Era complicado, si, pero al menos lo intentaban hacer bien.
Atsushi les había ayudado tanto con esta clase de situaciones cuando se presentaban, entonces de mínimo se les tuvo que haber quedado grabado algún aprendizaje.
Los niños a su edad apenas estarían descubriendo el mundo junto a sus padres y en compañía de sus demás familiares, pero la cosa difícil era que él no tenía familia hasta donde sabían, y mucho menos padres para indicarle por dónde empezar.
Asi que ahí estaban, en su grandísimo dilema de cuál tipo de jugo deberían escoger del supermercado.
Existían dos opciones, pero Kunikida no se decidía por ninguno. Habían ido varios en conjunto para comprarle cosas al niño, especialmente porque al ser de esa altura y edad nada de lo que hubiera en la Agencia sería apto para él.
Yosano fue arrastrada por Naomi para comprarle ropa al menor, así se pasaron gran parte del día mientras el rubio y los otros dos niños iban a hacer la despensa. Unos por un lado, otros por el otro, todos queriendo traer al pequeño tigre en sus brazos para consentirlo.
Les parecía obvio lo que iban a hacer durante esa tarde, pero por lo visto se les fue de las manos y Kunikida terminó fabricando dinero extra con su habilidad. Si Dazai hubiera ido con ellos seguramente ya habrían comprado media tienda departamental, gracias al presidente no fue así.
— ¿Me estás diciendo que podrías acabar con el hambre mundial y decides usar todo tu potencial en sacar bolígrafos cuando se te acaban?– cuestionó la doctora recriminante
— Falsificar alimentos o efectivo va en contra de mis ideales, esta vez fue una excepción– se defendió como pudo — Además, gastaría miles de cuadernos
— Pero técnicamente podría hacer más con ese mismo cuaderno, así quedaría en un bucle infinito de dar, sacar y volver crear– atacó Naomi de regreso — Entonces sería pan comido, literal
— Va en contra, dije
— Yo sólo digo que la hambruna mundial podría resolverse si tú quisieras, pero te pones tus moños– siguió insistiendo en aquello, Yosano le dio una palmadita en la espalda
— Ay, tráiganle una falda a la niña– mencionó la mayor con burla, haciendo reír inconscientemente a los otros dos niños que acompañaban al albino — ¿Van bien allá adelante?
— Todo bien Yosano-sensei– afirmó Kenji con el pequeño en sus brazos — Sólo se quedó dormido desde hace un rato
— ¿Debemos apresurarnos a llegar a la Agencia o a nuestra casa? ¿Con quién se va a quedar o dónde dormirá esta noche?– preguntó la menor — No creo poder hacerlo yo, todavía n-no tengo suficiente experiencia en esto y me da miedo cuidarlo y...
— Lo haces muy bien, Kyouka-chan– aseguró Naomi levantando su pulgar como aprobación — Aunque también habrá que esperar el veredicto de Ranpo-san y Dazai-san, se supone que ellos son los genios aquí ¿no?
— Supuestamente– contestó el rubio acomodando sus lentes — De mientras iremos a dejar todas las compras a la residencia suya, luego iremos a la Agencia
— El pollo se te va a descongelar
— Lo tengo en cuenta Yosano-sensei, no debe preocuparse
— Ugh, otra vez con los honoríficos
— Ya le he dicho que debo mantener mi respeto hacia su persona
Al mismo tiempo que ambos adultos seguían con su conversación sumamente interesante, la estudiante se adelantó unos pocos pasos para alcanzar a los niños. Le resultaba muy lindo todo esto, parecían una familia, una que Atsushi merecía finalmente tener.
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Mini Jinko // SSKK
FanfictionCuando Atsushi se asustó y decidió salir corriendo de la Agencia, nadie nunca le dijo que iba a tener un chico mafioso y emo como niñero. = No romance