♡ Parte Diez

381 55 0
                                    

Mina

Lo que pensé que sería que nos veamos un mes después, fue solo vernos unos minutos después.

Su pequeña sonrisa me hizo alucinante, fue sin emoción casi pero no la encontré forzada, la encontré extremadamente tierna. No mostró sus dientes que casi siempre sobresalen de sus labios entreabiertos, pero esa pequeña elevación de comisura me hizo feliz.

Esperé afuera para ver si pasaba algún taxi. Hacía frío pero nada que no pudiera soportar, eso quería creer porque en realidad tenía mucho frío.

Me escogí en mi suéter y temblé de repente sacando los nervios de mi sistema, sacando los escalofríos que recorrían mi cuerpo.

Metí mis manos a mis bolsillos del suéter y esperé, no parecía querer llegar ningún taxi. Tomé fuerte mi bolsa donde tenía todo y la apreté. Suspiro enojada conmigo misma por dejar que esto pase.

Jisung ya llegaba a su casa por sí solo aún cuando estaba así de ebrio, Nayeon dijo que era normal.

Me fastidió la cosa que él podía ponerse ebrio y salir en todo el mes que no nos vemos, mientras yo tengo que trabajar, recortando mi tiempo amistoso y familiar en Japón. Pero era yo la que viajaba así que asentí para mi misma que estaba bien y suspiré de nuevo.

Pero ahora suspiré porque reconocí el hermoso aroma a café, suspiro por lo encantador que era y me envolvía con facilidad. De inmediato sentí unos brazos rodeando mi cuerpo, me congelé pero no del frío, sino de la sorpresa y nervios que me llegó al tener a Nayeon tan cerca.

Abrazando mi cuerpo.

— Estas helada — ya no lo estoy, me dió calidez y su aroma me trae recuerdos de mi niñez; mi abuelo tomando café mientras me cuenta leyendas japonesas que me dieron tremendo miedo. Pero estaba segura que con ella, el miedo es algo mínimo sin importancia.

No contesté, me dejé llevar por su calidez y cerré los ojos esperando no incomodar nada. Me recargué inconscientemente en ella, haciéndo enterrar mi espalda en sus pechos pero me sentía tan bien que no le tomé importancia y solo me entregué a el calor corporal.

— No te voy a dejar aquí, entra a mi auto — no dejaba espacio para negaciones, me sentía tan bien que no obedecí pero con ella caminando, llevándome dentro del transporte, no me resistí — Calientate dentro — ¿por qué sonó tan... tan de otro modo? Solo bebí una lata, no puedo estar así en mis cinco sentidos.

Sacudí la cabeza mientras entraba en los asientos de atrás para hacerme un ovillo y frotar mis manos una con la otra, también restregar mis piernas con la manos tratando de darme calor.

Y gracias a la Diosa Luna que Nayeon entró y prendió el ventilador en aire caliente leve para no cambiar tanto de temperatura de repente. Agradecí su consideración.

Me quedé en silencio mientras esperaba que el aire caliente diera calidez profunda a mi cuerpo. Todavía podía sentir su tacto y mis dientes tiriteaban por el frío que quedó en mis ropas. Me quité el suéter para quedar en mi blusa ancha y suspiro al sentir mi cuerpo más cálido.

Solo abro los ojos para ver los de ella viéndome por el espejo, le sonrío. No pude notar su boca, pero sus ojos se hicieron pequeños por la elevación de sus mejillas, juré que estaba sonriendo.

Sé que estaba sonriendo.

ALPHA AND LOVE // MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora