Capítulo 11

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En varios días, no tuve contacto con ella, no sabía nada. No registraba actividad en Whatsapp tampoco.
Me parecía extraño, pero no quería tener contacto con ella luego de lo sucedido, pero la ansiedad de saber si está bien, me está matando.
- Creo que estás fumando mucho Andy. - dijo Juliett acercándose a mi y apoyándose en el balcón a mi lado.
- No, como siempre.
- Me gustaría que nos mudemos bebé. - tomó un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja.
- ¿A dónde? - pregunté.
- Estuve viendo otros edificios, y me gustó el Hilton.
- Juliett, eso es un hotel, es demasiado lujoso, y ni quiero imaginar cuánto debe costar.
- Pero podemos pagarlo, tiene spa, piscinas, la comida es muy fina, es cinco estrellas. - me decía fascinada.
- Creo que es demasiado para nosotros, no necesitamos todo eso.
- Yo si lo necesito. - dijo mirándome fijamente y en un tono firme. Éstas actitudes ya empiezan a cansarme.
- ¿En qué parte queda? - pregunté cansado.
- Es cerca de Puerto Madero, mira. - me mostró la ubicación en su celular.
Me percaté de que estaría más cerca de la casa de mi hermano, donde vivo actualmente son quince minutos, desde allí serían tan sólo cinco o diez.
- Está bien, reserva. - di la última pitada y la arrojé por el balcón.
- Gracias amor. - me abrazó y colocó un beso en mi boca, luego se encargó de llamar al lujoso Hilton.
Luego de reservar, estábamos en el cuarto armando nuestras valijas, guardaba mi ropa junto a mis fotos.
Faltaba lo más importante, mis discos e instrumentos, eso lo llevaría por separado.
Para la noche, ya estábamos ubicados en la habitación 113, en uno de los pisos más altos del rascacielos. Había servicio a la habitación, era bueno, no tendría que limpiar ni cocinar.
La habitación era muy amplia, igual que el baño, y el living. Éste último y el dormitorio no tenían paredes, estaban vidriados completamente, todo el día tenía vista a la ciudad, lo que me gustaba.
Mi ropa, mis fotos y mis instrumentos ya se ubicaban en su lugar adecuado. Éste lugar era muchísimo mejor que el anterior, al menos tenía más contacto con el exterior.
- Amooooor. - escuché a Juliett venir mientras miraba por la pared invisible. - ¿Qué te parece si celebramos nuestra mudanza con una fiesta pequeña acá? ¿Querés? - propuso abrazándome por el torso.
- Me parece buena idea, si. - acepté.
- Bueno, invita a la banda.
- Espero poder invitar a mi familia también. - la miré serio.
- Dios, está bien. - giró los ojos, la besé y rió.
Tomé mi celular y llamé a Jake.
- Hola Andy ¿Todo bien? - contestó.
- Hola Jake, si todo bien, solamente te llamaba para avisarte que me mudé, al Hilton, y que voy a hacer una pequeña fiesta hoy a la noche, a las 21:30. Si quieren venir, están invitados.
- Que bueno Andy, felicidades. Lamentablemente Jane y yo no podemos, tenemos otro compromiso, pero Lola puede ir.
No quería que venga.
- Bueno, si quiere venir, es la 113. Que se anuncie en recepción con mi nombre. - dije tirando mi cabello hacia atrás nervioso.
- Le digo, felicidades a vos y a Juliett.
- Gracias Jake, nos vemos. - corté.
Seguido invité a los chicos de la banda y unos viejos amigos. Todos vendrían. Juliett invitó a sus amigas, y por casualidad y suerte, Beck estaba enferma.
Para las 21:40, ya estaban casi todos, al menos todos mis amigos. Pedimos servicio a la habitación y había comida para servirse y mucho alcohol.
Aún ella no llegaba y empezaba a inquietarme, quizá le había pasado algo.
- Toc toc. - escuché en medio de una conversación con mis amigos. Dejé la lata de cerveza que estaba tomando y fui a abrir la puerta.
- Hola. - dijo tímida y sonriendo.
- Hola, pasa. - me hice a un costado.
- Permiso. - entró.
Llevaba un vestido suelto color rosa por arriba de las rodillas, sus brazos estaban descubiertos, y su pelo hacia atrás sostenido por una vincha también rosa.
- Podes sentarte en el sofá de allá, está vacío, en la mesa hay comida y gaseosa.
- Okey. - sonrió y caminó hacia ella, tomó un vaso, se sirvió jugo y se sentó en la punta del sofá, a su lado estaban mis amigos.
Yo me encontraba cerca, estaba parado hablando con unos amigos sobre el nuevo disco, y mientras conversaba, podía escuchar.
- Hola, ¿Cómo te llamas? - preguntó Jonas, mi mejor amigo, y baterista de la banda, girando hacia ella.
- Hola, bien. - sonrió.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó mientras prendí un cigarrillo.
- Lola.
- Un gusto, soy Jonas. Pareces chiquita, ¿Sos amiga de Andy? - tomó un sorbo de cerveza.
