Una voz femenina, que conozco hace bastante.- ¿Qué pasa Juliett? - me paré alarmado y caminé a paso acelerado hacia la sala de estar.
- Necesito que hablemos, lo antes posible.
- Bueno, ésta semana estoy ocupado, vuelvo el viernes.
- ¿Dónde estás? - indagó con intriga.
- Estoy muy lejos, mi hermano me invitó a una de sus casas en el medio de la nada.
- ¿Estás solo?
Por qué hace tantas preguntas.
- Si, llegué apenas hoy. - expresé y sentí la mano de Lola en mi brazo.
- ¿Quién es? - emitió murmurando.
La observé haciéndole una seña de que se calle.
- Puedo ir. - decretó.
Por qué mierda insiste tanto, si no quería volver a verme nunca más.
- No Juliett, es peligroso el camino y además la casa está adentrada en el bosque.
- No me importa, quiero verte y hablar, es urgente.
- Okey... - contesté cansado y posando mi mano en la cabeza. - Hagamos esto, regreso antes, y mañana voy. ¿Te parece?
- ¿Que decís? - Lola sacudió mi brazo con enojo.
- Si, entonces mañana te espero por la noche. Que duermas bien. - cortó.
¿Qué le ocurre?
- ¿Por qué vas a volver? ¿Qué quiere ahora? - interpeló en frente mío, tapándome el paso y con una mirada entre enojo y desesperación.
- Tengo que volver, Juliett necesita hablar, es urgente según ella. Si no, quiere venir y será peor. - expliqué intentando dirigirme al cuarto para armar mi valija.
- ¿Por qué vas? ¿No habían terminado? - preguntó en voz alta con angustia desde la sala de estar.
- Si, pero ya te dije, quiere hablar conmigo.
- ¿Por qué aceptas? No comprendo. - tomó asiento en el sofá tapando su rostro.
- Lola, no es asunto tuyo. Arma tu valija que mañana nos vamos. Anda a dormir.
- Teníamos una semana, una sola semana para pasar juntos, sin que nadie moleste, después de tanto tiempo, que aguanté sus actitudes hacia mi sin quejarme, dejé que su familia me tratara mal, hasta cociné para ellos, y no le reproché absolutamente nada cuando se llevó el crédito. ¿Y a vos te cuesta pasar una semana conmigo? - argumentó en voz alta mientras su voz se quebraba con el paso de las palabras.
Lo peor, es que tiene razón. Pero, no se por qué estoy a la orden de Juliett, quizá en el fondo quiero tener una relación con ella, o quizá quiero estar con ella para no sentirme culpable de mis últimas acciones.
- P...pero es mi culpa, soy una estúpida, no sé cómo puedo llegar a creer que estoy por encima de ella y que significo más para vos que ella. - emitió entre sollozos. - Hasta los alcohólicos de tus amigos me quieren más y me tratan mejor que vos. - rió levemente con tristeza y secando las lágrimas con el puño de su buzo.
- Estás diciendo cualquier cosa. - repliqué acercándome.
Limpió las lágrimas de su rostro ya totalmente rojo y con los ojos hinchados, para caminar velozmente al cuarto, cerrar de un golpe y con llave.
Qué mierda hice.
Me senté en el sillón del balcón, fumé una caja de cigarrillos entera en toda la noche ya que no logré dormir. A las 6 a.m ordené un poco, y esperé unas horas más para despertar a Lola y dejarla dormir.