Akutagawa nunca fue alguien especialmente cariñoso, jamás demostraba de manera abierta su aprecio por los demás y se podría decir que tenía un corazón reforzado con 5 capas de acero y otras 9 de titanio con tal de esconder lo que le hacía débil.
Sus sentimientos eran irrelevantes en todos los aspectos, no llegaba a comprender cómo unas simples palabras como "te quiero" significaban tanto en tan poco.
Por eso decidió que sólo te traería consecuencias negativas a largo plazo, tenerle y demostrar importancia o preocupación por las personas sería un bache en su camino a ser más fuerte y poderoso, entonces simplemente ignoraba sus emociones cada que florecían.
Pero, porque siempre hay un "pero" en estas situaciones, Ryūnosuke Akutagawa tenía una debilidad enorme.
Más grande que las ganas de Dazai de morirse, más grande que el amor de Chuuya por los vinos, más grande que el sueldo de los empleados en la Port Mafia, más grande que su odio por bañarse, más grande que One Piece, más grande que...
Bueno, se entiende.
Tenía una enorme debilidad por los niños.
No en el sentido que algunos pueden llegar a pensar, sino que ese sentimiento de querer protegerlos a todos y cada uno de ellos permaneció ahí desde que tiene memoria y conocimiento del mundo.
Aunque me estoy adelantando en esto.
— Hey... ¿te perdiste?– susurró en un tono gentil — ¿Estás bien? ¿Dónde está tu familia?
— D-Da-Daaz... l-la... d-do...doc...– apenas pudo hablar, pronunciaba todo con la misma gracia de un elefante bailando ballet
— Calma, calma... todo va a estar bien ¿si?– dijo para reconfortarlo — Respira, no pasa nada, aquí estás a salvo
— Y-Yo... tengo m-mucho mi-miedo...– consiguió decirle al mayor sin evitar dejar fluir sus lágrimas — N-No de-debí escaparme... me... me... d-deben estar b-bu-buscando...
— Primero hay que respirar con normalidad, no te preocupes por lo demás... sólo respira cómo yo lo hago ¿te parece bien?
El pequeño asintió tembloroso, sus manitas se hicieron puños por el terror que recorría todos sus huesos desde hace unos minutos. Miró las expresiones del azabache al frente suyo, él se veía amigable aunque no tuviera cejas.
Poco a poco logró seguirle el paso, jalando aire y luego dejándolo salir con lentitud hasta recuperar su respiración normal, regulando el nivel de oxígeno en todo su cuerpo.
— ¿Mejor?– le preguntó al menor, él asintió
— Bien, vamos a buscar a tus padres ¿si?— Pero y-yo no tengo padres, n-no sé dónde estoy tampoco... debería estar en el orfanato– explicó de pronto, Akutagawa se quedó completamente en frío — E-Es que cuando desperté hoy habían v-varias personas y no sabía quiénes eran...
— Está bien, ¿recuerdas dónde estaban ellos o dónde despertaste?– cuestionó cargándolo con ambos brazos — Tenemos que llevarte con ellos
— No quiero ir, había u-una señorita c-con una aguja... no me gustan las agujas– mencionó abrazando su cuello — No me lleves ahí, no me gusta ahí
— Seguro no son malas personas, no te tienes que preocupar por eso– tranquilizó usando a Rashoumon para subir por los techos
— Debemos regresarte y nos dir... ¿qué pasa?— Eres cómo esos héroes que peleaban por los débiles en los libros– dijo lleno de asombro — Me salvaste, entonces... ¡entonces eres mi héroe!
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Mini Jinko // SSKK
FanfictionCuando Atsushi se asustó y decidió salir corriendo de la Agencia, nadie nunca le dijo que iba a tener un chico mafioso y emo como niñero. = No romance