38; LOS SEGUNDOS HIJOS

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LOS SEGUNDOS HIJOS

El reino estaba celebrando, todos menos los habitantes del castillo en Dragonstone estaban celebrando

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El reino estaba celebrando, todos menos los habitantes del castillo en Dragonstone estaban celebrando. Hace apenas unas semanas Aegon y Daeron habían logrado reclamar sus dragones después de una visita a la isla, sin duda esa era razón suficiente para celebrar por varios días sin parar. Pero en el lugar donde se dieron los hechos se cernía un manto de tristeza que no parecía irse en ningún momento. Habían pasado dos meses desde que Cerys y Daemon habían perdido al que pudo haber sido su séptimo hijo y la princesa no parecía poder recuperarse de aquel golpe. Sus hijos habían estado tristes las primeras semanas después del regreso de sus padres, pero eran niños y con la llegada de Daeron al castillo no estuvieron tristes por mucho tiempo. El único que aún se veía afectado era Viserys que todavía recordaba a su madre recostada en la cama, débil, como si estuviera a punto de morir.

El reclamo de Sunfyre y Tessarion también fue detonante para que Aemond por fin estallara. Ver a sus hermanos felices con sus dragones siendo felicitados por su padre, el rey, fue lo que por fin logró romperlo. Su padre nunca le había puesto atención a él. El día que esto sucedió Aemond se refugió en los brazos de los que consideraba sus verdaderos padres, privandose de ver a sus hermanos por una semana entera. Ver a su hijo llorar molesto a Daemon de tal manera que Cerys tuvo que mandarlo a salir del castillo antes de que asesinara a alguien. Especialmente a Alicent o al mismo rey.

—Mamá—Alyssa se asomó por la puerta—, ¿Puedo pasar?

—Claro mi princesa—Cerys le sonrío a su hija—, ¿No deberías estar entrenando?

—Papá está integrando a Daeron—le explicó como si eso fuese excusa suficiente para saltarse el entrenamiento—, le pedí permiso para pasar la tarde contigo.

—¿Qué es eso?—la peliblanca cargó a su hija sentandola en sus piernas—¿Siquiera puedes leer en alto valyrio?

—Lo encontré en la biblioteca—la niña le mostró el libro—, Rhaella dice que es un libro sobre magia, ¿Es cierto?

—Mmh—Cerys agarró el libro inspeccionandolo—, es sobre la magia de Valyria—abrió el libro ojeando algunas páginas—. Se supone que estos libros están en lo más alto de los estantes, ¿Cómo lo conseguiste?

—Cayó frente a mí—Alyssa tocó el borde del libro—, estaba saliendo cuando cayó.

—¿Simplemente cayó?—Alyssa asintió—¿Por qué no lo regresaste?

—Papá siempre dice que no podemos ignorar las señales de los dioses—susurró ella como si estuviera diciendo un secreto—, tía Helaena dijo que debía cuidarlo.

Cerys miró a su hija sin palabras. Siempre supo que Alyssa era diferente a sus hermanos, muy similar a Helaena, pero escucharla hablar de aquella forma la hizo sentir extraña y no podía decir qué era exactamente lo que sentía. El libro no solo hablaba sobre la magia de Valyria, también tenía hechizos y pociones en el, la mayoría de las pociones eran venenos que aseguraban una muerte dolorosa. ¿Acaso debía dejar que su hija se quedará con aquel libro? ¿No la convertiría en una mala madre?

burning fire. (daemon targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora