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Poco más de dos años han transcurrido desde aquel horrible accidente en las instalaciones del área 51. a raíz de esto la vida de los pocos sobrevivientes se a convertido en un reto. mantenerse con vida es una tarea casi imposib...
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Antes de abrir la puerta tome aire, llenando por completo mis pulmones. No tenía ni idea de que diablos iba a hacer al entrar, lo único que tenia claro es que necesitaba verlo, únicamente eso.
Empujé la puerta un par de segundos después, observando los múltiples estantes llenos de productos médicos. Cerré tras de mi de forma silenciosa y del mismo modo avancé, guiándome por el ruido de fondo.
Al llegar al lugar del bullicio me sentí pequeño y fuera de lugar, no sabía siquiera si debía hablarle, después de todo fue error de ambos y debería esperar a que también diera el primer paso ¿No?
Las miradas cayeron sobre mi, haciéndome sentir aún más tímido y cohibido. Abrí la boca apunto de decir algo, pero fui interrumpido antes.
-Oh, Jimin -Namjoon se acercó-. ¿Vienes acomodar los medicamentos?
-Ah, si, si -rasque mi cuello.
-Perfecto, iré por las cajas restantes
Y sin decir más abandono el lugar. Suspirando me giré, notando que aparte de Jungkook habían otros dos chicos más apilando las cajas. Me acerqué a una de estas y comencé a sacar los productos, revisando sus etiquetas. Me senté en el suelo y comencé a separar los medicamentos por grupos.
Por un momento había olvidado completamente a lo que venía; sin embargo un par de botas negras invadieron mi visión, haciéndome recordar la razón. Levanté la mirada y al ver su rostro serio y sin expresión alguna tragué grueso, ¿debería hablar ahora? No, ambos debíamos dar este paso juntos, o no tendría sentido alguno.
Los minutos avanzaron lentamente, en los cuales él se había sentado a un lado y había comenzado a abrir otra de las cajas sin soltar palabra alguna, ¿Acaso estaríamos así todo el día? Al parecer si. Namjoon apareció tiempo después con las últimas cajas y se marchó con ambos muchachos sin decir adiós.
El lugar se quedo en silencio uno demasiado incómodo, el único ruido que se podía oir era el de nuestras respiraciones junto al latir de nuestros corazones. Esto me hacía recordar aquella ocasión donde nos reconciliamos y Seokjin nos pillo en una situación comprometedora.
Una sonrisa nostálgica se dibujó en mi rostro, haciéndome sentir vacío de repente.
-Jimin...-susurro Jeon.
Levanté la cabeza, y conectamos nuestras miradas como hace semanas no lo hacíamos. Nuestros ojos brillaron y no hubo necesidad de decir nada, nuestros cuerpos se unieron como si de dos imanes se tratarán.
Sus labios impactaron contra los míos de forma desesperada, tomando el control del beso y de mi cuerpo en cuestión de segundos. Jadeé bajo y abrí la boca permitiendo que su lengua se deslizara dentro y probara todo a su paso. Sus grandes manos bajaron hasta mis muslos, acariciando estos con suavidad.
