Epílogo

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Volvieron a París. Al sótano de la librería. El mismo día, la misma hora. Como si el tiempo no hubiera avanzado. Como si todo lo que habían vivido nunca hubiese tenido lugar. No le dejaron despedirse de Elyan. Otros hombres que nunca había visto se lo llevaron sin mediar palabra. Lanette fue quién se quedó con ella, envolviéndola en un cálido abrazo hasta que fue capaz de mantenerse en pie por sí misma. Le entregaron un paquete, varios libros y una carta. Y le pidieron que tuviera paciencia y sobre todo que fuera fuerte. Le prometieron que estarían siempre a su lado y le recordaron que debía tener fe en su destino. Al fin y al cabo, ella y sus amigas eran las hijas de los dioses.



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Aetheria. Las Hijas de los Dioses - Libro 1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora