Mi mejor decisión. 𝚂𝚎𝚛𝚐𝚒𝚘 𝙿é𝚛𝚎𝚣

42.

-Despierta – dije tocando con algo de fuerza la puerta de la habitación de George.

Me había despertado demasiado temprano, desayuné algo ligero. Sergio se quedó profundamente dormido en mi antigua habitación y obviamente se lo encargué a mis papás, que gustosos me comentaron consentirlo y que se sintiera como en casa.

- ¿creías que estaba dormido? – dijo Russell abriendo la puerta, ya estaba más que listo.

-Por un momento lo pensé, no contestabas la puerta ni los mensajes.

-Bueno bueno, ya vámonos.

Subimos al auto, lo mas obvio es que yo manejara, ya que soy la que nació y creció aquí, pero el aferrado de mi amigo quería manejar en la Ciudad de México. Que no duró ni 10 minutos, decía que manejaban muy brusco, para ser piloto de F1 debería estar acostumbrado, no pude evitar hacerle burla y tomar nuevamente el asiento para manejar.

-Créeme que de esto no me voy a olvidar – dije riendo.

-Pero es que, se meten sin avisar, no ponen sus direccionales, ¡OYE QUE TE PASA! – gritó en su idioma, el auto que se había metido enfrente lo que hizo fue sacarle el dedo, yo reí, aquí lo mejor es ignorar.

Llegamos a Six Flags y como era lunes afortunadamente había poca gente. Al primero que nos teníamos que subir era para mí, uno de los más extremos, llamado "Superman" que además era de los primeros cuando entrabas.

Me divertía mucho las caras que George hacía, pero a pesar de esas caras con cierto "miedo" se ve que es de los que aguanta estos juegos y no dudo que se quería subir a todos.

En un juego nos tocó algo de fila, así que aproveché para llamarle a Sergio.

- ¿Cómo te la estas pasando mi niña?

-Todo bien amor, ¿tu? ¿Cómo te tratan mis papás?

-Sabes que son un amor, me hicieron de desayunar mi comida favorita.

-Te van a consentir mucho – sonreí –

-Tus hermanos ayer se pusieron una fiestota con mi hermano.

Sebastián, Rodolfo y Antonio al parecer habían formado una buena amistad.

- ¿Antonio y mis hermanos? – pregunte sin creerlo – serán buenos amigos de ahora en adelante.

-créeme que si – rio – bueno amor, te dejo, tengo que irme porque ya casi sale mi vuelo.

-Que tengas buen viaje amor.

- ¿No se te está olvidando algo? – preguntó divertido, no sabía que responderle – amor, checa bien la agenda de George, supongo que con toda la emoción del gran premio en México te distrajiste un poco.

-Amor, ¿Por qué dices eso? Ya me preocupé.

-Chécalo y me hablas al rato, te amo.

-te amo.

Traté de sonreír al terminar la llamada y George notó que me pasó algo.

- ¿Qué pasó? – me miró, no respondí nada y me metí a mi correo en donde tenia la agende de George.

-No puede ser – dije

- ¿Qué? – preguntó asustado.

-Se que soy tu asistente, pero a ti tampoco se te pueden olvidar estas cosas.

- ¿De qué hablas?

- ¿Qué tenías que hacer esta semana? ¿A dónde tenías que ir?

-A Gran Bretaña – dijo sin saber si su respuesta era correcta, le di un pequeño golpe.