- Soy su sobrina, es mi tío. - sonrió.
- ¿Y qué edad tenés, Lola? - preguntó sonriendo.
- Tengo 18. - se reacomodó en el sofá.
- Ahhh, sos una nena. - rió. - ¿Querés un poco? - acercó el vaso de cerveza a ella.
- No, muchas gracias. - fingió una sonrisa.
- Toma un poco, no te va a hacer nada. - acercó más el vaso hacia ella.
- No, gracias, yo no bebo.
- Bueno. - suspiró - ¿Vivís lejos? - preguntó mientras largaba el humo.
- No, no vivo muy lejos de acá.
- Yo tampoco, algún día podemos juntarnos. - sonrió. - sos muy linda, ¿Te lo dijeron antes? - preguntó colocando las yemas de sus dedos en sus rodillas, y haciendo leves y lentas caricias.
Estaba por explotar de la rabia, ya ni sabía en qué conversación estaba.
Ante su pregunta, movió lentamente su pierna para quitar sus manos de encima.
- Sos un poco tímida me parece. Yo te puedo sacar la timidez, los bateristas somos buenos con los dedos. - sonrió mientras colocó la mano en su rodilla.
No lo soporté más.
- Lola, vení. - la llamé.
- Hey Andy, no me la saques ahora. - dijo quejándose, a lo que lo miré serio.
Se acercó y la llevé a una esquina apartada para hablar.
- Perdoname, tuve que haber sabido que esto iba a pasar, no podes estar acá, somos todos mayores, ahora te llevo a tu c...
Me interrumpió su cálido abrazo, que me tomó por sorpresa. Sentí sus manos calientes en mi espalda, su calor atravesaba la tela de mi camisa.
Al minuto me soltó y me miró a los ojos.
- Gracias por invitarme. - sonrió.
- Perdón por lo que acaba de pasar, sabía que no tenía que invitarte, si querés te llevo a tu casa.
- No es tu culpa, me quiero quedar. - sonrió.
Las luces empezaron a bajar y atenuarse, ya no era blanca, sino violeta y apenas podíamos reconocernos.
- Bueno, te quedas pero con la condición de que no tomes nada de alcohol ni nada que te ofrezcan, ni fumar. Y tenés que quedarte cerca mío, así sé que no te va a pasar nada. - dije casi gritando porque la música estaba muy fuerte.
- Buenoooo. - dijo quejándose.
Me acerqué nuevamente donde me encontraba, estábamos en círculo, éramos dos productores, Nethan y yo, un miembro de la discográfica, Jason y un ayudante de sonido, Lucas. Lola se encontraba detrás mío, a un costado.
- Vamos a producir con esta banda que te dije, voy a apostar y creo que van a tener mucho éxit.. - cortó sus palabras cuando la vio detrás mío.
- Hola, soy Nethan, soy productor musical y audiovisual, un gusto. - extendió su mano hacia ella, y la estrecharon.
Los mismo hicieron Jason y Lucas, la miraban fijamente, se babeaban al verla.
- Soy Lola, un gusto conocerlos. - sonrió.
- Sos muy joven, ¿Cuántos años tenés? - preguntó Nethan.
- T..tengo diecio-
- Tiene dieciocho años, así que no le propongan nada. - contesté mientras bebía de mi copa.
- Dejala que conteste ella Andy - rió. - ¿Nunca pensaste en modelar? Hay muy pocas chicas como vos. - sonrió.
Era cierto, las mujeres pelirrojas naturales son muy codiciadas en la industria, son vistas como diosas blancas de pelo color fuego y piel totalmente manchada de pecas. Y si son jóvenes, aún más.
- No, pero no me gustaría, mi papá me mataría aparte. - rió. Lo que me hizo reír también porque era muy cierto.
- Bueno, pero tenes que hacer lo que a vos te guste. - bebió de su copa.
Lola solamente asintió en forma de entendimiento, pero jamás aceptaría su propuesta.
- Gracias por su propuesta pero no acepto, no me gusta mostrarme. - dijo cabizbaja.
- Que pena, siendo tan hermosa. - sonrió Nethan provocativo.
Ya era la segunda persona de la noche que la elogiaba, y apenas empezaba la fiesta. No me molesta, pero me enoja que intenten acercarse a ella, la mayoría tienen novias, y les atrae el hecho de estar con una chica mucho más joven e inocente.
- Te invito a bailar. - Nethan extendió su mano hacia ella, ésta la tomó y se acercaron al medio de la sala.
No podía hacer nada, el enojo me estaba matando. Pero no podía pararla, ella aceptó, y no podía negarle hacer lo que aceptó.
Estás celoso.
No, no lo estoy.
Si lo estás, sabes que quisieras ser vos el que estuviera bailando con ella.
Tragué saliva y bebí toda mi copa de un solo trago.
Llegó Juliett a hablarme sobre no se qué, y yo no podía quitar mi mirada de ellos.
- Andy, quiero que conozcas a una amiga. - tomó mi mano y tironeó de ella, pero estaba totalmente fijo en mi lugar, mi torso y mis brazos se sentían rígidos y tensos.
- Ahora no, en un rato, estoy en algo importante. - tomé otra copa de la mesa.
- Andy, por favor, también es importante. - me tomó del brazo con más fuerza.
- Dije que ahora no. - me solté de su agarre.

