Capítulo Nueve.

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Dinámica del capitulo: Cuando lean el nombre de la canción, denle play y verán que increible sera la lectura 7.7



Pierina Gómez.


En el instante que llegamos vuelvo en si, me mantuve en todo el trayecto callada y pensativa. Entramos a especie de garaje considerablemente grande y es entonces cuando me percato que es el taller donde Hugo trabaja. Visualizo mi Vespa, incluso esta brillante de seguro le hicieron otras cosas, pero la mano de Hugo tomando la mía me trae una vez mas a su lado entonces al verlo sonríe y nos encaminamos a un corto pasillo que conecta con unas escaleras y estoy segura que esto es otra entrada a su casa.

Al subir y entrar, las luces son encendidas y noto que efectivamente es otra entrada, porque al plantarnos en la sala en su totalidad noto otra puerta y es entonces cuando lo veo pasar a mi lado y abre una de las ventanas del espacio. Es pulcro, en color crema y gris, cortinas que hacen juego con la alfombra bajo el juego de muebles en color blanco y tela de cuero y aunque el espacio no es tan grande se ve muy bien organizado y con el aroma masculino en el ambiente.

–Por donde entramos es la segunda entrada, la que conecta con mi taller, esa de allí –señala a mi lado. –Es la puerta principal, poco la utilizo, ya que siempre me encuentro en el taller y solo quien me visite entra por la principal.

– ¿Y quién te ha visitado? –pregunto, me tomo el atrevimiento de tomar asiento en el largo mueble y Dios, que cómodo.

–Siendo honesto –le miro, este se encuentra buscando en la alacena, visualizo dos copas y seguido pasa al refrigerador. –Mi amigo Ulises y mi primo Bajhor, ah, y una linda mujercita –enarco mis cejas, al voltear y verme, ríe. –Alana, la pequeña vino y joder, hizo un poco de desastre a su paso –rio.

–Frida me comento que ella esta potenciándose mientras camina, que ya es mas ágil y que si, parece un remolino a su paso –Hugo sirve dos copas y viene a mi encuentro, se sienta a mi lado y me entrega la mía.

–Yo también te recibo como tu lo haces en tu apartamento –sonrio y al oler un poco el vino –y que debo destacar es de los caros– me doy un sorbo.

–Gracias –le miro y sonríe. –Y también gracias por sacarme del club, aunque, la estaba pasando muy bien, quería ya respirar otro aire –Hugo se acerca y posa su nariz en mi hombro desnudo, inhala y eso me encanta.

–Que tú y yo compartamos el mismo aire, es suficiente para mi, niña –procede apoyar su mentón en mi hombro, nos miramos fijo. – ¿Me piensas contar? –confundida le miro. –Sobre el hombre que menciono tú nombre a la salida del lugar y que también note, salió para ver si daba contigo.

Entonces, trago grueso y de un momento a otro comienzo a sentirme sofocada. Me doy un sorbo de vino o mas bien, me lo tomo todo sin dejar ni una gota y desvió la mirada al frente, buscando no se, contarle por lo menos un inicio a Hugo o no decir nada. La situación con Sócrates fue muy obvia, ese hombre alto y de cabello castaño tiene un significado en mi vida, primer amor y desilusión, esas son las palabras que definen mi situación con él.

–Salimos hace un tiempo –confieso, sin mirarle. –Si llegas a pensar que existe algún pequeño indicio de sentimiento, no, no es así –volteo a verlo fijo, asiente. –Sócrates marco un antes y después en mi vida, yo apenas tenia meses en la ciudad, ya me desenvolvía en mi trabajo, y entonces él se fijo en mi yo en él y comenzamos a salir, sin nada serio claro.

– ¿Fue tu jefe?

–Para nada, es amigo de mi primer jefe, él iba casi siempre al restaurante y me deslumbro no lo niego, además yo... –hago una pausa para pensar en lo que diré. –Sentía esa necesidad de encontrar alguien para mi vida y estar en una nueva ciudad, me impulsaba a ello porque la verdad estaba sola.

Solo Una Oportunidad, Por Favor (Saga Por Favor #2.5) ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora