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Jimin corrió hacia los grandes y fuertes brazos de su profesor, quién al verlo correr hacia el, abrió sus brazos y al tenerlo frente de él lo alzó por los muslos, para luego unir sus labios, en un pequeño besó.

─ Lo extrañé mucho, Ggukie — mencionó con un tierno puchero en sus labios, el cual fue besado por el mayor.

— También te extrañé, amor — dijo, mientras le daba sutiles caricias a las caderas del pelinegro, quien no dejaba de sonreír y recibía las caricias, más que feliz— ¿Y qué tal estuvo tu día pequeño?

El menor se acurrucó en el pecho del mayor y susurró lo suficientemente alto, como para que él lo pudiera escuchar. “Estuvo bien, aunque te extrañe mucho. ¿Y el tuyo? ¿Qué tal estuvo?” 

— Igual pequeño… — Suspiró —, mi bebé… hoy estás tan bonito, quiero comerte besos — El pelinegro, al oír aquello, levantó su mentón con una sonrisa traviesa.

— ¿Y qué esperas para hacerlo?

— Nada — llena el rostro del menor de besos — Vamos a casa, ¿sí? Ahí te daré todos los besos que quiero darte.

Jimin asintió, hizo un andén para bajar de los brazos de su profesor, pero este se lo impidió, pegándolo más que antes a él.

— Puedo llevarte cariño, así que quietecito — unió sus labios en un pequeño beso.

— Está bien, Kookie, llévame si es lo que quieres — dijo, besó la mejilla del mayor y “escondió” su rostro en la cobertura del cuello del mayor, dejando pequeños y cortos besos en esa zona.

Jeon sonrió al sentir aquellos besos y dejó algunas caricias en su espalda. Caminó hacia su auto, abrió la puerta del copiloto y dejó a su pequeño sobre el asiento, claro, luego de acomodarlo, ponerle el cinturón y robarle un corto besito.

Cerró la puerta y le dio media vuelta al auto, para subir a su lado y empezar a conducir hacia la casa del mismo.

Se tomaron de las manos y las entrelazaron. Jimin las levantó un poco, para besar el nudillo del mayor y sonreírle como el tonto enamorado que era.

— Te amo, Jungkookie

— También te amo, mi pequeño.

— No te des por vencido jamás y lucha por lo que quieres, sin importar las dificultades.

— ¿A qué viene eso, mi amor?

— Solo recuerda eso y, aunque sea difícil, no te vayas a rendir, ¿ok?

— No sé a qué viene eso, pero está bien, amor, lo que tú digas.

— Falta poco.

— ¿Para qué confuso?

─ Para que despiertes, esto solo en un sueño, uno de tus tantos sueños conmigo Kook... Nada de esto es real, pero algún día puede serlo, solo no te rindas conmigo

─ ¿Q-que...?

>>>

Jeon despertó de golpe al sentir la alarma. Si era un sueño, había soñado con Jimin otra vez, pero esta vez había sido tan real, suspiró con frustración.

Teacher » Kookmin ✓ (𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶𝗴𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora