Capítulo Treinta.

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Nota: En este capitulo habrán diálogos entre español e ingles, ustedes sabrán al momento de leer, pero recuerden, Hugo y Pierina siempre se comunican en ingles... Y con otros también, jiji, ¡DISFRUTEN!


Pierina Gómez.


Una punzada a un lado de mi cabeza logra que gimotee un poco por el dolorcito y apriete mis ojos con fuerza para luego irlos abriendo de a poco. Al principio todo es borroso, pero luego todo va tomando forma e incluso de inmediato se, que me encuentro en mi habitación.

¿Qué me paso? Es lo primero que viene a mi mente, me quedo un instante procesando todo y entonces recuerdo que, llegue a casa, visualice a Hugo en la sala y en cuanto se acerco sentí mi cuerpo como plomo y ya de allí, no recuerdo nada más.

–Hugo no está aquí, ¿O sí? –digo, cierro mis ojos, dejo salir todo el aire retenido en mis pulmones.

–Si estoy aquí... –me hielo, abro mis ojos una vez más y de inmediato y al seguir el sonido de su voz, lo encuentro sentado en la esquina cerca de mi cama, tiene sus codos apoyados en sus piernas y algo entre sus manos.

– ¿Qué? –intento sentarme, me mareo por un instante pero me recobro de inmediato y entonces, observo sus manos. –Ay no puede ser.

–Sí, sí puede ser... –son ideas mías o está siendo algo duro con su manera de hablarme. –Antes de que puedas preguntar si esculque en tus cosas, no, no lo hice, es solo que cuando te traje a tu habitación, tu cartera cayo al suelo y después de acomodarte y quedarme solo contigo decidí recogerla, entonces tus cosas cayeron al suelo y esto llamo mi atención... –alza su mano, mis manos tiemblan, tiene la ecografía del bebé en sus manos.

–Hugo, yo...

– ¿Lo ibas a ocultar? –pregunta, niego de inmediato. – ¿No tenías pensado contarme nada?

– ¿¡Que!? ¡Por Dios no es de ese modo! –en un movimiento rápido termino sentada al borde de la cama, con la mirada fija al suelo. –Recién me entere ayer y hoy, tuve mi primera consulta y no, definitivamente esta no era la forma en que quería que te enteraras.

– ¿Y entonces como iba hacer? –fijo la mirada al suelo, a un punto fijo.

–En Estados Unidos, yo preparar una cena para los dos y colocar en una cajita muy pequeña el eco, dártela como un supuesto recuerdo que te llevaba de México y al tu ver que no era cierto, llevarte la sorpresa de que vas a ser papá –suspiro. –De ese modo.

De un momento a otro, Hugo se encuentra de rodillas frente a mi, al alzar la mirada y mirarlo, noto el brillo en sus ojos, tiene lagrimas agolpándose en ellas y es en cuestión de segundos que las derrama sin más y entonces sonríe, Hugo sonríe y el nudo en mi garganta se vuelve intenso.

–Voy a ser papá.

–Sí, vas a ser papá... –vuelve a sonreír, toma mis manos, deja besos en el dorso.

–Esperaba darte una sorpresa con mi visita, pero el que se ha llevado la sorpresa más maravillosa soy yo.

– ¿Estas feliz? –sonriente asiente repetidas veces.

–Tan feliz que quiero gritarle a todos que la mujer de mi vida, me esta haciendo el hombre más feliz del mundo entero.

–Hugo... –lagrimas bajan por mis mejillas. –Es un bebé y yo estoy muerta de miedo –niega y dejando muchos besos más en mis manos, ríe. –No te rías, no me alivia nada.

–Yo tengo miedo también, pero el solo hecho de pensar que voy a tener un bebé, contigo, con mi niña, con la mujer más encantadora y maravillosa que pudo darme el destino, me olvido de mis miedos.

Solo Una Oportunidad, Por Favor (Saga Por Favor #2.5) ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora