ꨄ︎Wolf [Bakutodo]

ఌ︎Capítulo 16

Una helada brisa se movía danzante a sus alrededores, trayendo consigo brillantes copos de nieve gracias a los cuales la vegetación y el verde suelo que se había mantenido de dicha forma hasta el otoño, empezaron a ser cubiertos por un blanco manto, que  a su parecer le otorgaba al paisaje un toque único y maravilloso.

¡Por cosas como esas amaba tanto el invierno!

El frío en la montaña  era mucho más intenso en comparación al de otras noches; sin embargo, eso no evitó que saliera de la cueva que le servía como refugio durante aquellas circunstancias. Cual niño admiró con emoción el como los copos caían pese a que eso implicaba que su viaje de regreso a su tribu tardaría unos cuantos días más de lo esperado, aspecto que de seguro molestaría a Kats una vez que este se percatara del abrupto cambio del clima.

Porque, sin importar que labor le designaran, su amado alfa siempre prefería acompañarlo y pese a las muchas excusas o formas con las que intentase justificarse, bien sabía que por medio de acciones como esas Katsuki le demostraba lo mucho que le preocupaba.

Retomando con el tema, su mirada iba dirigida hacia los copos de nieve que ahora yacían sobre la palma de su mano, admirándolos con un brillo en sus ojos al recordar la primera nevada que había presenciado en su tierna infancia.

Sin embargo, aquel emotivo momento se vio interrumpido cuando en breve sintió como algo abrigado caía sobre sus hombros, siendo una de sus manos tomada para de esa forma guiarlo de nuevo al interior de la cueva.

-¡Tsk! No te puedo ni descuidar por un segundo- le reclamó el pelicenizo, quien lo hizo sentarse cerca de la hoguera para que se abrigara.

-Lo lamento, es solo que no pude evitarlo.

- Lo sé, al fin y al cabo tú estás mucho más acostumbrado a ver y a estar en la nieve en comparación a mí - mencionó el contrario, tomando asiento a su lado y atrayéndole con sus brazos hacia él - Sin embargo, ya ha pasado mucho desde el último invierno, así que igual podrías resfriarte y eso solo nos retrasaría más.

Y esa era otra forma con la que el pelicenizo le demostraba a su manera lo mucho que le importaba y debía de admitir que detalles como esos por parte de su alfa le encantaban.

-Solo quería estar en la nevada por un poco de tiempo - hizo un puchero - nada malo me iba a pasar.

-Tsk, no comprendo aún el por qué te gusta tanto la nieve pero ahora tendré otra razón para llamarte..

Mi copito