❝Bruning.❞
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤUsed to describe something that is extremely hot.
-ˏˋ En donde Cerys hará todo lo que sea necesario para que su hermana se siente en el trono de hierro, aún si eso significa destruir a su propia familia. ˎˊ˗
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Desde el nacimiento de Aemma Targaryen los viajes fuera de Dragonstone se habían reducido considerablemente. Los ahora tíos no querían pasar mucho tiempo lejos de su sobrina y al igual que como hicieron con Aerys visitaban a la niña antes de ir a dormir. Rhaella y Jaehaerys se apoyaban entre ellos con ayuda de sus padres que los guiaban en el nuevo camino que estaban recorriendo. Aemma recibió el huevo negro y dorado de su tío Aemmond, cuando Daemon vio el huevo por primera vez en años se sintió nostalgico. Aún recordaba con dolor los días en los que su hijo corría por todos lados cargando el huevo, una parte de él anhelaba tenerlo de regreso, pero como estaban las cosas en ese momento sabía que era imposible.
—Papá—Aerys miró a su padre—, ¿Erys?
—¿Jaehaerys?—el niño negó—¿Viserys?
—¡Erys!—Daemon sonrió viendo a su hijo aplaudir.
—Viserys está descansando—la emoción abandono a Aerys—. Lo veremos cuando despierte.
—¡No!—Aerys se cruzó de brazos—¡Erys!
En ese momento Daemon se arrepentía de dejar que todos mimaran a su hijo.
—Papá, mamá te está buscando—Aiyana se asomó por la puerta.
—¿Podrías quedarte con tu hermano?—Aiyana miró a su hermano a punto de soltarse en llanto y luego a su padre. —Muchas gracias, cariño, te lo recompensare después.
Daemon salió empujando a su hija mayor al interior de la habitación, Aiyana se sintió traicionada por su propio padre.
—¡Erys!—volvió a gritar Aerys—¡Yana!
—Shh, está bien, está bien—la peliblanca tomó a su hermano en brazos—. Iremos por Erys.
El dúo de hermanos abandonó la habitación en busca del mayor, en el pasillo se cruzaron con Haelyn que iba casi saltando de felicidad hacia la cocina. Aerys saludó a todos los sirvientes que pasaban junto a ellos y todos respondían con sonrisas cargadas de ternura. La habitación de Viserys estaba un poco más alejada de las de sus hermanos así que les tomó un poco de tiempo llegar. Cuando llegaron Aiyana dejó a su hermano en el suelo y empujó la puerta dejándolo entrar. Por un segundo sintió pena por Viserys, pero se le pasó tan rápido como llegó.
—¡Erys!—Aerys grito corriendo hacia la cama—¡Erys!
Aiyana se recostó en el marco de la puerta viendo como Aerys se trepaba en la cama y se lanzaba sobre Viserys. El mayor de los hermanos se sobresaltó y metió una mano bajo su almohada en busca de la daga que mantenía oculta, pero la voz de su hermano llamándolo detuvo sus movimientos.
—¿Aerys?—Viserys se sentó aún medio dormido—¿Qué estás haciendo aquí?
—Quería verte—Aiyana sonrió a su hermano mayor—, te extraño.
