el chico-. ¿Cómo te fue ayer? ¿Cómo es el novio de Brett? -indagó con curiosidad.

-No muy bien, no me mal entiendas... El chico es grandioso, pero Brett se comportó como todo un idiota -gruñó recordando la situación el día anterior, y olvidándose por completo de que Liam estaba allí.

-¿Qué hizo ésta vez? -preguntó a modo de broma el de pecas-. Espera... ¿Dijiste que el chico es qué? -escupió como si su amigo hubiera dicho que había matado a alguien, o algo similar.

-Bueno, Brett soltó todas mis verdades delante del chico, le habló sobre mi hermana, sobre mis padres e incluso le contó sobre mis canciones. Aún sigo molesto con él. -se desahogó liberando un poco de su frustración

-Sí, como sea. ¿Qué dijiste del tal "Liam"? -volvió a preguntar aún más confuso, hasta que cayó en cuenta de lo que su amigo había dicho-. Cada día es más idiota, tenlo por seguro.

-Que es un buen chico, de hecho nos llevamos muy bien. Ya nos conocíamos, así que todo fue un poco más ameno para ambos. Aún así, no es el novio de Brett, sólo tuvieron dos citas. Y la de ayer que bueno, fui yo y me terminé yendo del enojo que me hizo agarrar Talbot -contestó con simpleza cerrando su casillero.

-No puedo creer que estés hablando bien de alguien, lo siento, es que nunca lo haces... -murmuró el de pelo negro, aún en shock.

-Adiós Dunbar, nos vemos en Biología. -Le sonrió al chico del casillero de al lado, para luego caminar junto a su amigo a su primera clase, historia-. Oye, soy agradable, a veces...

-No, de hecho no lo eres... 

Aclaró Stiles con una pequeña sonrisa fingida, que Theo haya trato tan bien al chico que estaba junto a su casillero, no le había gustado en lo absoluto, pero debía disimular. Los amigos caminaron bajo la atenta mirada del rubio, divisó levemente como el pelinegro estiró su mano, de forma sutil, chocando su mano con la del castaño, el cuál pareció no darle mucha importancia, al parecer era en serio lo que Brett había dicho el día anterior, el de ojos grises no notaba cuando alguien estaba coqueteando con él. El rubio fue obligado a salir de sus pensamientos, su mejor amigo le  tocó el hombro con una sonrisa.

-Hola Scott... -murmuró el de ojos claros con una pequeña sonrisa.

-¿Qué estabas viendo tan concentrado? O mejor dicho, ¿A quién? -preguntó con gracia el moreno, con su característica sonrisa.

-No empieces, es el mejor amigo del idiota de Brett... -contestó con tristeza mientras cerraba su casillero.

-¿Bromeas? -indagó el de cabello negro con sorpresa-. ¿Cómo te fue ayer?

-Fue una tarde agridulce... -comenzó a decir el más bajo-. Al menos ahora sé que se llama Theo, tiene una hermana mayor, que de hecho conocí ésta mañana por accidente, sus padres viajan mucho por lo que entendí, y escribe canciones, en varias habla sobre un "chico de ojos cielo". Pero nada de eso me lo contó él, sino que Brett comenzó a contar todas esas cosas privadas, sin el consentimiento de Theo. Cosa que claramente le molestó, se disculpó conmigo y se fue de la cafetería furioso -terminó de contar el chico con una amplia sonrisa, para luego agregar-.  ¡Oh! Y tiene un segundo nombre muy lindo, es Allen. Pero eso me lo contó Tara ésta mañana. De hecho ella dijo que yo le caía bien, y que le gustaría que algún día vaya a su casa y almuerce con ellos o algo así. De eso veníamos hablando mientras llegábamos a nuestros casilleros. Por cierto, ayer discutí con Talbot, me besó y fue el peor beso de toda mi vida. Creo que no entendió lo que le dije, fui claro, Scotty, te lo juro, "no quiero salir contigo, no me gustas", pero creo que él no me escuchó, o simplemente entendió lo que quiso. -Terminó de contar Dunbar, casi sin aliento, mientras entraban a su primera clase, química.

-Wow... Bueno, tengo demasiadas preguntas ahora. Necesito mucho contexto. -aseguró el moreno riendo.

-En el almuerzo te explico todo, lo juro.

Ambos amigos comenzaron a reírse hasta que el profesor entró al salón, Liam tenía mucho que explicarle a su amigo como para que éste entendiera, al menos la mitad, de todo lo que se había perdido en menos de un día.