Solo Una Oportunidad, Por Favor (Saga Por Favor #2.5) ☆

Capítulo Veintinueve.

Pierina Gómez.

El silencio es sepulcral, todos nos observamos con un tanto de recelo y a su vez hay miradas con mucha pena. Mamá está en su lugar, intentando quizás buscar algo que decir, pero sé que es difícil para ella, y la verdad es que incluso no está para estar lidiando con nuestros problemas.

Hace un buen rato, que después de hace unos días, Ariana este aquí junto a su madre y de la compañía de mi hermano, por otro lado mi hermano mayor no se encuentra, pero desde un principio me ha dado su apoyo y se valerme en este momento por mí misma y defenderme si pretenden seguir señalándome y culpándome por mi actitud, misma que tenía motivos de sacar a flote.

Cuando el sonido de la puerta principal es audible, de inmediato desvió la mirada y en segundos aparece mi tía Sandra, viene en esta ocasión sola, en silencio se acerca y se une a nosotros, colocándose junto a mamá. No sé de qué va todo esto, yo no pretendo aceptar las disculpas de la esposa de mi hermano, porque cuando perdonas una falta de respeto a la primera, siempre, siempre lo volverán hacer y será peor.

–Bien... –corta mamá el silencio, le miro. –Creo que lo mejor es que Ariana deje de venir a mi casa.

–Mamá, ¿Qué? –observo a mi hermano. –Solucionemos esto para bien, Ariana esta arrepentida.

– ¿Cómo puedo aceptar su falta de respeto así como así? –nadie habla. –Fui muy amable y demostré un cariño muy honesto, pero tampoco puedo vivir con el hecho de que ella tenga esos pensamientos tan horribles de tus hermanas y de mi persona.

–Señora Paulina...

–Ariana, yo acepto mi error, de que juzgue a mis hijas, y por hacerlo muchas personas se tomaban el atrevimiento de juzgarlas y yo lo aceptaba, pero de un tiempo para acá, deje de ser tan cerrada a lo nuevo, a los avances y me doy cuenta cuan errada estaba, y tampoco permitiré que hables de ese modo tan perverso sobre ellas.

–Suegra, yo, estoy arrepentida –miro a mi tía, esta entra en negación. –Lamento que todo se tornara de este modo, me merecí la golpiza que Pierina me dio, porque si fuera sido mi caso sé que también hubiera hecho lo mismo por mi mamá y por mi hermana.

–Pero sin embargo te llenaste la boca hablando tan horrible de mi persona, de Francia y de mamá –comento y fijo mi mirada en ella. –Intente llevar las cosas de la mejor manera contigo, pero escucharte hablar de esa manera me dejo saber quién eres en realidad, ¿Me arrepiento de golpearte? No, ¿Lo volvería hacer? Si, ¿Te acepto como parte de mi familia? Jamás, amo demasiado a mi familia, a mis hermanos y sé que Tobías te ama, pero de mi parte, no tendré una relación familiar contigo.

–Piera, hermana... –miro a Tobías. –Yo...

–Es tu esposa, y no soy capaz de decirte que la dejes porque tu decidiste hacer tu vida con ella, pero es mamá quien decide si entra o no a la casa, yo pronto volveré a Estados Unidos y yo solo quiero que mamá se merezca el respeto que merece, yo... –y de un momento a otro me mareo, mi vista se nubla un poco, cierro mis ojos con fuerza. –Yo...

–Hija, ¿Te sientes bien? –niego. –Es la falta de descanso, estos días han sido duros, lo siento –vuelvo a negar y al enfocar mi mirada en mamá, sonrio.

–Todo está bien, es el cansancio, ¿Ok? –asiente. –Tú decides mamá, ¿Bien? Toda la decisión es tuya.

Y quedando en silencio, ella mira a Ariana y lo único que mamá pide es respeto, puede venir a esta casa, pero después de que yo me marche y no con la misma libertad que solía tener aquí. Comprendo a mamá, quiere que mi hermano se sienta tranquilo y eso está bien, pero recalco mucho el hecho de que Ariana debe esforzarse para volver a tener su aprecio y eso también está bien.