Capítulo 24

1.2K 35 7
                                    

- Uh perdón, no golpeé, disculpame. - se disculpó riendo y cerró rápidamente.

No fui tan rápido como para taparla, pero si la tiré a un costado. No lo conocía, ni lo había visto en toda la noche, pero el si sabía mi nombre.
Me puse de pie, me coloqué el pantalón y salí a buscarlo, por suerte parece que estaba en la habitación de al lado, intentando abrir la puerta.

- Hey. - dije apoyado en la pared.

- Hola, disculpa por lo de recién, estaba la puerta arrimada y pensé que quizá olvidaste cerrarla, no fue mi intención, incluso pensé que los gritos provenían de otra parte, quería pedirte si por favor podrías el sonido, también estoy con una chica, y bueno, entenderás. - rió.

- No te preocupes, no haré más ruido, y por favor, ten más cuidado. - caminé hacia el dormitorio y cerré con llave.

- Parece que me conoce profesionalmente nomás. - expresé cayendo en la cama. - también está con alguien, así que tenés que cuidar el tono de voz, sino van a venir todos a quejarse.

- Bueno, voy a intentarlo. - sonrió y quitó nuevamente mis pantalones para subirse.
Y volvimos a como estábamos hace un rato, en éxtasis, ella reprimía sus gemidos y yo solamente apretaba sus muslos, no me faltaba mucho para acabar, pero las palabras no lograban salir de mi boca.

- Voy a terminar. - susurró en mi oreja abrazandome por el cuello, embistiendo con fuerza.

Respondí colocando mis manos en su cintura y uniéndola a mi por completo.

- Ahhmm. - gimió en mi boca antes de besarme.
La dejé recostarse sobre mi unos segundos y luego la apoyé sobre las suaves sábanas a mi lado, me giré y mirando el techo me dormí.

Por la mañana, abrí mis ojos y lo primero que vi fue a ella durmiendo a mi lado, el rayo de sol pegaba justo sobre nosotros irradiándonos.
Eran las 07:43 a.m, no se escuchaba ni un sonido, parecía que nadie había despertado aún.
Admiré su rostro por un par de minutos, sus labios, sus pestañas, sus lunares y sus mechones largos, ondulados y enredados.

Cómo me gustaría despertarme todos los días viéndote.

No, no es verdad, no quiero, esto es un error.
Me levanté percatándome de que había dormido en boxer, al lado de una nena, merezco lo peor del mundo.
Cerré las cortinas lo más rápido posible, había olvidado de las enormes ventanas. No quería prender la luz para no despertarla ni hacer mucho ruido, pero apenas podía caminar en el piso que estaba lleno de ropa esparcida, de Lola y mía, no quiero recordar lo que sucedió anoche.
Encendí la luz y comencé a meter su ropa en la mochila.

- ¿Qué haces tocando mi ropa? - preguntó con vos ronca y riendo.

Me levanté rápido y dejé sus cosas en el piso.

- Estaba guardando tu ropa, dejaste todo tirado, ordena tus cosas. - respondí dirigiéndome al baño a cepillar mis dientes y lavar mi rostro.

- Tengo mucho sueño, es muy temprano, estás loco para despertarte a ésta hora. - expresó debajo de las sábanas.

- Tengo que volver, así que vestite así te acompaño y me voy. - tomé mi remera y pantalón para vestirme.

Mientras acomodaba el desastre que dejamos, Lola se cambiaba detrás mío.

- ¿Te contó mi papá? - preguntó mientras se colocaba un short.

- ¿Contarme qué? - me mantuve fijo ordenando sin mirarla.

- Se van de vacaciones con mamá, una semana, creo que a Puerto Rico, no recuerdo bien. - me informó terminando de vestirse y acercándose a sus pertenencias.

mi tíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora