Después de esa llamada con Seb, tenía listas mis cosas para irme con los chicos a la playa, Carlos me ayudó con mi pequeña mochila, como le platiqué del accidente, pensaba que aún no tenía que hacer algún tipo de esfuerzo. "Solo es una mochila", le dije, pero el español era un poco terco.
Llegamos a la playa, Daniel sacó unas pequeñas botellas de sidra de manzana.
-Feliz año nuevo- dijo Dan.
-Cual año nuevo tonto- le dio un sape Leclerc.
-Bueno, no se me ocurría otra cosa, es lo tradicional cuando se toma sidra- dijo abriendo la botella y bebiendo.
-Gracias chicos- dije de repente.
-¿Por qué?- volteo a verme Charles.
-Ustedes saben por qué, han sido unas vacaciones maravillosas gracias a ustedes.
-No tienes que agradecer pequeña, lo hacemos porque te queremos y te queremos ver bien- respondió el monegasco.
-¿me prometen que serán así de lindos cuando llegue a Ferrari?
-De eso no tengas duda- me abrazó Sainz.
Seguimos platicando hasta que el atardecer cayó en esta hermosa playa.
-Esperen ahí- decía Ricciardo mientras ponía su celular detrás de nosotros con temporizador para tomar una foto, corrió y se sentó antes de que se acabara el tiempo.
@danielricciardo Instagram.
Mónaco a lado de los Ferrari y de la peque, próxima Ferrari, por cierto. @charles_leclerc. @carlossainz55 @____.
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Llegamos a la casa, agotados, algo bronceados y llenos de arena.
-Me iré a bañar- les dije.
-¿Pizza está bien?- preguntaba Charles.
-Si está bien.
-Y paaaaasta- gritaba Ricciardo desde la otra habitación, por dios, la pasta, malos recuerdos, bueno, bonitos.
