Myranda trató de ocultar su nerviosismo sonriéndo a Laura con ternura y le acarició con cariño el brazo en un gesto que pretendía ser reconfortante. Esperaron a que el general Tharion saliera de la habitación y acto seguido la joven la tomó de la mano, y dijo dirigiéndose a los otros dos mientras la sacaba de la habitación.
— Acomodaré a Laura para la cena. Vosotros dos no déis mucha lata. Recoged el equipaje y llevadlo a vuestras habitaciones.
Una risita suave y delicada salió de la muchacha que se encontraba junto a la puerta.
— ¡Basta ya! no quiero oíros ni respirar. Ya hay bastantes líos como para reanudar uno que ya debía haber acabado.
Myranda guió a Laura por el laberinto de pasillos y salas de la casa, que yacían en un silencio sepulcral, como si el tiempo se hubiera detenido en sus recovecos. A cada paso, el eco de sus pisadas resonaba en el aire, amplificado por la ausencia de otros sonidos. La madera del suelo crujía bajo sus pies, contando historias de los innumerables pasos que lo habían recorrido antes.
Llegaron a una estrecha escalera de caracol de madera que emitía un aroma a cedro y antigüedad. Subieron cautelosamente, rodeadas por la espiral ascendente que parecía elevarse infinitamente. La escalera, como el resto de la casa, crujía con cada paso durante su ascenso.
Alcanzaron un largo pasillo en el piso superior, flanqueado por numerosas puertas de madera barnizada que brillaban sutilmente bajo la luz tenue que se filtraba por las ventanas estrechas y altas. Cada puerta tenía pequeños números de plata pegados en la parte superior, reluciendo con un brillo frío y metálico.
Finalmente, se detuvieron frente a una puerta de madera robusta, destacándose entre las demás por su ausencia de número. Era una puerta lisa, sin adornos ni marcas. La pintura, impecable y pura, contrastaba con la madera envejecida del pasillo, y su manija de hierro forjado parecía esperar la mano que la giraría para revelar lo que había más allá.
Myranda la miró a los ojos por primera vez, emocionada y a la vez aliviada. Su piel de ébano parecía suave, aterciopelada, y llevaba el pelo recogido en numerosas trencitas que le caían delicadamente sobre la espalda hasta la altura de la cintura. La chica abrió la puerta de la habitación y le hizo pasar, cerrando tras de sí. La habitación que Laura descubrió tras la puerta evocaba la majestuosidad de un palacio medieval. Cada mueble, tallado en madera oscura y robusta, parecía contar su propia historia de tiempos antiguos y nobles linajes. Las patas de las sillas y la mesa tenían grabados intrincados, mostrando escenas de batallas y mitología, mientras que los respaldos altos estaban adornados con motivos de leones y águilas, símbolos de poder y realeza.
La cama, ancha y acogedora, dominaba la habitación con su presencia imponente. Su cabecera, igualmente tallada y barnizada, presentaba un diseño de viñedos y dragones entrelazados, un trabajo de artesanía que brillaba con lustre. Sobre el colchón, cubierto por sábanas de lino fino y suaves almohadas, yacían unas ropas de color oscuro, perfectamente dobladas. Junto a ellas, una capa larga, probablemente de terciopelo, con un forro interior que destellaba sutilmente a la luz, y un par de botas de cuero, pulidas hasta alcanzar un brillo espejado, completaban el conjunto.
La luz que se filtraba a través de la ventana bañaba la habitación con un resplandor dorado, destacando cada detalle y cada textura. Las paredes, cubiertas por tapices que mostraban escenas de caza y festines, añadían una sensación de calidez y opulencia. Todo en la habitación hablaba de un pasado glorioso y de una elegancia atemporal, un lugar donde la historia y la leyenda parecían cobrar vida en cada objeto y cada rincón.
Myranda le indicó que se sentara y luego se dirigió con paso tranquilo hasta una puerta de color claro que daba al baño.
— Puedes tomar un baño y vestirte con esta ropa. Luego vendré a buscarte ¿de acuerdo? Seguramente ya nos estarán esperando. Aquí tienes la toalla.
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Aetheria. Las Hijas de los Dioses - Libro 1 [Completa]
FantasíaLaura es una joven de 18 años con una vida normal pero eso cambiará para siempre este verano. Un viaje inesperado, un mundo lleno de criaturas que sólo existían en su imaginación y un pasado por descubrir, marcarán para siempre su futuro.