♡ Parte Cuarenta y Tres

557 43 0
                                    

Nayeon

¿Por qué tenía que ser tan encantadora la forma en que gime y jadea en mi oído? Es como si me estuviera hipnotizando por completo con cada sonido que su boca soltaba.

Mi marca se vería tan bonita en ella.

Trataba que mis caderas moviéndose contra sus piernas abiertas, fueran suficientes para que concentrara su mayor sensibilidad en su parte íntima a que en su cuello.

No saqué mis colmillos de ella hasta que escuché un fuerte jadeo de su parte y me alerté si tal vez la estaba lastimando aunque pude ver un poco como sonreía. No hice lo mismo porque no quería que lograra lastimar accidentalmente la reciente marca que se formaba.

Me aparté, dejando saliva y lamiendo donde mis colmillos fueron enterrados para calmar el ardor que debería tener.

Se sentía tan bien como me frotaba contra ella, y junto sus sentimientos revueltos con los míos por la sensible mordedura que tenía en su cuello.

En realidad no pensé que haríamos esto tan pronto y mis inquietudes me podían dominar pero no dejaré que eso pase porque no quiero lastimarla de ninguna manera.

Bajé por su cuerpo después de dejarle un beso en los labios. Como me encantaba poder dárselo tan libremente porque ahora era mía.

Era mi linda omega, que tanto amo.

Hasta su botón del pantalón que desabroché y bajé la prenda con mis manos temblorosas, siendo ayudada por ella que alzó las caderas para poder sacar el pantalón con más facilidad.

Me emocioné del solo verla así, podía contar hasta algunos lunares por su cuerpo. Cerca del pezon derecho tenía uno muy lindo, otro en el muslo y otro cerca de la rodilla. No era solo su rostro el cual tenía hermosos lunares, su cuerpo los tenía y le quedaban tan bien.

Entre le revoltijo de emociones que me confundían y mi deseo por querer empezar a hacer el amor con ella de una vez, me acerqué a cada lunar y di un pequeño beso porque como me encantaron.

Solo cuando ella quejó por el dolor fue que quité su ropa interior, deslizandola por sus bonitas piernas y alzando mi cabeza para mordisquear solo un poco su vientre, escuchándola gemir.

Si no mal recordaba -ya que ahora ni pensar bien en otra cosa puedo-, Jeong pensó que cuando Tzuyu se presentara sería omega. Buscó muchísimas cosas de este género, y como buena amiga la ayudé, aunque Tzuyu terminara siendo beta.

Por algo sé muy bien que aparte del cuello, una parte muy privada y sensible de las omegas es el vientre, porque ahí concebían a sus crías y por instinto siempre lo protegen aún cuando no están en estado de embarazo.

Puedo imaginarme como se vería Mina con una bonita pancita y con un bebé mío dentro. Tan lindo aunque muy en el futuro.

— N-Nayeon — mi nombre se escuchaba tan bien saliendo de sus labios y más cuando usaba ese tono, un poco demandante pero era dulce.

Me quité la parte superior de las prendas pero al parecer lo hice muy lento porque mi omega se levantó ayudándome a quitar mi parte inferior con sus dedos temblorosos queriendo desabrochar mi pantalón, y el bóxer fue lo que yo quité con un poco de vergüenza por mi desnudez.

No pensé mucho cuando gemí en alto porque a mi erección le dieron atención inmediata. Mina se había sentado frente a mí con las rodillas en la cama y torso inclinado, su boca atrapando mi erección y yo tratando de no enloquecer.

Desde hace más de veinte años que no tenía ningún acercamiento con nadie, pasando mis celos sola y aguantandome tanto.

Que ahora sentía que me liberaría con solo estar por cinco segundos más ahí, solo aguanté porque no quería hacer todo rápido pero Mina no ayudaba moviendo su cabeza de arriba a abajo, sacando y metiendo mi erección de su cavidad bucal.

Era tan cálido y las sensaciones muy fuertes que la separé de mi intimidad.

Yo debería ser la que atienda a ella, yo debería ser la que cause más placer en ella. Era su celo y ella será mi prioridad ahora.

Cuando me miró confundida la acosté en la cama para ponerme en medio de sus piernas y besé todo su cuello, castamente dejando pequeños besos por todo éste, y más donde estaba su marca orgullosamente reciente y fresca.

Mi entrepierna ardía y por sus quejidos suponía que la suya debería doler aún más. Haré lo que dije, la atendería solo a ella y yo disfrutaría de eso.

Miré abajo para posicionarme bien y que mi erección estuviera apunto de entrar en ella. Tomé una de sus manos y la volví a besar para luego adentrar poco a poco escuchando sus gemidos.

Sé que ahora no le duele, ya que por su celo escurría lubricante natural de ella, y el alivio de ser atendida sería mucho más que disipar el dolor.

Ahora no le duele pero si lo hago brusco le dolerá cuando pase su ola de calor. Así que, ignorando su pierna rodeando mi cintura intentando acercarme para penetrarla totalmente, lo hice lento y delicado para que pudiera aceptarme más fácilmente.

Gemí cuando sentí sus muslos chocando contra los míos, todo se sentía realmente bien y sus gemidos en mi oído eran maravillosos.

— Nayeon, puedes moverte — no sé si creerle porque no sé si está en sus cinco sentidos pero igual me moví lentamente hacia atrás y a la misma velocidad adentrandome — Así — gimió mientras yo juntaba todo mi esfuerzo para no hacerlo rápido, me daban escalofríos por el gran esfuerzo que hago.

Se movió intentando obtener más y claro que le daría lo que quiere pero sin lastimarla.

Me acomodé más bien y en igual de esperar lo hice frecuentemente pero igual de delicado que antes, moviendome de adelante hacia atrás para ver como ella arqueaba la espalda.

Era tan hermosa aun con el cabello levemente revuelto, sudorosa, tan mía aquí.

Hacer al amor con ella era algo que nunca podré sacar de mi cabeza, como me ponía cuando me adentré en ella, lo caliente que era, lo preciosa que pude llegar a ser aún en algo intimo de ésta manera, como abre la boca diciendo mi nombre es algo encantador, como me rasguña con sus uñas muy cortas la espalda.

Todo de ella ahora era magnifico, ella lo es.

En mi oído me avisó que casi llegaba y yo no podía estar más ansiosa de que lo hiciera, que llegara a su placer y con eso tendría yo para tener el mío, yo disfrutaría de como ella llegaba.

Solo fueron segundos donde escuché su gemido en alto y que manchaba mis muslos con un orgasmo. Era tan hermosa. ¿Cómo alguien podía ser tan hermosa?

No fue falta moverme mucho para llegar y, aunque trate de salir de ella, sus piernas me rodeaban fuertemente la cintura, que lo hice dentro.

Tendría que resolver eso luego.

ALPHA AND LOVE // MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora