❝Bruning.❞
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤUsed to describe something that is extremely hot.
-ˏˋ En donde Cerys hará todo lo que sea necesario para que su hermana se siente en el trono de hierro, aún si eso significa destruir a su propia familia. ˎˊ˗
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los Velaryon dejaron King's Landing una semana después, la despedida fue triste para todos los que la presenciaron ya que tuvieron la desdicha de escuchar los gritos del príncipe Viserys que se aferraba a las faldas de la princesa Rhaenys rehusandose a dejarla ir. Cuando su padre logró separarlo de la mujer el niño siguió pataleando y gritando, la idea de dejar ir a su abuela y su enorme dragón era una pesadilla para él que le gustaba ir con ella a pasear. Aiyana también había llorado al escuchar el llanto de su hermano, pero fue más fácil calmarla con algún dulce. El pequeño príncipe no se calmó hasta que Daemon lo llevó a pasear en Caraxes, cuando regresaron el niño estaba dormido en los brazos de su padre.
Por los meses que siguieron Cerys se volvió cercana a Aemond, tanto que el niño pasaba más tiempo con su hermana que con su madre. El trato con Aegon había sido un poco más difícil, sobre todo porque la reina no dejaba que su hijo pasará tanto tiempo con su hermana. No fue hasta dos meses después de su boda, cuando estaban por partir a Dragonstone, que los maesters le informaron sobre su tercer embarazo. Decir que Daemon estaba emocionado era poco, y ni se diga del rey o la princesa Rhaenyra, los tres dedicaban cada segundo de su día para asegurarse que la heredera estuviese cómoda y no le faltase nada. Laenor solo se reía cuando Cerys iba a quejarse con él. Con la noticia el viaje a Dragonstone se retrasó a petición del rey, muy a pesar de Daemon que esperaba irse lo más pronto posible.
—Hubo un momento en el que le dije a mi madre que nunca serviria al reino de esta forma—Cerys pasó una mano por su abultado vientre—, y mirame ahora.
—Si ella estuviese aquí se habría reído—el rey le sonrió a su hija—. Te pareces tanto a ella.
Rhaenyra levantó la mirada del pañuelo que estaba bordando para su futuro sobrino o sobrina.
—No recuerdo que madre fuera así de fea—bromeó la menor.
Cerys extendió su mano golpeándola y Aiyana comenzó a reír.
—Es tan parecida a Daemon que a veces me asusta—comentó Cerys viendo a su hija que aplaudía el acto de violencia.
Las puertas de la habitación del rey fueron abiertas y los tres adultos se giraron para mirar a quien se les había unido. Alicent ingresó a la habitación con un alterado Aemond en sus brazos, detrás de ella venía la doncella que cuidaba a los niños y sus hijos.
—Disculpen la interrupción—la reina se acercó al sofá donde estaba sentada Cerys—, Aemond no se siente bien y no hay forma de ponerlo a descansar...quizás...
—Claro.
La peliblanca recibió a su hermano con gusto bajo la atenta mirada de todos, el niño estaba rojo por haber estado llorando y el corazón de Cerys se encogió ante la vista. Con voz suave Cerys comenzó a cantar una canción de cuna en alto valyrio, en el suelo tanto Viserys como Aiyana dejaron de lado sus juguetes para escuchar a su madre. Aegon, que se había quedado detrás de su madre, salió de su escondite y caminó hasta quedar frente a Cerys. La princesa heredera lo miró sin dejar de cantar y le regaló una sonrisa al niño que parecía estar disfrutando la canción.
