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La tensión se sentía en el aire conforme avanzaban de camino a su objetivo, era un sentimiento de querer hablar y de alguna manera no poder por el orgullo que tenían los dos. Ranpo los definió como un padre ausente tratando de hablar con hijo rebelde.

Por lo que, mientras daban su siguiente movimiento para capturar al supuesto ayudante de la loca de los shurikens, sus miradas se encontraban de vez en cuando causándoles una incomodidad que antes no creían posible.

Akutagawa era un terco de mucho cuidado y la primera idea que cruzara su cabeza era a la primera que se aferraba sin poder soltarla, sólo les queda adivinar de quién mierda lo aprendió.

Todo era culpa del gobierno y de Dazai, si en un primer lugar no se hubiera entrometido en un asunto que no podía manejar porque su habilidad para cuidar niños era nula, ¿entonces para qué carajos se metía como voluntario? Bien, sus maneras de conseguir información nunca fallaban, pero no por eso iba a sacrificar su paciencia.

Por el bien de ambos, tomaron caminos separados ya dentro del edificio subterráneo. No tenía guardias ni cámaras de vigilancia por fuera, no había nada que les impidiera el paso ni les diera una advertencia al cruzar el túnel bajo tierra donde antes pasaba el tren.

Era extraño, podrían jurar que el propósito de todo era gritar “buenos días, aquí se esconde el cómplice de una criminal maniática que secuestra niños”.

Pero contuvieron sus chistes al ver que únicamente había una puerta, y a Dazai le dio un escalofrío para nada agradable. Sabían que Atsushi ya debía estar con los dos líderes totalmente a salvo, no tendrían que preocuparse por él ni por su seguridad siempre y cuando pudieran salir con vida de allí.

No se veía complicado, aunque los dos eran concientes de los rayos láser de seguridad que inundaban el pasillo que conducía directo a la puerta. Y un problema mas grande se les presentó al ver que un brillo fugaz y dorado se veía al final.

Suspiraron al mismo tiempo por lo fastidiosa que era la situación, los dos estaban cansados y querían regresar a sus casas para poder dormir al menos 4 horas seguidas, aún así debían quedarse para terminar con todo este asunto de uan vez por todas.

Dazai se hizo cargo de tenderle un trampa a la chica de la que tanto se quejaba el mafioso, dejándola fácilmente encerrada en un habitación que más bien parecía una celda de experimentación debido al enorme cristal trasparente de empleaba.

Esperando la señal que supuestamente Akutagawa le daría para indicarle que el perímetro estaba despejado, se sentó el en suelo mientras tarareaba una melodía bastante alegre.

— ¿Tienes hermanos?– preguntó la contraria de repente

— No, al menos no que yo recuerde– respondió tallando su nuca, estresado por el montón de preguntas que la chica seguramente le haría — ¿Por qué la duda?

— Porque al menos asi podrías entender lo que se siente… yo no quiero lastimar al niño, todo lo que alguna vez quise se me escapó de las manos y nunca podré recuperarlo… me duele que me vea aterrorizado

— Si realmentete duele para qué usar esos métodos de psicopata– se quejó divertido, dándose la vuelta para poder verla — Una vez hace un buen tiempo alguien me dijo que los niños son el alma de los adultos, una manera de reflejar nuestra propia inocencia y felicidad

— Quien sea que te lo dijera tiene toda la razón– estuvo de acuerdo, sacando un collar para comenzar a jugar con él — ¿Y tú por qué peleas?

— Le debo algo a alguien

— ¿Es la misma persona que te dijo lo otro?

— Se podría decir que si, aunque creo que le he estado fallando durante estos días

Mini Jinko // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora