burning fire. (daemon targaryen)

73; EJECUCIONES

ADVERTENCIA

DESCRIPCIÓN GÁFICA DE VIOLENCIA, MUCHA SANGRE Y DE MÁS. POR FAVOR, LEER CON PRECAUCIÓN CUANDO VEAN LOS ASTERISCOS.

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EJECUCIONES

—¡Usurpadora!—Otto gritó tratando de levantarse del suelo—¡Asesina!

—Cuide sus palabras, temería tener que matarlo antes del castigo de nuestra Reina—Daemon apretó su espada con su mano.

Alicent y su padre estaban de rodillas frente al trono siendo sostenidos por los miembros de la guardia de la ciudad que eran leales a Daemon, sus espías en King's Landing. La Reina Viuda tenía la mirada fija en el suelo y lloraba desconsolada murmurando cosas que los demás no escuchaban, desde donde estaban las hijas del antiguo Rey Viserys podían notar que la mujer había perdido la razón.

—Todos están acusados de traición—Cerys habló mirando a los presentes—, pero no todos serán condenados a la muerte que merecen por la ofensa—su mirada cayó sobre los guardias de rodillas—. Les daré la opción de ir al Muro, si no desean aceptarlo mi esposo se encargará personalmente de sus ejecuciones frente a toda la gente de King's Landing.

El mencionado sonrió acariciando la empuñadura de su espada, el deseo de asesinarlos a todos ardiendo en sus venas.

—Otto Hightower—llamó la Reina con asco—, por traición a la corona te condeno a muerte—Alicent gritó negando con la cabeza—, una ejecución pública a manos de mi esposo, pero tendrá que esperar al regreso de la princesa Alyssa—su mirada fue a los hombres que sostenían al prisionero—. Llevenlo a las celdas oscuras.

—¡Todos ustedes van a morir!—gritó el hombre mientras era arrastrado fuera de la sala—¡Maldita puta, vas a morir! ¡No mereces el trono!

Cerys puso los ojos en blanco y miró a su hermana que apretaba las manos conteniendo sus ganas de golpearlo.

—¡Por favor!—gritó Alicent levantando la cabeza—¡Piedad!—llevó sus ojos hasta Rhaenyra—¡Aegon es todo lo que me queda!

La sola mención de su hijo hizo que los tres Targaryens la miraran con rabia e intenciones asesinas, pero antes de que pudieran hacer algo pasos se escucharon y la voz de Viserys llenó la sala.

—¡Piedad merecían mis hermanos!—el primogénito de la Reina entró con fuego en los ojos—¡Lo que Aegon merece es morir!

Haelyn iba detrás de su hermano arrastrando por el cabello a Maris Baratheon y sin cuidado la tiró al suelo frente a Alicent.

—Esto es lo que le pasa a los traidores, ¡Maldita traidora!—gritó con rabia mirando a la Reina Viuda.

Daemon sonrió orgulloso de sus hijos al ver como Alicent bajaba la cabeza huyendo de las intensas miradas que cayeron sobre su persona. Cerys se sintió aliviada de ver a sus hijos sin un rasguño y se levantó llamando la atención de todos.

—Alicent Hightower, te condeno a ver como lo último de tu casa cae bajo el poder del dragón—la mujer levantó la cabeza otra vez—. Dices que Aegon es todo lo que te queda, entonces verás cómo muere.

—¡No!—gritó desesperada—¡Por favor!

—Rhaenyra—llamó a su hermana—, ve a Oldtown y demuestrale a los Hightower cómo lidiamos con los traidores.

—¡Nyra, por favor!—Alicent miró a su amiga—¡No lo hagas!

—Como usted ordene, Majestad—Rhaenyra hizo una reverencia.