10:16 a.m
Abrí mis ojos con dificultad, tenía sueño pero me había despertado temprano. Me senté en el borde de la cama, Juliett aún dormía, pensaba en ir al restaurante para ver si Lola estaba para hablar con ella, no recuerdo si me dijo que trabajaba los sábados, pero me arriesgué.
Me coloqué jeans negros, una campera al mismo color, me lavé los dientes y salí al restaurante.
Llegué, entré y me senté en una mesa, esperando a verla, pero se acercó otra mesera.- Bienvenido, ¿Qué desea? - dijo sonriendo.
- Quiero un café, por favor.
- Perfecto, ya regreso.
A los 5 minutos volvió.
- Gracias.
- Si deseas algo más, pedimelo. - sonrió y se dió media vuelta, pero se topó con Lola.- Yo lo atiendo, es mi tío. - dijo seria mirándola.
- Muy lindo tu tío. - dijo en voz baja y se fue.
- ¿Qué pasa? - preguntó tomando asiento.
- Solamente vine a pedirte perdón por todo, por Juliett, por lo de anoche, no pude controlarlo.
- No tenés que pedirme perdón por ella, ella tiene que pedirme perdón, vos no tenés nada que ver. Gracias por haberme defendido anoche, no creo que vuelva por cómo le pegaste. - rió.
- Espero que no, pero quiero decirte y probablemente tus compañeras te lo hayan dicho, que esto quizá vuelva a pasar, es un restaurante muy elegante y vienen hombres de mucho dinero, que buscan chicas para pasar el rato, y si son jóvenes, mejor.
Es una sugerencia, si querés seguir trabajando, hacelo, pero te sugiero que no lo hagas, estás poniéndote en riesgo.- Si, creo que voy a renunciar...no le contaste nada a papá ni mamá, ¿No?
- No, eso es asunto tuyo.
- Gracias, si vos le pegaste papá viene y mata a mi jefe. - rió y reí.
- ¿Querés acompañarme? Yo invito. Luego renuncias.
- Siii. - sonrió.
Le hice una seña a la chica, vino y Lola pidió un café con leche deslactosada con una porción de torta de chocolate. Se lo sirvieron y empezó a comer.
- Tengo ganas de ir de vacaciones. - dijo con la boca llena.
- ¿A dónde?
- A un lugar donde haya playa ¿Dónde puede ser?
- Puede ser Santa Mónica en México, Miami, Costa Rica, Porto Alegre, hay muchos lugares. Primero tenés que curarte de esas quemaduras. - señalé su brazo rojo.
- Me gustaría que vinieras con nosotros - sonrió.
- No. - negué.
- ¿Por qué?
- No puedo dejar a Juliett sola.
- ¿Necesita que la cuides?
- No, pero vos ya sabes, no le gusta.
- Voy a hablar con mamá y papá. Seguro los convenzo. - sonrió.
Suspiré y luego terminé de desayunar, pagué, Lola renunció y salimos de ese lugar.
- Bueno, yo regreso ¿Querés que te lleve a tu casa? - pregunté.
- Si porfis.
- Subí. - abrí la puerta para dejarla sentarse en el asiento del copiloto, rodee el auto, subí y manejé hasta su casa.