Enojada, se fue con sus amigas.
Él la tomaba de la cintura, y ella de los hombros, él la miraba fijamente, aunque fuera mucho más alto, Lola solamente miraba a los costados y al piso.
Fue en unos segundos cuando Nethan se soltó de ella y hizo darle dos vueltas, las que levemente, hicieron levantar y girar su vestido y su pelo suelto. Él, muy hijo de puta, aprovechó para contemplar su cuerpo.
Bebí toda mi copa de un sorbo, y me acerqué a ellos.
- Dejame a mi. - miré a Nethan con furia, el cual solamente desvió su mirada y frunciendo el seño se alejó.
Si. No estaba pensando en nada. Ni en Juliett, ni en toda la gente alrededor que nos miraba, solamente en ella. Quizá fue el impulso del alcohol y a la vez el enojo. Y para completar, empezó a sonar Unchaited Melody. ¿Quién carajos pone esto en una fiesta?
Sonrió y me acerqué a ella, puso una mano en mi hombro, y otra en mi mano, y apoyó su cabeza en mi pecho. Seguido, la tomé de la cintura, no quería tocarla demasiado, pero no había muchos lugares de donde podría tomarla.
Lentamente, empezamos a movernos al ritmo de la música lenta, en un momento bajé mi mirada y tenía sus ojos cerrados.
Bailamos por unos 5 minutos, cuando sentí que me la quitaron de los brazos, cortando el mejor momento y sensación de mi vida.
Levanté la vista rápido y Juliett la había tomado de su cabello, y tirado para atrás.
- Quiero que te vayas, ya. - dijo sin soltarla.
- E..está bien, p..por favor soltame, me d..duele. - puso sus manos sobre las de Juliett.
Me acerqué lo más rápido que pude y tomé las manos de Juliett.
- ¿Juliett, que te pasa? - dije mirándola fijo y serio.
- Ésta me pasa. - la señaló. - Que se vaya, ya. Si no, que se quede en una esquina sin molestar. - expresó en voz alta, aunque yo solamente la escuché, y se fue.
- No se cómo pedirte perdón, no tuviera que haber bailado con vos, lo siento mucho. - coloqué mi mano en mi cabello y lo tiré hacia atrás.
- No pasa nada, me voy a quedar en una esquina. - tomó un vaso de jugo y se fue hacia donde no la vieran.
Estoy cansado de las cosas por las que le estoy haciendo pasar, estoy cansado de Juliett, estoy cansado de que todo el mundo la toque y le diga que es hermosa.
Me senté en el sofá, estaba tan mareado y con dolor de cabeza, que me dormí. Cuando desperté, eran las 02:35 a.m.
Abrí mis ojos y giré mi cabeza alrededor, me puse de pie para ir a tomar algo que me despertara, cuando abrí la lata, la vi en una esquina con un hombre que no conocía, por lo que era amigo de Juliett.
Pude ver como le convidó un vaso de algo color naranja, supuse que era jugo, por lo que me senté en el sofá y seguí hablando con mis amigos pero alerta hacia ellos.
En unos minutos, empecé a notar que sus piernas tambaleaban, y que temblaba como si tuviera frío, cuando hacia demasiado calor dentro y fuera.

- Estaba con una chica en el motel, tenía diecinueve años, era experimentada, lo hizo muy b... - Nethan contaba con orgullo sus asquerosidades.

Me puse de pie y me acerqué, quien la acompañaba, empezó a mirarme.
- ¿Estás bien? - amagué acercar mi mano al brazo de ella, pero él me detuvo.
- Si, está bien. Podes irte. - desvió su mirada a ella, que no movía sus ojos y los tenía fijos a una pared.
Reí.
Fui hacia el interruptor de las luces y las prendí.
- Se van todos, ya, ahora. - grité. - Chicos - señalé a mis amigos - Luego hablo con ustedes. - Todos afuera ya. - grité nuevamente.
- Vos también. - señalé al tipo que la acompaña, que la dejó sin más y se retiró.
Todos se fueron y cerraron la puerta detrás suyo.
Fui hacia la esquina, la tomé entre mis brazos y la recosté en el sillón.
- ¿Qué le pasa? - se acercó Juliett.
- No se. - respondí.

Sudaba frío, su cuerpo temblaba tiritando, y tenía ojeras violetas. Estaba totalmente asustado.

Se me vinieron todos los recuerdos a mi cabeza.

- Es cocaína. Lo que le dió tu amigo en el vaso, tenía cocaína. - la miré fijo.

mi tíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora