Solo Una Oportunidad, Por Favor (Saga Por Favor #2.5) ☆

Capítulo Dos

Pierina Gómez.

–Piera... Piera... ¡Pierina!

– ¡Si, tenemos disponibilidad inmediata! –espabilo y observo a mi lado, es Baldo, tiene una sonrisa en los labios mientras mantiene su postura de brazos cruzados. –Estoy despistada, ¿Verdad?

–Muchísimo, Pierina –me disculpo con un leve asentimiento. –Te comente que ya estamos por finalizar la jornada de hoy.

– ¿Qué? ¿Qué hora es? –llevo la mirada a mi reloj de mano, quedo fría. – ¿En que momento anocheció?

–Pierina, sabes que es lo que me da más temor, que atendiste a todos los comensales del día de hoy, pero tu mente como que no está muy presente aquí.

Le miro fijo, Baldo es, el extremo de guapo, si no fuera porque trabaja conmigo y que luego se va a su casa, podría decir que fácilmente él sería parte de los amigos de Hugo, los del club. Su cabello es azabache, incluso podría decir que más que el mío, tiene largas pestañas que permite que sus ojos ambarinos se vean interesantes y su cuerpo está muy bien trabajado. Baldo es quien me releva en ocasiones, también es parte de la recepción del restaurante aunque su fuerte es llevar la contabilidad del negocio junto a Aleena, Baldo se encarga incluso de lo que pueda faltar a la hora de las compras, tiene mucho conocimiento en este ámbito.

Y ya que mencione a Hugo, él es el problema que he tenido en todo el día desde que me levante muy temprano. Hace dos días nos vimos y salimos junto a Aleena, donde nos dijimos cosas muy calurosas y debo ser honesta, estas mañanas han sido algo moviditas conmigo bajo la regadera, porque joder si, ese hombre me prende tanto que incluso le dedico mis toqueteos matutinos y si, debo ya no pensar en eso. Hugo fue muy claro, yo también lo fui, él quiere cosas y yo también quiero cosas, ¿Qué me priva? Pues, el jugueteo que quiero con él, porque quiero ganar yo, quiero que sea él quien implore por mí y no yo por él.

– ¿Tierra llamando a Pierina una vez más? –espabilo, fijo la mirada en Baldo, vuelve a sonreír.

–Baldo, lo siento es que... –niega y posa su mano en mi izquierda, acaricia con dulzura.

–Lo de Aleena nos tiene pensativos a todos, descuida, yo comprendo.

– ¿Aleena? –reacciono de inmediato, asiento. –Sí, sí, la situación de Aleena me tiene pensativa, ¿Sabes algo? ¿Se comunicó?

–Solo me dejo saber que el lunes a primera hora tendrán todo listo acerca de sus chequeos, por este fin de semana estará con sus padres, quiere descansar un poco y pensar muchas cosas.

–Baldo, lo haremos bien con Aleena ausente por unos días, ¿Verdad? –asiente y sonríe.

–Todos lo haremos bien, Pierina, ahora ve, descansa un poco, ya solo quedan pocos comensales, yo iré organizando todo en caja.

–Vale, iré a comer alguito en la cocina.

Baldo asiente, toma el lado contrario del mío y de inmediato me adentro en la cocina. Ya ceso la preparación de platillos y los que se encuentran de este lado del restaurante están en medio de descansos y ordenando sus cosas para irse por el día de hoy.

–Pierina, ¿Vienes por algo de comer? –observo a Sonia, la chef que manda a todos y la cual el tamaño de su corazón es como el sol, enorme.

–Sí, quiero algo ligero –sonrio y ella me imita, busca algo para mí. –Mmm, ensalada verde con aderezo, delicioso.

–Espero te guste.

–No dudo eso, a los comensales les gusto, muchos lo pidieron –asiente y me dispongo a comer.