ALPHA AND LOVE // MINAYEON

♡ Parte Veintidós

Mina

Era suficiente para todo. Se tenía que acabar y yo fui tonta al hacer esperar todo, esperando que solo fueran momentos difíciles de pareja pero en realidad es que ninguno ama al otro.

Pero yo no aceptaba amar a alguien que no me amaría.

Reconocía al chico otro del video como el omega del otro día en casa de Chan, era el mismo perfil y mismo cabello, la fecha que tenía el video me decía que esa misma noche fue en la cual nos topamos en la casa. Tan descarado.

Me llegaron mensajes de Hikaru explicándole mejor la situación pero yo ha estaba en el frío del anochecer afuera de la casa Bang, nadie parecía atenderme así que espere afuera para terminar de una buena vez con la relación.

Me decía que lo había visto en un bar y lo grabó cuando lo reconoció.

Todo estaba tranquilo exceptuando el gran frío que traspasaba mi ropa y me dejaba con escalofríos por todo el cuerpo que terminaban en mi nuca.

Suspiraba y vahos salían de mi boca. Hacía demasiado frío y estaba sintiéndome helada la piel.

Estaba cansada y quería dormirme, me sentía mal y mareada.

Casi me dormía hasta que unos brazos me tomaron por detrás y me abrazaron llevándome, no podía distinguir aroma porque mi nariz dolía hasta al respirar.

Mis labios ya temblaban y solo podía aferrarme al calor corporal detrás mío.

— Mina — me habló esa tan bonita voz y volteé a verla. Yo estaba medio dormida pero podía decir que estaba realmente hermosa, aunque tenía una cara preocupada.

— Nayeon — no me había dado cuenta que ya había entrado a la casa y la calidez ahora me rodeaba entera, suspiraba feliz por ello pero aún tenía mucho cansancio. Corrí mucho y mis piernas dolían.

— Tomalo — vi que me dio una taza con líquido humeando y la tome con manos temblorosas — No deberías salir con esa ropa al frío que hace, Mina — me di cuenta que nadie estaba en casa más que ella y yo.

No le presté atención a su regaño y soplé el contenido de la taza para no quedarme y tomé un sorbo de chocolate caliente. Mi garganta y luego mi cuerpo me lo agradecía calmando el frío.

— Estaba medio dormida cuando llamaste pero luego fui a revisar — me dijo y asentí — Jisung y Chan salieron, pero en un rato vienen — asentí de nuevo mientras tomaba más chocolate — Me gusta el chocolatito — y ahí estaba la tierna vocecita de Nayeon diciendo cosas en diminutivo, la extrañaba.

Podía aceptar, ahora lo podía aceptar, la amaba... a ella y sus tiernas menciones en diminutivo que decía.

— A mí también me gusta — comenté mientras terminaba de tomar todo el contenido y me hacía bolita para lograr calentarme más.

Hubo un largo silencio donde ella solo me sirvió un café recién preparado y yo lo tomé con gusto.

— ¿Puedo hacerte una pregunta, Mina? — le asenti sin dudarlo — ¿Amas a Jisung? — no esperé su pregunta y agradecía haber tragado el café porque estaba segura que había podido escupirlo o atragantarme con él.

No sabía que decirle, le puedo contar que terminaré con él, ¿no? Fácil.

— No — no di explicación y ella no cambió su rostro por alguna expresión, simplemente estaba seria y me daba miedo de cualquier reacción.

— ¿Por qué sigues con él entonces? — después de un minuto de silencio me preguntó, y suspiré cuando no encontré ningún signo de enojo en su voz.

— ¿Por qué debería terminarlo? — por no amarlo y el no respetar la relación pero quería saber qué pensaba ella sobre la relación.

— Pues... exceptuando que no lo amas ni parece que él a ti... tú has venido cada mes a verlo y él ni siquiera reconoce el esfuerzo o agradece — no pensé que sacaría eso en tema, la verdad — Escuché accidentalmente sobre la situación económica tuya y él ni comprendió eso. Yo le ofrecí un boleto y todo pagado a Jisung para que fuera a Japón y dijo que sí — en eso, me quedé sorprendida pero asentí para que continuara — Me insistió tanto que solo le diera el dinero y él pagaría todo... No compró boleto y lo gastó en drogas — espera, ¿drogas?

Siempre vi a Jisung ebrio y a veces muy pasado pero no drogado.

— Tú lo esperas mientras él esta muy a gusto con sus amigos... como la vez que te dejó esperando fuera con frío por un taxi y él estaba dormido por su ebriedad, no preocupándose por nada — siguió, ninguna expresión veía en ella y no me veía directamente.

Estaba sentada al lado mío, con mirada seria en el suelo.

— En realidad... no es mi decisión pero deberías terminar con él — lo haría, a eso venía.

Tomo otra vez el contenido de la taza y suspiro por todo, he estaba más cálida y satisfecha del ambiente así que la miré notando que esta vez ella me miraba.

Me puso nerviosa pero estaba aquí, nada tenía que temer con ella.

— Venía a terminarlo.