ALPHA AND LOVE // MINAYEON

♡ Parte Cuarenta

Nayeon

Tengo como veinte llamadas correspondidas hoy de Tzuyu y Jeong, quienes a cada rato me llaman solo para preguntar si estaba bien y colgar cuando les daba la respuesta seca... ¡incluso Jeong colgó antes de darle la respuesta en una de esas llamadas!

En ningún momento salí de la habitación de Mina mientras ella se acurrucada conmigo y ¿cómo le negaría afecto a mi omega favorita? Es una calma y felicidad tenerla conmigo.

Solo era mi primer día pero ya me había gustado, bueno, con Mina estando aquí era obvio que me gustaría pero lo que me refiero es que lo demás es cómodo.

Los padres de Mina eran amables aunque si parecían tenerme miedo.

Sus amigas solo me saludaron y se fueron, la alfa me veía mal y la omega me sonrió ampliamente mientras que Hikaru -a quien yo ya conocía- me hizo un gesto que tomé como despedida, y se fue con su pareja abrazada a ella.

He estado casi las veinticuatro horas dentro de la habitación, ni siquiera he comido y mi estómago ruge por comida pero con Mina siempre dormida o adormilada en mis brazos no podía tener la voluntad para decirle que se separe.

Había pasado la noche ya que los rayos del sol se veían por la ventana aunque no tan fuertes ya que la cortina los calmaba y la habitación era menos iluminada.

Me tomé el tiempo de ver algunas fotos que estaban colgadas por la habitación.

Una extraña sensación feliz me llegó cuando veo a Mina ahí.

En una tenía flequillo más marcado y miraba directamente para la foto mientras sonreía mostrando sus encías y tapando sus ojos con sus mejillas como siempre lo hacía cuando sonreía en grande. Tan hermosa.

En otra podía verla a ella con sus padres y dos más que supongo que eran sus hermanas, ya que las mencionó pero estas casi no están en casa o están por mudarse.

En otra pude ver como Mina estaba con cara enojada arriba de la espalda de la alfa que me miró mal y parecía pelear con ella, mientras la omega que me sonrió tenía una gran sonrisa mirando directamente para la foto y más cerca, y Hikaru salía simplemente parada atras de todas sonriendo poco para la foto.

Habían varias donde salía ella haciendo diferentes cosas con su familia y hasta pude ver a ella de pequeña formando un mohin y apretando el puño hacia la cámara con la que tomaron la foto. Linda... muy linda.

La que más me llamó la atención fue en la mesita de noche donde había enmarcada una foto. Estaban todos, los padres Myoui, las hermanas de Mina, Hikaru, sus otras dos amigas, y por último mi Mina.

Tenía algo escrito en japonés abajo en el marco pero yo no entendía la letra japonesa, solo el habla.

— Dice 'Mi familia' — escuché un murmuró ronco y me exalté para luego ver como Mina también veía la foto en su mesita de noche. Lucía tan bien cuando despertaba — Es a lo que considero mi familia — le sonreí para luego mirar de nuevo.

Me entró nostalgia porque si yo haría eso, solo estaría Tzuyu y Jeong, o probablemente Mina en este tiempo.

A Mina la quieren mucho, yo la quiero mucho.

Siento como se movía y rogué que no sintiera mi erección matutina porque me escondería en un hueco por el resto de mi vida ante tal vergüenza. Yo me acaba de despertar también, y mi erección tardaba en bajar siempre.

Aunque eso dice que lo tengo sano, ¿no? Jeong me lo contó pero no sé si creerle. Un día me dijo que si me echaba limon en los ojos me quedarían verdes. Suerte que yo no caí porque si pensé que era tonto. Jeong es tonta.

— Nayeon — me llamó mientras se sentaba en mis muslos y cerré mis ojos levemente porque la tela gruesa de las sabanas rozaba mi parte íntima y yo quería que mi erección bajara lo más rápido posible — ¿Quieres salir conmigo hoy? — la miré y estaba segura que mis ojos brillaron porque me encantaba la idea.

Iba a responder pero mi estómago me interrumpió gruñendo por comida. En igual de avergonzarme, miré a Mina con un sonrisa.

— ¿Salimos ya? — tengo hambre.

Que me diga que sí.
Que me diga que sí.
Que me diga que sí
Que me diga que sí

— Sí — ¡sí! Se levantó de mi regazo para luego estirarse como un bonito gatito. Me miró divertida y yo no supe por qué — Pero primero toma una ducha antes que yo y baja eso — apuntó a las sabanas que cubrían mi erección y me sonroje apretando mis labios. Sí lo había sentido — ¿O prefieres que te ayude?

Salí corriendo a toda velocidad al baño.

La idea de que Mina me ayudara no era mala pero no estaba preparada para ello. Me daban nervios y me asustaba que eso pasara ya.

Y algo más; sus padres estaban en la misma casa.

Ni siquiera me animé a tocarme porque no lo necesitaba, solo busqué el agua entre tibia y fría para que bajara más rápido el calor tanto de mi erección como de mi cara porque me avergonzó mucho cuando Mina me dijo eso.

Me miré al espejo solo para ver mi cara roja.

Apreté los labios enojada conmigo por tener que avergonzarme tan así.