burning fire. (daemon targaryen)

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LARGA VIDA A LA REINA

Daeron llegó a King's Landing a punto de desmayarse, Tessarion aterrizó en el pozo con un rugido y el príncipe respiró profundo soltando la seguridad de que lo mantenía sentado. Sin cuidado se deslizó fuera de la montura sólo para caer de rodillas al suelo, su mano izquierda aferrándose a su brazo derecho donde la sangre salía por montones. En ese momento se arrepentía de dejar que Jaehaerys lo hiriera para "darle más realismo" a su huida de Dragonstone. Los guardias en el pozo se acercaron con sus espadas en alto y la dragona rugió cubriendo a su jinete con su cuerpo. El peliblanco pudo ver los destrozos en el interior del domo y pudo haberse reído, pero el dolor se lo impedía. Con esfuerzo se levantó y se presentó frente a los guardias.

—Necesito ver a mi madre—habló perdiendo el equilibrio y otra vez quedó de rodillas en el suelo—, llamen a mi madre.

Los guardias vieron como el príncipe colapsaba inconsciente en el suelo y solo entonces se movieron para ayudarlo, Tessarion gruñía detrás de ellos, pero dejó que se llevaran a su jinete. Dentro de la fortaleza Alicent se alarmó cuando le dijeron que su hijo había llegado herido, los maesters atendieron al príncipe y apenas despertó fue arrastrado a la sala del trono por varios guardias. Daeron gruñó en descontento cuando lo soltaron frente al torno y, otra vez, se quedó de rodillas. Sus ojos pasaron por las personas presentes y se sintió aliviado de ver a Aemond y Helaena en buen estado.

—Hermano—Aegon lo llamó desde el trono—, ¿Viniste a jurar tu lealtad?

—Vine a estar con mi familia, mi rey—quiso arrancarse la lengua en ese momento.

—Estás herido—observó el usurpador—, es difícil creer que mi querida hermana y su esposo te hubiesen herido.

—Fue Viserys, mi rey—mintió como había planeado con sus hermanos—. Cuando se enteró lo que sucedió enfureció, él...

Daeron dejó de hablar al notar la expresión de dolor de su hermano. Parecía que Aegon estaba pasando por un dolor agonizante y la tristeza brillo en sus ojos por un segundo.

—El príncipe Viserys es un traidor de la corona—sentenció Otto—, se atrevió a lastimar a un hermano del rey.

Aegon apretó sus manos en puños, la mención de su mejor amigo le quemaba en lo más profundo de su ser. Un dolor que la corona sobre su cabeza no podía calmar.

—No vas a lastimarlo—ordenó mirando a su abuelo con frialdad—, Viserys es un príncipe del pueblo, la gente lo conoce y lo respeta, lastimarlo significa perder a la gente.

Aemond miró a su hermano de rodillas frente al trono y cuando sus miradas se cruzaron comprendió que estaba mintiendo, Helaena agarró su mano y asintió discretamente para asegurarle que todo iba a estar bien. Los dos estaban bajo encarcelamiento en la fortaleza hasta que su abuelo tuviera la certeza de que eran leales a Aegon y ellos habían intentado fingir lealtad lo mejor que podían. Hasta el momento las cosas iban como las planearon, Larys Strong estaba muerto y Otto Hightower se veía cada vez más deteriorado, solo tenían que aguantar lo suficiente como para que su hermana reuniera un ejército y pudiera marchar a King's Landing con hombres leales por todos los medios posibles. Tenían el mar asegurado con los Velaryon y el aire era suyo con sus dragones, solo debían conseguir un ejército que marchara por tierra y los verdes estarían acorralados. Era sencillo, pero no sabían cuánto podían complicarse las cosas.

En Dragonstone todos asistieron al funeral de Visenya Velaryon, la misma Rhaenyra se había encargado de envolver el cuerpo de su hija y quemó su cuerpo con el fuego de una vela. Cerys y Daemon estuvieron a su lado en todo momento apoyándola. Los dragones de Cerys estaban con ellos durante el funeral, esparcidos en las colinas de roca que rodeaban a los presentes. Cerys sostenía la mano de su hermana acariciándola cuando escuchó movimiento detrás de ellos, pero no se movió. Fue Daemon quien lo hizo, los capas blancas que cuidaban a la familia desenfundaron sus espadas poniéndose en alerta y el príncipe se acercó para recibir al recién llegado.