♡ Parte Veintinueve

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Mina

— ¿Y por qué no la llamas? Así acuerdan dónde verse — Hikaru me dijo mientras salíamos del edificio. Ya llegamos a Corea, llegamos ayer en la noche y descansamos en el mismo departamento como siempre.

Ella lo decía tan fácil, pero Nayeon y yo solo nos comunicamos en persona.

— No tengo su número, siempre hablamos en persona — Hikaru me miró seria y siguió su camino cruzando la calle, íbamos a la tienda de en frente para comer algo, cortesía de ella claramente.

— Pues ve a su casa — no se puede.

— Ayer pasamos por la casa Bang y parecía deshabitada. No sé qué pasó pero dice un cartel que está en renta — eso me confundió, pero suponía que Nayeon tuvo mucho que ver, tal vez dejó de pagar la renta después del casi golpe que me quiso dar Jisung. 

Pero el problema es que no sabía dónde es la locación de las amigas de Nayeon, que es donde supuestamente está, o eso creo. No lo sé.

Igual no me atrevería a ir a la casa Bang si estaba habitada, ya que no quería toparme con Jisung. Nayeon solo pocas veces estaba allí antes, ahora obviamente no estaría.

— ¿Crees que una sopa instantánea me llene?... ¿O compro dos? — Hikaru dijo algo pero yo solo estaba viendo una bolsita de café mientras me perdía en mis pensamientos — Mina — escuché un zumbido — ¡Mina! — Hikau me sacudió por lo que la miré desconcertada.

— ¿Mina? ¿Myoui Mina de Japón? — otra voz al lado de nosotras y me sobresaltó. La miré de pies a cabeza sin reconocerla y menos porque tenía un cubrebocas.

— Sí. ¿Quién es usted? — ¿y por qué sabe tanto de mí?

— ¿Qué dijo? — me di cuenta que Hikaru todavía no sabe coreano, pues tampoco es como si tuvieran clases, o no lo sé, estos días casi no he hablado con ella.

— Oh sí, perdón. Soy Zhou Tzuyu, amiga de Nayeon, por eso sé de ti — suerte la mía — No tengo mucho tiempo, pero escribe esto, es el número de Nayeon — bueno, ya qué.

Saqué le celular rápido intentando que no se me cayera, y desbloquearlo fue todo un reto. Solamente me temblaban los dedos y también era por el frío de la tienda aunque era de mañana, tenían prendido a todo lo que el aire acondicionado podía dar.

— Zhou Tzuyu, ¿qué estás haciendo? — llegó otra persona mientras apuntaba rápidamente en mi teléfono el número que me mostró la tal Tzuyu en su celular.

— Mira, ella es Mina — ¿Nayeon les hablo de mí? Eso solo me hacía sentir mejor.

— Oh — sonrío la alfa. Tal vez eran pareja, y ver a su pareja pasando un número a alguien desconocido no era mucho de confiar.

— Listo, gracias — lo agregué a contactos. En un vistazo al teléfono de Zhou, pude ver como la tenía agendada.

Era extremadamente tierno que la guardaran en diminutivo con un conejito, expresaba a Nayeon totalmente, tal vez si tuviera un chocolate sería mejor ya que me di cuenta que le encantaba, lo agende en mis contactos con uno.

— Mejor visitala — la alfa me sugirió sacando un papel para luego escribir algo pero Zhou se lo quitó antes de que me lo diera.

— Mejor otro día — se miraban casi matándose. Me daban risa pero no entendía.

Si yo no entendía, ¿cómo estará Hikaru? Me di cuenta que solo estaba allí, viendo todo como espectadora pero sin entender.

Eran divertidas ambas mujeres, hasta empezaron a pelear un poquito y luego se despidieron de mí, eran agradables.

Me giré hacia Hikaru para explicarle todo pero llegó de nuevo la alfa y me dió un papel.

— Esta es la dirección de nuestra casa, Nayeon está sola ahí, pero recuerda... yo no te la di — y se fue. Solo pude quedar con el papel en mano y miré la dirección.

¿Debería visitarla así como así y avisarle? ¿Tal vez una llamada?

— Que bueno que informas a tu mejor amiga de lo qué te dijeron y dieron unas desconocidas — escuché a Hikaru. La entendía, solo escuchó hablar a mí y a dos más en un idioma casi desconocido.

— Eran amigas de Nayeon, me dieron su dirección y su número — le expliqué para luego solo tomar cuatro sopas instantáneas, para ella y para mí.

Las pague y salimos mientras Hikaru no decía nada.

— ¿Tú eres la favorita de la Diosa Luna o qué? Tus problemas así como si nada se arreglan — tal vez, aunque tuve otros que me estresaron y hubo momento que estuve a punto de no volver a Corea por estrés, pero todo iba mejorando ahora.

— ¿Pero debería visitarla? Tal vez no quiere verme — solo con esa posibilidad podía formar una mueca pero me mantenía firme porque no quería una clase de lecciones por parte de Hikaru.

— Allá tú, viniste por ella ¿qué crees que debas hacer, tonta? — sí es cierto.

Vine por ella, y estaré con ella.

ALPHA AND LOVE // MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora