La semana en Gran Bretaña relativamente fue tranquila, se podría decir que fue una fortuna que el gran premio dentro de dos semanas fuera aquí, no tendríamos que tomar vuelos lejanos.
-Muero de hambre - dije cerrando mi computadora y mirando a George.
-Pediré una pizza.
-Al parecer Jimena me ha abandonado- le dije mostrándole una foto donde andaba turisteando.
Se levantó del escritorio y me puse a pensar que casi justo en el GP de Gran Bretaña estaría cumpliendo un mes..
-Tengo que ir al doctor- solté-
-Si, no puedes ir por la vida así- me miró como padre regañando a su hija.
-No se enoje gruñón.
-¿Y Sergio cuando sabrá?- lo peor que me podía decir.
Se me cristalizaron los ojos.
-¿Qué dije?- preguntó George espantado.
-No tengo el valor para decirle porque significaría perderlo.
-Pero ¿estás de acuerdo que es egoísta de tu parte?
-Pues si pero- se me salieron las lágrimas- Sergio es... es... el amor de mi vida- claro que lo era.
-Pues eso dile a el, si ya le contaste que estuviste con Vettel, supongo que aceptará esto-
-No es tan fácil, es diferente ¿Cómo tomarías que tu pareja tendrá un hijo pero que no es tuyo?
George se quedó pensando y no dijo nada, supongo que en parte me dio la razón.
Cambiamos de tema mientras comíamos la pizza, me interrumpió una llamada.
"Sebastian Vettel".
¿Bueno?
-¿Cómo estas?
Bien Seb, estoy en Gran Bretaña.
-Yo igual, quería ver si hay la posibilidad de vernos.
Si, de echo quiero ir al doctor y necesito que me acompañes.
-Si vamos, ¿estas con George?
Si aquí ando.
-¿Cómo a que hora te desocupas?
Ya, solo estoy acabando de comer.
-Esta bien, pasó por ti en 20 minutos.
Si Seb, gracias.
Le conté a George, me dijo que cualquier cosa le avisara, de echo me quería acompañar, pero preferí que no.
Seb pasó en un auto por mi, investigué un poco a donde podría ir, afortunadamente no estaba tan lejos, cuando llegó me abrió la puerta del auto, venía con unos lentes y noté que ya se estaba dejando crecer aun mas su cabello. Llegamos con el doctor, me realizó unos análisis de sangre y un ultrasonido el cual nos hizo soltar lagrimas a ambos, Seb tomó mi mano, yo lloraba entre felicidad y que quería quien estuviera a mi lado fuera Sergio, no salía de mi mente, en ningún momento.
-Gracias por dejarme acompañarte- dijo Seb sonriente.
-Como no hacerlo, eres su papá- dije algo decaída, no pensé que lo fuera a decir así.
-Se que no es lo que esperabas y que quisieras que fuera de Sergio, ¿quieres que hablemos con el?
-Yo lo haré Seb, solo que aun no estoy lista.
-De acuerdo, ¿quieres comer algo?
-No, acabo de comer hace rato.
La conversación se torno a un silencio incomodo, hasta que le llegó un mensaje y sonrió, le habían enviado la imagen del ultrasonido.
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Mi mejor decisión. 𝚂𝚎𝚛𝚐𝚒𝚘 𝙿é𝚛𝚎𝚣
Lãng mạnCuando el destino tiene preparado que dos personas estén juntas, así será a pesar de todo.