La princesa oscura

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La magia poderosa liberó una onda, una explosión retumbante que sacudió el entorno y Laura sintió como si aquella llamarada hubiera golpeado directamente contra su pecho. No pudo evitar soltar un grito que resonó con fuerza en medio de la turbulenta batalla mientras las lágrimas acudían a sus ojos y comenzaban a entorpecer su visión, como pinturas siendo arrastradas por una corriente de agua. Un agudo pitido se adueñó de sus oídos, un sonido penetrante que reverberaba en el espacio onírico, distorsionando aún más la realidad ya fragmentada de su sueño.

Mientras las ondas de la explosión se desvanecían, Laura comenzó a escuchar una voz que la llamaba. Al principio, era apenas un susurro, perdido entre el zumbido persistente en sus oídos. Pero poco a poco, la voz se hizo más clara, más insistente. "Laura... Laura..." resonaba, como si atravesara las capas de su subconsciente.

En ese momento, la barrera entre el sueño y la realidad comenzó a difuminarse. La voz, cada vez más familiar, parecía provenir de algún lugar más allá del caos de su mente dormida. Las imágenes oníricas empezaron a perder color, desmoronándose como arena entre los dedos, mientras la llamada de esa voz se hacía más urgente, más anclada en el mundo real.

Laura luchaba por responder, su mente atrapada en ese limbo entre el sueño y la vigilia. La voz seguía llamándola, cada vez más cerca, más desesperada. Era como si alguien desde el otro lado estuviera intentando rescatarla, tirando de ella hacia la superficie de la conciencia.

Finalmente, con un último esfuerzo, la realidad se impuso. Laura abrió los ojos, el pitido en sus oídos se desvaneció, y la voz que la llamaba se transformó en una presencia física, alguien a su lado en el mundo real, sacándola del abismo de sus sueños.

— ¡Laura, despierta! ¡Estás a salvo!

La joven se incorporó sobresaltada, sudando. El aire apenas le llegaba a los pulmones y tuvo que tomar varias bocanadas para recuperar por completo el aliento. Se llevó la mano al pecho, con urgencia, buscando algún signo de quemaduras pero a pesar del intenso dolor y la horrible sensación de quemazón no encontró ni rastro de herida alguna. No podía ser, lo había sentido. El impacto súbito y abrumador, como si una lengua de fuego hubiera alcanzado su cuerpo. La energía abrasando su piel, una sensación intensa que se esparcía por todo su ser, como si su misma esencia fuera consumida por llamas invisibles. El dolor, agudo y penetrante, diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes. No podía comprenderlo. Siguió observándose el pecho. No había herida en su piel, ni marcas que pudieran verse, pero la agonía era real, como si cada célula de su cuerpo estuviera al borde de la combustión Era como si esa llamarada de energía hubiera alcanzado el núcleo de su ser, tocando algo profundo y vital en su interior. Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar la fría mirada de aquella joven.

— Laura, estás bien — aquella voz tiró de ella haciéndola reaccionar.

Miró a su alrededor completamente desorientada mientras las lágrimas que brotaban de sus ojos bajaban por sus mejillas en una carrera descontrolada. Estaba temblando. Por fin consiguió enfocar la vista. Lanette estaba a su lado, sentada en el borde de la cama y visiblemente preocupada. Su mano sobre la rodilla de Laura tratando de transmitirle seguridad.

— Parecía tan... tan... real — la voz de la joven se rompió en un ligero llanto.

— Lo sé — contestó Lanette — Pero ella no puede hacerte daño aquí.

Al instante pareció arrepentirse de que aquellas palabras hubieran escapado de su boca. Pero ya era demasiado tarde para retirarlas y la necesidad de entender qué era exactamente lo que pasaba fue como un chute de energía para Laura. La joven luchaba por mantener la compostura, por resistir la sensación de estar siendo quemada viva por un fuego que nadie más podía ver. Cada respiración era un desafío, cada latido de su corazón un eco del dolor que la envolvía. Sin embargo, se aferró a la necesidad de descubrir qué estaba pasando y miró a Lanette entornando los ojos.

Aetheria. Las Hijas de los Dioses - Libro 1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora