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Mañana, armoniosa y tranquila mañana de un típico miércoles con el hermoso amanecer asomándose por la ventana del pequeño recinto.

Bello nuevo día, bella nueva oportunidad para colgarse del primer árbol que encontrara.

Y lo tenía pensado hacer sin siquiera preguntarse otra vez la razón de querer morirse a tan temprana edad, pero ahora tenía a un pequeño albino completamente adormecido y con los cabellos tan disparejos que parecía puercoespín luego de ir a la peluquería y que le hicieran el corte de CR7.

Entonces no tuvieron otra opción, Dazai se vio obligado a tomar las tijeras y cometer la peor atrocidad del mundo mientras el pobrecito seguía dormido, Kyouka estaba demasiado concentrada en el desayuno como para darse cuenta.

Yosano apenas verlo intentó no gritar, en serio que lo intentó con todas las energías que su cuerpo tenía, pero desgraciadamente no lo contuvo mucho tiempo.

— ¡Kunikida, ven ya, ven rápido, ven a ver la desgracia que este... patán cometió!– se obligó a reprimir su propio enojo — ¡Kunikidaaaaa!

— ¿¡Qué pasa Yosano-sensei!?– gritó a la defensiva de inmediato, saliendo de la oficina del presidente con arma en mano — Ah, ere... ¿¡Dazai, qué hiciste!?

— Lo van a asustar más, tontos– les recriminó el castaño, con el pequeño albino en sus brazos — No griten, es suceptible y viene muy alterado porque vio una ardilla en el parque cuando veníamos de camino

— ¿Ar...dilla?– preguntó el presidente saliendo a los pocos segundos — Ah, claro, vivir encerrado y todo eso... ¿les fue bien anoche?

— Habla entre sueños de vez en cuando, se queda dormido y es un tronco pero le siguen dando miedo las sombras de la ventana, se tranquiliza al abrazarlo– recitó de memoria — Lo escribí todo en una servilleta porque se me iba a olvidar

— Claro, típico de ti– le dijo Ranpo desde la esquina — Si no lo llevas a desayunar Naomi va a matarte en aproximadamente tres minutos y medio, entonces te recomiendo que alimentes bien al niño

— ¿No le diste de desayunar?– estuvo a punto de golpearlo — Dios, eres horrible cuidando de alguien más

— ¿Hasta ahora te das cuenta luego de verme colgando de una red en un trampolín porque según yo era buena idea rebotar y tomar más impulso para que la cuerda me sujetara con más fuerza?

— Kunikida, ya no le des cuerda– mencionó la doctora tallando su cien — Yo los acompaño, necesito un expresso con urgencia

— ¿Noche difícil?– cuestionó el Fukuzawa viéndola sacar una caja de aspirinas de una gaveta

— No tanto como la de usted, por lo que me han dicho– respondió señalando a Ranpo, quien sólo comenzó a dar vueltas en su silla — Por cierto, quiero detalles y muchas gracias, lindo día

— Lo mismo que ella le dijo– añadió Dazai tomando una manta del sillón a su lado, listo para dárselo a la única mujer del lugar por el momento — Sushi, dile adiós a tu familia

— Sushi, dile al enfermo que te está cargando que te lleve a una peluquería lo más rápido posible– avisó Kunikida antes de que Yosano saliera por la puerta y se llevara al niño — ¿Ahora si te puedo insultar con todas las letras del abecedario cierto?

— Mientras no lo hagas con ecuaciones cuadráticas de polinomios, todo bien

— Perfecto...– hizo una pequeña pausa para tomar aire, acomodarse el cabello y sus lentes, además de aclarar su garganta — ¡Escúchame bien maldito desgraciado, infeliz hijo de pe...!

Mini Jinko // SSKKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora