ꨄ︎Wolf [Bakutodo]

ఌ︎Capítulo 33

¡Perplejo!

Así quedó en el instante en el que el aparente ambiente de tranquilidad que se había formado luego de que pudo hacer reaccionar a Katsuki, se esfumó tras este ser alejado de una fuerte patada.

Se centró tanto en la situación que olvidó por completo que no se encontraba solo en realidad, creyendo que incluso su hermano mayor o madre para poder protegerlo recurrieron a ello. No obstante, para desgracia suya, de inmediato supo que ninguno de los dos estuvo involucrado dado a que Touya se encontraba combatiendo contra Geten y Rei con aquella persona que estaba detrás de los constantes ataques de flechas y que por fin había decidido salir de entre las sombras: lady Nagant.

Eso solo dejaba un único culpable..

Tomura

Por lo que, de solo notarlo, se puso de pie de inmediato y más al apreciar como el albino se dirigía hacia Katsuki.

-Si te quedas quieto, haré que tú muerte sea rápida -expresó Shigaraki con una sonrisa en su rostro -Aunque será una decepción para mí, esperé tanto tiempo para esto que el no escuchar tus gritos de dolor será una pena.

En ese instante, el ojirubí amenazaba con poner sus dedos sobre el pelaje del lobo, de modo que no dudó ni dos veces, pese a su dolor y a estar brotando aún sangre de sus heridas, en extender la mano con la que manipulaba su don de fuego, haciendo uso del mismo y ocasionando que el otro se viera obligado a retroceder aunque no le fue posible a este evitar unas cuantas quemaduras.

Aunque claro..

Aquello conllevó que se ganara toda la atención de Shigaraki en esos momentos recibiendo una mirada que causó confusión en su ser por las muchas emociones que expresó en cuestión de segundos.

Primero asombro..

Segundo, molestia..

Y la última, fascinación

¡Una más opuesta a la anterior!

Bajo la perspectiva de Tomura era otra la situación y es que, para él, fue revivir el momento en el que por primera vez en su existencia un omega se revelaba o desafiaba sus acciones.

Todavía recordaba a la perfección todo lo que aconteció cuando su prometido se había fugado a pocos días que sucediera la boda, sin contar de ese peculiar encuentro que tuvieron en el reino de Calyx, en el que una máscara y capa cubrían su verdadera identidad. Lo que le fascinó desde el inicio es que el bicolor no era del tipo de persona sumisa que estaría dispuesto hasta besar el piso en el que caminaba, sino que, por el contrario, se mostraba como un ser indomable y que estaba dispuesto a luchar con cualquiera que atentase contra su libertad hasta si de un alfa dominante se tratase.

Todo apuntaba que su reencarnación era igual..

¡Y eso le fascinaba!

Así, en el instante en que pudiera capturarlo, podría disfrutar tanto de acabar con aquel fuerte carácter, quitarle todas las ganas de pretender huir de su lado, destrozando su voluntad y convirtiéndolo en el tipo de omega que siempre ha querido.